Algún día no tendré más problemas en el trabajo.
Dejaré de deambular currículo en mano y el
peso del estigma encorvando mi espalda.
Aprenderé a obedecer y se desbordarán como ríos los sí señor que
hoy me obstruyen la garganta. Entonces, habré madurado.
Me habré ganado el sello de burócrata, el premio de
puntualidad y mi jubilación. Ese día despertaré llorando
y contaré mis treinta monedas.
Lupita Pérez. En Voces del Extremo. Antología 2012/ 2016. Antonio Orihuela, coord. Ed. Amargord, 2017
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