Llamada
internacional
Buenos días
sólo llamo
para deciros eso
que cuando
tengáis un rato
leáis nuestros
libros de Historia
allí podréis
comprobar
que fuimos más
Nosotros cuando llegaron Ellos
y sólo en el
extraño espejo de los bárbaros
nos contemplamos
pasmosamente griegos.
Que fuimos más
romanos porque existió Cartago
y España fue un
invento en contra de los otros.
Que los negros
fueron hermanos de los negros
porque los
blancos les llenamos de muerte la mirada.
Que escribimos
nuestra Historia
con el lápiz
torcido de lo ajeno
Os digo que
fuimos alemanes para no ser franceses
y europeos para
no ser americanos
y chinos
y escoceses
y australianos
y vascos
y vikingos
y todo es un
espejo
enfrente de un
espejo.
Escuchadme sólo
llamo para deciros eso
que os
necesitamos ahora
para ser un poco
más humanos
que la cosa se
está poniendo peligrosa
en este verde
planeta enamorado
¡y que vengáis
pronto¡
estimados y
desconocidos
extraterrestres.
Nietszche
estaba equivocado
Dios está mayor
Dios no ha muerto
todavía.
Dios lleva unos
cuantos siglos
jubilado
Baja todas las
mañanas
con su chándal
de estrellitas
y sus manos a la
espalda
a contemplar el
mundo.
Primero hace un
poco de ejercicio
en una de esas
bicicletas estáticas
que ponen en los
parques
Dios se monta,
pedalea
y lentamente van
girando las galaxias.
Luego se sienta
en un banco
a ver cómo el
sol riega las calles
con su manguera
de fotones
hasta que se
cansa y se dedica
a alguno de sus
pasatiempos favoritos:
incendiar algún
arbusto
separar las aguas
de los charcos
multiplicar
salmones y baguettes
convertir el agua
mineral en vino tinto
todas esas cosas
que le gustaba hacer
en sus buenos
tiempos.
Los domingos por
la tarde
Dios juega a la
petanca
con sistemas
planetarios muy lejanos.
Los lunes
madruga,
baja andando al
bar de siempre
y se toma un
carajillo
luego se gasta en
una tragaperras
algunas
trayectorias de los átomos.
Dios está mayor,
se aburre
a veces se queda
dormido
en cualquier
parte
la última vez
mientras roncaba
en su
sillón de nubes
aquí abajo
pasamos
dos guerras
mundiales
veinticinco
terremotos
y algunos
genocidios.
El pobre ya no
habla con nadie
y cuando la gente
reza
sube el volumen
de la lluvia.
Cada vez recuerda
menos cosas
y ya no es tan
omnisciente
como cuando era
joven.
Son las cataratas
del Niágara
las que tapan sus
pupilas
los bosques
nevados de Siberia
las canas que le
han salido en la cabeza
el cambio
climático
sus problemas de
la próstata.
Él, que puso en
pie la gravedad
que alicató el
solito la Vía Láctea
que en su divina
juventud
fue un Dios
salvaje
de esos que por
un pequeño enfado
desataban sin
pensar El Gran Diluvio
y ahora, pobre
ya no le quedan
fuerzas
para tanta
omnipotencia.
Dios está muy
pero que muy mayor
cada vez que sale
de la ducha
y se mira en el
espejo
se vuelve un poco
más ateo.
El día que Dios
se muera
no habrá grandes
funerales
ni un coro de
alondras y cigarras
entonando un
réquiem
ni una bella
explosión de supernovas
Dios se apagará
despacio
en un tímido rincón de su universo
en un tímido rincón de su universo
con la misma
sencillez
con que se apaga
la luz de la cocina
sin hacer apenas
ruido
lentamente
como se apagan
siempre
las grandes
ilusiones.
Usted me llama a
su despacho y me pregunta
con el tono
coloquial y el matiz paternalista
que emplean los
jefes de hoy en día
Miguel, tío ¿qué
te pasa últimamente?
Qué quiere que
le diga, jefe
soy como el
documento AC 387 / 21
tengo tendencia a
traspapelarme
soy un pésimo
informe de todas la reuniones conmigo mismo.
No sé, tengo el
cerebro lleno de bolis que no pintan
puse a la muerte
en la bandeja de correo no deseado
pero la muerte no
es spam
y entonces el
miedo se me hizo peludo y gigantesco
y ahora lo
alimento como puedo
con arañas de
nieve, sacapuntas salvajes
y millones de
segundas veces.
Me pasa que todos
los días
introduzco la
cabeza en la fotocopiadora
y le juro por lo
más sagrado que aparezco
en una
gasolinera lluviosa de Oklahoma City.
Me pasa que mi
conciencia es
la máquina de
Coca-Cola del vestíbulo
siempre se atasca
un pensamiento
y eso que mañana
es viernes luego existo.
Me pasa que
cuando quiero decir
buenas noches o
te quiero mucho
termino por decir
dos huevos fritos o
póngame otro
menú XXL con doble de fracaso.
Me pasa que
mantuve una intensa relación afectiva
con un ácaro que
vivía en mi silla giratoria
nos gustaba dar
vueltas
yo lo acariciaba
muy despacio
como si fuera una
gota de mercurio o una tecla rota
pero cuando le
pedí que nos casáramos
me dejó por uno
perfil falso de su Facebook.
Usted no quiere
saber lo que me pasa
además su tiempo
es oro de 24 quilates
y tiene que
cuadrar su maravilloso balance
pero yo se lo
cuento
una vez abrí un
paraguas dentro de mi nariz
porque no había
leído las instrucciones de los paraguas
y entonces empezó
a llover
en todos mis
recuerdos soleados.
Tiene usted razón
soy muy
despistado
confundo pensar
con estar vivo
cuando me toque
el turno para morirme
me voy a
despistar completamente
y se me va a
colar un señor coreano de 95 años.
Es cierto que
últimamente llego tarde
pero es que
estoy analizando al microscopio
la composición
química de los lunes por la mañana.
Pierdo el tren
porque estoy absorto
leyendo un libro
titulado
“No volveré a
perder el tren”
Estoy de acuerdo
con usted
algo me pasa
soy un completo
irremediable y absoluto desastre.
Pero a veces
durante breves
minutos luminosos
soy un desastre
valiente
capaz de hacer un
triple salto mortal sobre este teclado.
¿Sabe usted lo
que es un poema?
Miguel Martínez. En Muturreko Ahotsak. Voces del Extremo. Loturaren Poesia / Poesía del Vínculo. Amargord Ed. 2017
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