Todos hemos
sido vencidos,
vencidos
porque nos convencieron
de que el
cero es un valor coleccionable.
Vencidos por
el vencimiento mensual
de la cuota
de la hipoteca.
Vencidos por
vendernos
a las
mentiras para pertenecer a algún sitio.
Vencidos por
venerar desde la guardería
al
despertador que ensordece el sueño.
Vencidos por
la no verdad y la no mentira
que nos
sitúa en el medio de un no lugar
al que nunca
perteneceremos.
Vencidos por
sentirnos victoriosos
ante el
reflejo de nosotros mismos
cuando
disfrazamos la miseria de
“esto es un
simple contratiempo”.
Vencidos y
vendidos en desvencijadas vendas
que no
cubren las heridas
de haber
pasado por este mundo
con
evidencias de videntes y
vendedores
de humo.
Todos hemos
sido vencidos
por habernos
dejado convencer
de que hemos
estado vivos.
Montserrat
Villar González. En Muturreko Ahotsak. Voces del Extremo. Loturaren Poesia / Poesía del Vínculo. Amargord Ed. 2017
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