La
realidad actual, nuestra y de todas las aerolíneas del mundo,
es
que prácticamente no tenemos adónde volar.
María Jesús
López Solas
Directora de
Clientes y Loyalty de Iberia
-declaraciones
durante la crisis del Covid 19-
El
cielo está limpio y azul,
las
nubes tienen un brillo especial,
parecen
recién lavadas
y
todo huele a pureza.
Los
pájaros cantan más fuerte,
los
gansos y las ocas han conquistado las riberas,
los
patos se pasean por las orillas del Guadalquivir,
los
jabalíes vagabundean por la Ciudad Condal,
los
ciervos juegan a la orilla del mar en Matalascañas,
la
maleza vuelve a ser señora de los caminos.
Solo
se escucha a la naturaleza,
su
latido lo inunda todo,
puedes
sentir su respiración
como
la de una amante satisfecha.
Tal
vez esta sea la enseñanza que trae el virus,
merecería
la pena, cuando salgamos de esta,
reconocer
nuestra vulnerabilidad, nuestra fragilidad,
la
necesidad que tenemos del cariño de los demás
y
conservar esto
que
es lo único que habremos ganado
después
del confinamiento.
Reconocer,
también, que es tiempo de parar,
dejar
de producir lo que no sea esencial,
dejar
de contaminar
y
entregarnos a lo que nos faltaba,
el
contacto, el abrazo, la presencia, la carnalidad,
la
textura social de nuestras vidas.
Un
virus letal viene a darnos una lección
para
la que no estábamos preparados
ni
queríamos escuchar,
un
virus provocado por nuestra destructiva forma de vida
viene
a devolvernos todo el daño que le estamos haciendo
a
la naturaleza y a los demás.
Nunca
hemos estado más cerca de la distopía.
Nunca
hemos estado más cerca de la utopía.
Nos
toca elegir.
Antonio Orihuela. En: Conclusa. Universidad de Extremadura. 2020
Fotografía de Carmen Lourdes Fdez. de Soto
Los empresaurios se impacientan,
ResponderEliminarquieren hacer caja,
no les importan las que se apilan en las morgues.
Vuelve el estruendo humeante a colmar calles y carreteras. Vuelve la premura canibal.
Jeff Bezos ríe desde el puente de su galera,
mientras observa el trazo frenético de los galeotes
traducidos en vertiginosas cifras
en los pornográficos paneles de Wall-Street.
La siniestra maquinaria capitalista
redobla su voraz apetito, vuelve a la carga
con redobladas ansias, la deuda, la deuda...
tiene que zamparse todos los ayeres y mañanas
con todo lo que contienen.
¿Es esto lo que hemos elegido, o simplemente aceptamos?
Para elegir rumbo hay que tomar el timón.
¿Estamos dispuestos a ello?...
La nave va a la deriva hace tiempo, Loam... y la orquesta sigue tocando... soy pesimista sobre nuestro futuro.
EliminarUn pensamiento plenamente compartido... Este virus letal ha venido a advertirnos. Ya no tenemos excusa para postergar más ese giro urgentísimo de rumbo tanto tiempo aplazado, el dolor de la muerte prematura, innecesaria, arde como ascua hambrienta quemando los recodos vírgenes de las costillas. Este desastre que es la corruptela del mercado libre tan tristemente esclavizante, del mundo devorado por la codicia que adora la apropiación indebida y el abuso depravado del natural tesoro que nos concede tan generosamente Gaia, dones suficientes para el sostén diario, este desastre, digo, no es infinito, no tiene por qué serlo... Habrá que organizarse para plantarle cara al desenfreno con un ¡basta ya de producir! y un ¡prohibido consumir el poco aliento limpio que nos queda! Un saludo desde México.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Teresa, gracias por leerme y compartir mis pensamientos.
ResponderEliminarGracias a ti, siempre es un placer transitar por tus versos.
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