paquidermo
primero dijiste
que te recordaba a un elefante:
los elefantes parecen
gigantes intocables
pero después son demasiado dóciles
tarde o temprano los cazan por el marfil
me mudé a tu país
(el elefante es capaz de caminar hasta 32 mil km en busca de agua y [comida)
aprendí tu idioma el pan negro la kartoffelsalat
muchas veces creí verte pasar
y no era encima de un caballo¹
it reminds me of depression:
fue lo único que salió de tu boca
cuando leíste un poema de amor que hice para ti
oh lord,
de mi depresión no supiste nada
(un elefante puede levantar hasta 10.000 kg
y sus patas son pilares verticales
precavidas para sostener cualquier peso)
finalmente, tu más noble consejo:
guarda la poesía sólo para los libros
fue entonces cuando me quitaste todo el marfil:
los elefantes son dóciles, es un hecho
pero graban en sus ojos rutas migratorias
y no apartan ningún esqueleto del camino:
la memoria del elefante
es lo último en morir.
¹
toda la suerte que hay / en el mundo viene a lomos de un caballo, del
poema “o cavalo”, de Adelaide Ivánova.
***
inmunidad
un calor atípico
invade este cuarto y todos
los objetos que voy
tocando / no me dan
asco no es necesario
limpiarlos / es todo mío todo
orgánico
biológico y sin lactosa
suena un jazz de alice
coltrane, algo
que alivia la espera
de las tareas de fuera:
ordenar la estantería
salir para trabajar elegir
un vestido un carmín la sonrisa adecuada
hay un código secreto
que es necesario aprender: la
máscara del día
también tiene sus reglas
—¿se puede usar
en una manifestación contra el feminicidio
la misma máscara
de un día feliz?
pero por ahora
está apenas mi olor a piel usada
porque ha habido una ola de calor
vendrá otra dentro de poco
y no voy a llamar a nadie más a esta libertad
no la voy a compartir así retumben afuera
cañones llamen a las armas químicas lluevan
soldados mutilados: este júbilo será
sólo mío este cuarto
es inmune al dolor
lo repito, este cuarto
es inmune al dolor
y en esta secuencia
es cuando se retuercen los dedos de los pies
que como uñas de gato
empujan las sábanas mecánicamente
—lo que daría ford por una línea de montaje así—
y al final, como denuncia,
tal vez un discreto lago triangular:
la apertura exacta de ciento cincuenta grados
(dos piernas)
abiertas a todo
menos a la mortalidad.
FRANCISCA CAMELO
En: Tras los claveles. 35 poetas portuguesas 1970-1999
antología. Uberto Stabile comp. Ed. Oveja negra. Cádiz, 2022
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