Lo primero es elegir el procedimiento claro,
pero como al fin se trata
de apagar a un individuo
tan opuesto a ti en conducta
que es imposible del todo
posibilidad alguna de acercamiento inocente,
por laboral circunstancia o de simple simpatía,
es aquí del todo absurdo,
—y eso es desde el mismo origen,
pues ya en griego simpatía nacía de si padecer
siempre por las mismas cosas,
que Epicuro así decía—,
descartado queda entonces
que te acerques a abrazar
al asno que te disgusta.
Partimos, pues, que se trata
de un individuo lejano que a cenar no va a invitarte
y menos a un desayuno
después de noche fogosa.
Es tu enemigo, y no hay más, aunque él lo desconozca.
Explicado brevemente, el ínclito personaje
ni sabe que tú ya existes,
por mucho que a tí te amargue
la vida o el escribir axila en vez de sobaco,
por ejemplo, o retrasando
el cobro de tu derecho, de izquierdas, valga la frase,
paga extra de verano
para que coincida justo
con el día que él por fin hizo de vientre
sin lavativas ni rezos,
dicho sea como evidente.
Lo segundo a recordar
es que debes actuar
solo,
los cómplices para el cine,
es conflicto personal como si no interesase
nada el daño que a otros haga
el citado personaje.
Si pides ayuda o informas
de tu secreta intención
la ocasión para tu éxito
se reduce a la mitad,
bastaría conque tu cómplice
oliese, por decir algo,
a misal, cera o incienso
para que el éxito acabe
mucho antes de empezar.
Tu acto ha de ser del todo
mudo,
inodoro, incoloro, inesperado, impensable.
Ni siquiera en tu último goce de desnudez y de cama
has de dar a entender
breve a tu dama,
—maceta que recoge tu semilla,
según afirman fieles santos infalibles—,
que puedes tardar un tiempo en repetir las cosquillas.
Pronuncia siempre un mañana
y pon en la despedida un gran brillo en tu sonrisa
con significado, aunque falso,
de hasta luego.
El tercero de los puntos
de capital importancia
está relacionado levemente con relojes
y de modo historicista con hojas de calendario
de pared o santuario,
y es este un punto azaroso
sobre el que careces
por completo
de influencia.
Te obligas, tengas cita previa
con el peluquero
o que se te haya inflamado el prepucio traicionero,
a que una fecha muy concreta se te infle
de importancia para muchos
como se infla
el vientre de una rana si le soplas
con una paja introducida en el culo.
Por algo más que por curiosidad
debes consultar
y elegir para el histórico suceso
un buen nombre en el santoral del día,
advierte que no es igual
que elijas entre el ramillete de los bienaventurados
de un día determinado
a san Gilberto de Sempringham,
fundador de monasterios dúplices,
que a san Rabano Mauro,
aficionado a caligramas para solitarios.
Hay un hilo invisible con el más allá
que puede hacer que llueva o ventee según escojas.
Finalmente,
y dado que no existe dictador eliminable que no peque de aburrido,
y que su mérito principal es siempre la repetición cansina interminable
del mismo comportamiento día tras día
cuando busca aplausos y vivas entre muchedumbres
cansinas e interminables una vez y otra vez,
no has de buscar días especiales sino días cansinos de vivas interminables,
o sea,
que has de procurar para tu acto trascendente
un día interminable y cansino,
que habitualmente, y eso importa,
suele ser día sin paraguas.
Llega el momento, por fin,
consultada prensa o radio,
y cuidadosamente examinado un mapa
callejero.
Es aconsejable, con antelación y soledad,
que, como quien va buscando la oficina de un notario,
llegues a detenerte dos segundos
en el preciso lugar del portentoso momento,
que es muy aconsejable que esté próximo a un lugar para peatones,
lo que obligará al famoso a saludar brazo en alto a la gente entusiasmada,
próximo ya el desgraciado a penetrar
en la cueva,
que tanto da que sea iglesia, diputación o negocio,
y es seguro que tendrá
banderas.
¿El desenlace?
Tonto serás si no comprendes
la facilidad
del suceso escrito ya en la Eternidad.
¡Te has de hacer muy invisible!
Invisible es un lobo en la manada,
un cerdo en la piara,
un caballo en la yeguada,
una gaviota en la bandada,
un buey en la boyada,
una perdiz en la torada,
y hasta un soldado en el hatajo.
Invisible, no importará que grites
como todos,
la borregada no se ve,
todos parecerán feos espantajos.
Grita fuerte.
No serás juzgado por tal escupitajo.
Ni te verán, no existes.
Saca la Smith Wesson M29 corta.
Apunta por instinto, es infalible,
la muchedumbre es ciega, no te ven.
A la cabeza.
Disfruta del espanto.
Como invisible, luego vuela.
Márchate de allí, más hazlo andando,
y si prefieres, exclamando
con frases de gran susto
la gran desgracia de venir volando
una piedra, un cohete, una cagada
de un pájaro volando.
No dejes plumas, finge muy gran llanto.
Ve caminando.
Pasea hasta un cine:
a ver Sopa de ganso.
Antonio Santos Barranca
¡Muy bueno!
ResponderEliminarAunque sólo en Poesía quepa salir tan airoso de tal asunto, es muy grato imaginarlo...
Con aquél tuve yo la gran suerte de no coincidir más que tres tiernos añitos de inopia aunque no por eso no me parezca un ser nauseabundo, tan nauseabundo como este putín de hoy...
Extrapolo su poema a mis sueños conscientes, si me da permiso, señor Santos; siempre es grato soñar con la justicia y la paz.
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Primero, gracias por el Blog. Segundo, gracias al autor de este poema divertido que demuestra que existe una poesía lúdica, la que si se aprendía de memoria el pueblo griego clásico. Ya hemos leído algo de él antes, creo. Pido un bis, bis, que repita, detrás de esa especie de broma sdvierto muchísima cultura.
ResponderEliminarLo anterior no es anónimo, me llamo David y mi dirección es aquidavid@outlook.com, pero me ha salido como de quién se oculta.
ResponderEliminarGracias David, pronto tendremos a Antonio de nuevo con nosotros en el blog!!
ResponderEliminarTres tonterías (por si hubiera dudas):
ResponderEliminarUna: Hasta donde llego, manifestar una opinión bajo anonimato o seudónimo es una práctica casi tan antigua como la propia literatura. Dos: Pese a que el anonimato es legal, cierta ideología política (la que coarta derechos), le atribuye connotaciones negativas y lo criminaliza. Y tres: Es bastante más fácil localizar un delito en Internet que en el mundo físico. El número IP es un dato personal, insisto, PERSONAL, que nos identifica.
Chiloé
No entiendo comentario de Anónimo Chiloé, pero tampoco sé cómo aparecer con nombre, creo que necesariamente hay que tener correo GMAIL, no es mi caso. ( aquidavid@outlook.com )
ResponderEliminarLo he traducido al alemán y me gustaría publicarlo,¿es legal?: Die erste besteht darin, das klare Verfahren zu wählen,
ResponderEliminarA veces hablo por encima de mis capacidades intelectuales y, acto seguido, el malentendido ya está en marcha.
ResponderEliminarMe llamo David, he puesto una nota el otro día, pero el blog, al parecer, sólo acepta correos de @gmail, que no es mi caso. Chiloé escribe tan crípticamente, a lo andaluz divinizado odioso, que tengo curiosidad si está atacando el poema, lo elogia, escribe para VOX o es otro poema ultramoderno lo que expresa. Me lío… porque escribió detrás de mí. No por otra cosa. ( No es anónimo, es de David ).
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