Mentiras
en 625 líneas,
el mundo miente a
toda página y la realidad y el país
se desconocen.
Mienten
muy bien desde el estrado. Miente el capataz,
el
intelectual a sueldo y el director general
--
tahúr que vende ideología como ciencia matemática--.
Miente
el embajador, el senador,
el
escultor, el cantante y el poeta.
Todos
mienten.
El
general explica un mapa falso y miente a las viudas.
El
periodista vocea las mentiras.
El
taxista y la portera multiplican ecos falsos.
Es
la misma mentira repetida, reiterada, mentira,
que
parece casi una verdad, que por omnipresente, se abre paso.
Sin
embargo, hay un hormiguero tenaz de descreídos,
eternos
perdedores de una causa invencible,
que
han jurado veracidad incandescente,
que
palpan la realidad con la suela del zapato,
que
se juntan en la plaza, colmando avenidas,
llenando
de verdad la tertulia, la cátedra,
el correo electrónico y el boca a boca.
Bernardo Santos. Con el paso cambiado (nuevamente). Ed. Baile del Sol, 2012
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