He
adaptado ya mi pensamiento al únicamente disponible,
- para qué esperar si la velocidad se traduce siempre en recompensa -
Me
he adaptado al único pensamiento verdadero,
al
que nos da la felicidad,
al
que está científicamente demostrado
porque
emana de las irrefutables leyes del mercado,
realmente
el único existente,
el
de mi jefe, el del vecino,
el
que anuncian por la tele, el de los triunfadores,
no
vaya a ser que andando con mandangas,
vayan
a identificar que tengo alguna duda.
Bernardo Santos. Con el paso cambiado. Ed. Baile del Sol, 2012
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