Casi dormido
llegué al baño
No me miré al
espejo ni hice las abluciones
Acostumbradas
Me despedí a
la vez que dejé que estuviera
No quería de
ninguna manera
Que se
encontrase indispuesta conmigo
La sombra
agradeció el gesto inmutable
Como son las
sombras
Para que el
oscuro que habitan recoja aun
Más la parte
de luz que queda
En esta
mínima sonrisa con que saludo al día
No creas dijo
que porque ahora me ves
Es esta la
primera vez que contigo he estado
En el último
bar hace varias noches
Me senté a tu
lado
Tenía el
rostro pintado y una sonrisa
Que tú
alabaste hasta muy empezada la mañana
Fuimos al
baño varias veces y me preguntaste cuánto
Te contesté
que tu vida por la mía
Y que me la
entregabas
Recuerdo que
no eras rubia ni morena
ni pelirroja
No tenías
determinado color
Ni al aire
dejabas el ritmo trino de tu voz
Cantabas una
canción sobre las alturas
Dramáticas de
la respiración
cuando se
encarna en material forma
De hombre
castigado y con vasto amor
Te fuiste
antes que te besara
Ese beso en
que debía perderme para hacerme
contigo
Un silencio
anterior a la nieve de mi voz
Me fui porque
te amaba más allá del daño
con que
castigabas la luz que hasta entonces
me asfixiaba
Me fui porque
era tuya como ahora
Cercana al
niño que jugaba con una pelota
roja
en el parque
cercano a la que fue tu casa
Era tuya
entre las ramas de aquel
pensamiento
de joven
y cuando
armabas las primeras palabras
sobre el
papel blanco una y otra mañana
Soy tu más
larga mirada
Y durante
mucho tiempo pensaste que vivía
sin ti
Pero somos
haz y envés
de una moneda
que el viento lleva
y tu canción
generosa me fue conquistando
sin yo querer
Hay algo en
tu mirada que aun no he desvelado
No se puede
amar el amor
como lo amas
No es cierto
contesté el amor es quien me
ama a mi
Solo devuelvo
lo que se me da en esa mirada
La sombra es
un niño que juega
Y tus
palabras la ausencia del vacío que vives
Existir es un
sueño en el que el equilibrio
es la cuerda
con que te ato y desato
de tus
pensamientos y tus actos
Yo también
sueño y mis sueños circundan la
memoria
Y lo que
hemos vivido los humanos
Un niño sin
rostro
Un niño en
mis rizos
Un niño en el
café un niño en la bañera
Un niño que
juega es también
El toro con
que me visto en la embestida
Porque para
ser tuve que alejarme del que era
Acaso porque
irse o dejar sea el modo humano
De alcanzar
el ser
Despidiendo
siempre y cada vez todo lo otro
Que nos
gustaba
Acaso nosotros
mismos
En una
aventura sin final o con tu nombre
Sombra
No
Yo solo soy
la mediación con que vistes la
Aurora
La noche
oscura la has vencido creyendo en
la nada
La nada de
ser tú solo
quien dentro
de su desesperación sucedida
Vestía el
mono con alambres
Abrazaba a la
muñeca
Se deshacía
por una caricia
Sin rechistar
dentro del silencio más antiguo
que existe
el laberinto
de soledad
que el cuerpo
de la mujer representa
en tu toro en
tu macho
para regalar
al Teseo de sus sueños el hilo de
sus trenzas
con que te mata
de amor y
soledad por ella
para hacer un
Dionisos del abandono
en cualquier
isla
Quedamos en
que el que interrogaba debía ser yo
Pero tú acaso
no eres la otra forma en que me
visto
Dejemos el
juego y fundámonos en el abrazo
Al que no
impondré el miedo
Sabes a lo
que te arriesgas
Es en vano
Si has venido
es porque pides algo
Y he
interpretado fuera hace frío
Y que llevas
mucho tiempo esperando
Ven conmigo
sombra abrázame con el abrazo
Que no mata
Ven a nacer
otra vez en este río doble y cada
Vez que el
tiempo nuevo sea
No quiero ya
vivir sin tu compañía
No quiero ser
siempre aquel al que falta la
Vida
Que sin ti en
mí no sería cumplida
Sea lo que
quieres sea lo que quiero
Nos
aventuramos los dos en un mundo
Que no es el
de Fausto sino
Acercándonos
en leves pasos al consuelo
El mundo es
tan amplio y rico que cabe en
una mano o
una naranja
El mundo es
también una paloma
Y todos los
días que no son mañana ni ayer
Te contaré un
secreto
He llegado a
saber como máxima respuesta
Que
El mundo es
un hermano
Y es tiempo
de amar
Que ven y
vamos es darnos la mano
Para que
regresar o aventurarse sean juntos
Y el mundo el
amado.
José María de la Quintana. El Bosque elegido. Ed. Amargord, 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario