Sin
laberinto no hay rigor
(José-Miguel Ullán)
(1h 21 min 32 s )
no sé / quizá la señal que se queda en la pared al descolgar un
cuadro / un vacío / una carencia y / simultáneamente / una irrupción / / algo
nos es negado al tiempo que un hueco estriado se delata / / el vigilante
nocturno ensaya trucos de cartas sobre su mesita quemada con cigarrillos /
equilibrada con un viejo naipe plegado in-cuarto
bajo una de las patas / mientras / sin hacer ruido / sin forzar ninguna entrada
/ el lienzo resulta escamoteado / / estoy durmiendo solo en casa / de madrugada
me levanto a oscuras para ir al baño / tropiezo con alguien parado en mitad del
pasillo / pero todo sucede en silencio / a cámara lenta / sin aspavientos / sin
gritos / sin amenazas / eso es lo terrible / los dos apartándonos / torpes /
sedados / apretados contra la pared para ceder el paso / fardos de parsimonia /
la extrañeza no puede con la corrección / se mantiene sorda / agazapada / para
más inri ya ni siquiera se muestra / en algún lugar hiberna y oscurece / se
retrae / se hace más densa / espera su momento / / y cada uno mientras tanto
sigue haciendo su vida / cogido del brazo del aguacero / cavando en la
dirección equivocada / silbando hasta que escampe / como si tal cosa / / y un
día sueña que está muerto / solo dios sabe desde cuándo / pero debe seguir
fingiendo que vive y respira / para no disgustar a su madre / sí / “estábamos muertos y podíamos respirar” /
he subido un poco el énfasis en esta última frase ¿se ha dado cuenta? / para
hacerle visibles las comillas / es un verso de Paul Celan / un poeta judío que
acaso usted conozca / claro que él tenía buenas razones para hablar de esa
forma / / sí / ya sé / me ha puesto en guardia / repetidamente / contra esta
tendencia a camuflar mis / llamémosle así / dificultades / bajo un disfraz literario y
retórico / creo que “magnificar” fue el
término exacto que empleó / / no / no hace falta que diga nada / sus silencios
cambian de tonalidad cuando desaprueba algo de lo que voy contando / tiñen mis
palabras y colorean los ecos / / sé que me pierdo con demasiada facilidad /
cambio de rumbo (y hasta de bando) / y no me apeo de estas ramas por las que
voy rampante / pero me gustaría averiguar dónde comienza lo propio / ahí radica
la cuestión / / mientras aguardaba mi turno he estado hojeando esas revistas manoseadas
que tiene en la sala de espera / y resulta que / según he podido ver en un
artículo de la National Geographic /
la inmensa mayoría de las células que se encuentran en un cuerpo humano ni
siquiera son humanas / parece ser que por cada célula propia hospedamos diez o
más células de otros seres microbianos / cargamos con varios billones de
microorganismos / pertenecientes a miles de especies y subespecies diferentes
que / día a día / desde el instante en que comenzamos a respirar y a ingerir la
leche materna / se han ido colando dentro de cada uno de nosotros / vamos por
ahí como vagones de metro en hora punta / una trama de andenes con servidumbre
de paso / / claro que esa no es la razón por la que uno se desmorona / se
pierde de vista / o malvive escenificando respuestas emocionales / como el
oficiante que se acomoda la barba postiza para la siguiente función litúrgica /
/ no / no / le aseguro que no estoy tratando de justificarme / / me asusté
cuando pronunciaron mi nombre / eso es todo / y ahora he de atenerme a las consecuencias
/ soy el retén que faltó al recuento / el funámbulo que debía subir al plató
después del tragasables / / cuentan que en la rueda de prensa / a la autora de
un diccionario un periodista rezagado le preguntó cuánto había de
autobiográfico en la obra / luego todo el mundo reía el chiste / ella también /
pero a mí me parece una buena pregunta / / es igual / para el caso que nos
ocupa casi todo lo que se pueda argumentar resulta irrelevante / / las
opiniones nos tienen a nosotros / y no al revés como tan a la ligera se afirma
/ / entonces ¿quién habla? / esa es la única respuesta que debería
obsesionarnos / / en cada escondite la voz desdobla sus ecos / y uno mismo /
puede ahí llegar a sentirse invulnerable / a resguardo / y sentado en su propio
regazo / infantilmente almenado / pronunciar sin miedo el inaudible nombre del
padre / / hundidos los pies en una niebla baja / pertinaz febrícula que acolcha
los golpes y nos corona como perfecto encajador / / sin pestañear amañamos una
tregua de resquemores / nos dejamos fotografiar tomados de los hombros / en
pose de Caín y Abel / / hemos desarmado en secreto al enemigo / y ahora
alardeamos de valor en la cima del parapeto / nadie salvo nosotros sabe que nos
estamos jugando una vida de fogueo / / recuerdo haber leído en algún sitio que
en 1916 / durante la Primera Guerra Mundial / el estudiante de medicina André
Breton / destinado a la sección de neuropsiquiatría de un sanatorio de campaña
/ con la misión de atender los desarreglos emocionales de los combatientes
heridos en el frente / se encontró entre sus pacientes con un soldado / al que
sus superiores habían retirado de la primera línea de fuego a causa de la
excesiva temeridad que mostraba durante los bombardeos / la explicación que dio
a los médicos que lo trataban fue que la supuesta Guerra Mundial no era más que
un descomunal simulacro / y las heridas solo maquillaje / por tanto los obuses figurados
no podían hacerle daño / / al cabo de unos días admitió / ante la insistencia
de los doctores / haber caminado sobre cadáveres en las trincheras / pero
objetó acto seguido que bien podría tratarse de cuerpos prestados por
hospitales / o cedidos por las facultades de medicina / enfermos fallecidos de
muerte natural convenientemente maquillados / utilizados como atrezo para
completar la puesta en escena del teatro de operaciones / o quizá no ser otra
cosa que maniquís de cera de acentuado verismo / modelados por expertos
artesanos al servicio de la industria bélica / / una bonita historia en medio
de aquel amasijo de lodo y sangre / ¿la pezuña del diablo señalando las vías de
escape? …/ /… la semana pasada / (puedo señalar con toda precisión el día y la
hora porque justo acababa de salir de la sesión anterior) / un amigo me habló
de una película que había visto en su juventud / no recordaba el título / ni el
nombre de los actores / supongo que no era más que una fantasía de serie B / en
la que el protagonista tenía el poder de volverse invisible / pero solo cuando
nadie lo estaba mirando / así que él mismo era el único testigo de sus
superpoderes / porque justo en el momento en que entraba en el campo de visión
de otra persona perdía sus invisibilidad / y se convertía de nuevo en un ser
vulgar y perceptible / / si estaba / por ejemplo / con alguien en una
habitación y su acompañante le daba la espalda / él se veía desaparecer / pero
si el otro se giraba de repente o encuadraba su reflejo en un espejo / entonces
se materializaba de nuevo / con toda normalidad / de forma tan sincronizada que
el interlocutor jamás llegaba a percibir ninguna clase de vibración o desenfoque
/ / no sé por qué / pero desde que me lo contó no he dejado de pensar en el
asunto / y de sentir una gran conmiseración por el infortunado personaje /
porque sin duda ese poder habría de proporcionarle incontables desdichas / me
lo imagino experimentando el prodigio / una y otra vez / en la soledad de su
cuarto / antes de convencerse de que no se trata de una alucinación / sino que
su invisibilidad es algo físicamente constatable / después intentaría atrapar
el instante de la desaparición / sorprender su propia fuga del espejo / girando
muy rápido la cabeza en el momento exacto en que su interlocutor dejaba de
mirarlo / tratando de asistir a la transformación y descubrir el truco / pero
allí ya no hay nadie / / estas escenas / como dice Godard / habría que rodarlas
por la espalda / / quizá se proponga también realizar pruebas con su gato / o
con alguna otra mascota / aunque supongo que la mirada de los animales no lo
convertiría en visible / es casi imposible certificar un momento en que ningún
animal te está mirando / las hormigas / las arañas / los ojos facetados de las
moscas / no / no creo que la película pudiera contemplar esa posibilidad / solo
una mirada humana echaría por tierra el fenómeno / / me lo imagino / cuando por
fin se convence a sí mismo de que su transformación es una realidad incuestionable
/ tratando de comunicárselo a su seres más próximos / quizá a su novia y a sus
amigos / me parece que lo estoy viendo / primero las bromas y las risitas /
luego el intercambio de miradas sinceramente preocupadas de los allegados al
constatar su inverosímil empecinamiento / las conversaciones privadas entre
parientes / las miradas perdidas / los embarazosos silencios / / y él volviendo
con obstinación a las comprobaciones en privado tras cada fracaso público / y
la desesperación creciente ante ese milagro inútil / / si yo fuera el
responsable del guión / el protagonista se suicidaría al final de la película /
por ejemplo arrojándose de un viaducto o algo así / desde luego en un espacio
urbano / en el que un buen número de viandantes pudieran asistir / perplejos /
a las últimas palabras de su discurso alucinado / y contemplar acto seguido
como se arroja al vacío / / en la caída algún obstáculo natural / no sé / un
seto de jardín o el pequeño muro de una propiedad / lo oculta a la mirada
espantada de los testigos / que todavía agitan los brazos allá en lo alto
asomados al pretil / / pero los espectadores que estamos asistiendo a la
proyección de la película llegamos justo a tiempo / en un calculado contraplano
/ de observar como su cuerpo se desvanece en el aire y desaparece un instante
antes de tocar el suelo / / justo en el último plano / sobre el lugar que debía
ocupar el cadáver / se materializa el rótulo de The End / / ¡vaya! / esto no ha estado nada mal / quizá pueda
buscar trabajo de guionista / o escribir una novela de muchísimo éxito / ¿usted
graba las conversaciones? / sí / ya me lo imaginaba / no podía ser que dejara hundirse
en el olvido todo lo que aquí se dice / como si fuera anecdótico recordarlo con
mayor o menor exactitud / / cierto que antes no había grabaciones y todo se
fiaba a la memoria del analista / eran otros tiempos y los discursos tenían a
su disposición todo el tiempo de los oyentes / pero ahora estaba bastante claro
que tanta impasibilidad tenía que ser un poco impostada / / perdón / solo
quería saber si puedo recuperar ese tramo en el que hablaba de la película /
por razones profesionales / sí / vale / vale / ya sigo / / estoy empezando a
escribir las primeras notas de un nuevo libro / no / no tiene nada que ver con
la historia del invisible desilusionado de su inservible invisibilidad / / y con
toda seguridad este no será un best
seller / se trata de un poema novelado / no se ría / no es algo tan raro /
en realidad ni siquiera lo he inventado yo / otros lo han hecho sin darse cuenta
/ es decir / sin darse cuenta de que estaban haciendo una novela / en realidad
creían estar haciendo la edición anotada de un libro de versos / / a ver si me
explico / mejor vuelvo a empezar / / estoy pensando en escribir un poema
novelado / y no / no tiene nada que ver con Pálido
fuego / ya sabe / la novela de Nabokov / allí se va deshilando una parodia
delirante a partir de una serie de clichés de la novela de campus / yo creo que
se podría leer como el Quijote de las novelas de campus / / es cierto que un
poema / bastante insufrible por otra parte / abre el libro y se sitúa
aparentemente en el centro de la acción / pero poco o nada tiene que ver el
poema con los descacharrantes acontecimientos que se narran en la novela / no
es más que el motivo que justifica la trama / yo creo que mucha gente se salta
el poema sin menoscabo alguno del interés de la narración / al menos yo lo hago
cada vez que la releo / / no / mi proyecto es muy distinto / yo pretendo / por
el contrario / que el poema sea un verdadero poema / y funcione como motor de
la novela / como el corazón que bombea sangre a todos los personajes y
situaciones / / veamos / se trata de presentar un poemario / un poemario real /
con toda la fuerza e intensidad que sea capaz de poner en él / y editarlo con
una prolija / ¡¡muy prolija!! / colección de comentarios y notaciones a pie de
página / / a primera vista tendrá el aspecto de la edición hipercrítica de una
obra poética / como otras tantas que
vagan insomnes por los estantes de las bibliotecas universitarias / / los
comentaristas / entre diez y doce personas diferentes que se van intercambiando
/ en grupos de cinco o seis por página / para anotar cada estrofa / serán los
personajes de la novela / cada uno con sus manías personales y sus obsesiones
hermenéuticas / todos enredados en sus juegos de destete / cada uno con una
metodología y un estilo bien diferenciado / / será necesario dotarlos a todos
de un perfil biográfico bastante preciso / sexo / nacionalidad / edad /
ideologías políticas y literarias subyacentes / afinidades o antipatías
enconadas / y una bibliografía ad hoc
/ / también convendría detallar un repertorio de congresos y convenciones donde
algunos hayan podido coincidir e iniciar alguna clase de correspondencia /
documentar sus disensiones públicas y afinidades privadas / incluso amoríos mal
encubiertos / / el supuesto responsable de la edición crítica desempeñará el
papel del narrador / sentado clueco sobre los versos / irá concediendo / como
en una ronda de comparecencias / la voz a cada uno de los estudiosos / en los
diferentes pasajes del poema que él considere necesitados de glosa o aclaración
/ / acudirá entonces a la bibliografía que hemos creado y enfrentará los criterios
divergentes / intentará ser en todo momento lo más ecuánime posible /
procurando no decantarse hacia una u otra interpretación del fragmento dudoso /
aunque quizá no siempre lo consiga y / en más ocasiones de las que le gustaría
/ dejará entrever sus propias preferencias / incluso es posible que llegue a
manifestar / a pesar de sus esfuerzos por no ceder a ella / una indisimulable animadversión
respecto de alguno de los exégetas / o aun una excesiva valoración de los
juicios emitidos por la atractiva estudiosa de la Universidad de Siena / /
bueno / ese es en líneas generales el plan de la obra / ¡qué bien se trabaja
aquí tumbado! / ¿me dejará consultar las grabaciones? / / hasta ahora no había
pensado tan a fondo en la figura del editor / pero él es quien reparte el juego
/ claro / ¿cómo no lo he visto antes? / él es el que modula la voz principal de
la narración / el responsable final del libro / el encargado de presentar /
arteramente / el catálogo de posibilidades y conclusiones / sí / este personaje
puede dar mucho de sí con su imposible neutralidad / / ¿puedo traer mi
grabadora la próxima vez? / ¡vale / vale! / ya sé / esto no es un taller de
escritura creativa / / está bien / vamos a lo nuestro / lo siento / no puedo
evitarlo / me pierdo en el vuelo de una mosca / ya me lo decía mi madre / /
también decía una frase muy graciosa / no / dos frases muy graciosas / que ya
desde niño pensaba incluir en un libro / / algún día / me repetía a mí mismo /
cuando sea mayor escribiré un libro y me encargaré de dejar para la posteridad
estas frases tan ocurrentes de mi madre / ¿quiere oírlas? / / la primera solía
pronunciarla como respuesta a mi infatigable insistencia sobre algún asunto
acerca de cuya relevancia y absoluta urgencia nuestros pareceres disentían
notablemente / de tal manera que / traspasado cierto umbral de resistencia / ella
acababa confesando / con el acompañamiento musical de un suspiro malhumorado / estoy más harta de ti que el zorro de rabo /
mi madre lo decía en gallego / estou máis
farta de ti co raposo de rabo / siempre
volvía a su lengua materna cuando la situación se tensaba / / la otra frase la
utilizaba como comentario a cualquier clase de actividad estrafalaria que me
viera realizar / y que ella pudiera considerar nada edificante / o muy poco
productiva / o ambas cosas a la vez / lo que es como decir que la utilizaba casi
a diario / el demonio cuando no tiene qué
hacer mata moscas con el rabo / / o
demo cando non ten que facer / co
rabo mata moscas / / y ahora que lo pienso / las dos tienen rabo / esto
seguro que le sirve en bandeja una buena ración de carnaza al analista / ¿eh? /
para que luego se queje / / ya está / aquí quedan registradas para el futuro de
la humanidad / aunque seguro que pertenecen al acervo popular y se las puede
encontrar perfectamente documentadas en más de una colección de refranes y
dichos tradicionales / es igual / / bueno / ya ve que la volatilidad me viene
de lejos / en fin / menos mal que mi infancia estuvo / como la de casi todo el
mundo / regida por la fuerza de la gravedad / / creo que un buen epitafio para
poner encima de mis cenizas sería algo así como / “Aquí yace / por fin se avino
a lo concreto” / / la verdad es que podría pasar horas así / tumbado / con
los ojos cerrados / hablando de cualquier cosa / (de hecho ya me las paso) / es
una pena que no se puedan dar en esta postura las charlas y las conferencias /
se pelearían por mí los departamentos de las universidades y los programadores
culturales / es estupendo hablar aquí en su despacho / puro suspense / nunca se
sabe por dónde asomará el deseo acuartelado / revuelo del habla / pedrada en la
pared del palomar / “tumulto de plumas y
aleteos” (si se me permite el desliz venial de la autocita) / alborotadas
fratrías y suelta de esclavo en saturnales / ¿dónde descargará la tronada? / /
estas grabaciones suyas valen su peso en oro / entendidas como material
literario / no me malinterprete / / y no se lo tome a mal / pero yo creo que
Freud fue uno de los más grandes novelistas del siglo XX / lo digo en serio /
le ruego que no archive esta afirmación en el apartado de provocaciones y
desafíos menores del cliente / o como la clásica boutade del paciente veterano y resabiado / que ha leído un par de
libros de psicoanálisis y trata de seducir al analista con su coquetería
ilustrada / / le aseguro que lo digo totalmente en serio / ¿qué narrador podría
haber escrito que su personaje “se sentía
atormentado por la obsesión de pensar en la Santísima Trinidad cada vez que
veía en el camino tres boñigas de caballo?” / ¿qué le parece? / ¿no es una
imagen realmente extraordinaria? / pero es que además se maneja en todos los
palos / y si dejamos de chapotear en el manglar de los delirios / que podría
parecer el territorio ideal para un novelista
de sus características / si atendemos en exclusiva a las acciones y a las
descripciones / nos encontraremos con pasajes igualmente memorables / dígame si
no qué escritor / ¡en el año 1914! / ¡cuando todavía se asaltaban con cargas de
caballería los nidos de ametralladoras! / se atrevería a confesar que el
protagonista “se pasaba meses enteros sin
defecar espontáneamente ni una sola vez / y solo podía hacerlo con la ayuda de
las irrigaciones / que le eran
practicadas periódicamente por uno de sus criados” / ¡bueno! ¡bueno! /
ahora las dos citas vienen rondando el tema excrementicio que tan caro le
resultaba al padre fundador / / ahí se las dejo para su solaz / pero no era ese
el tema que quería abordar / lo que me gustaría señalar es que ambas me parecen
de un atrevimiento genial / y debo añadir además que expresiones como estas no
son en absoluto la excepción / ni los frutos exóticos de algún momento de rara
inspiración / nada de eso / él siempre está literariamente a la altura / caso
tras caso / página tras página / todos sus artículos e intervenciones están
plagados de hallazgos / rebosan claridad y rigor / las situaciones están
dibujadas con precisión y gran economía de medios / y su imaginación parece no
tener fronteras / / qué puede importar que se haya limitado a documentar los
relatos que encontraba en las cabezas de sus pacientes / cosa que / por otro
lado / muchas veces habría que poner en duda / pues resulta imposible asegurar
que no haya retocado / al menos algunos detalles y cronologías / en aras de una
más solvente puesta en ficción de ciertos pasajes / infundiéndoles intensidad y
un mayor sentido narrativo / / pero aun si así no fuera / si no les hubiera
tocado ni un pelo y simplemente se hubiera dedicado a recoger y organizar los
materiales aventados en las magulladas infancias de sus convalecientes / no estaríamos
sino ante el más elemental trabajo de documentación / tarea a la que / por
definición / ningún novelista puede renunciar / / en cualquier caso las
genialidades utilizables hay que saber reconocerlas / anotarlas siguiendo un
método que las haga operativas / y luego hilvanarlas de forma coherente en un
discurso / / piense en Flaubert y su fiebre documentalista / qué nos importa
ahora a los lectores de dónde haya sacado los datos anodinos y las
informaciones extraordinarias / horarios de transportes públicos /
sintomatología de los envenenamientos / precios de telas y joyas / casuística
de los crímenes pasionales en los periódicos de la época / o tablas
pormenorizadas de los porcentajes de beneficio de los usureros rurales de tal o
cual comarca / informaciones que desbordaban los centenares de carpetas y
legajos que le servían para cimentar cada uno de sus proyectos / / no se enfade
/ hago lo que usted me dice / hablo de lo primero que se me ocurre …/ /… en mi
barrio durante muchos años no hubo iluminación en las calles interiores / eso
sí que lo recuerdo con nitidez / cómo iba a olvidarlo / yo fui el disc-jockey
de la fiesta de inauguración del alumbrado / cuando tenía trece o catorce años y
todavía decíamos pinchadiscos / ¡eche
cuentas! / durante todos los inviernos anteriores uno de los juegos más terroríficos
consistía en pasar al anochecer / en solitario / entre los setos que rodeaban
las viviendas / sabiendo que los más brutos de los chicos mayores estaban por
allí agazapados / dispuestos a helarnos el corazón con sus alaridos y amenazas
/ así frecuentábamos la casa embrujada / / sí / aunque quizá soy la persona
menos adecuada para hacer esta afirmación / estoy convencido de que el hombre /
como el árbol / crece alrededor del niño (“forrado
de niño” / que diría el amigo Ferdydurke) / añadiendo anillos concéntricos
/ ¿sabe usted que todos esos enormes árboles del parque de aquí al lado /
cargados de líquenes y revestidos de mataduras / conservan intacto en su
interior el elástico arbolillo que fueron hace más de cien años? / no / no es
una metáfora / es algo material / un dato físico / botánico / / cada árbol es
una escultura generada de forma orgánica / que preserva en las entrañas / capa
sobre capa / todos sus estados intermedios / / un escultor póvera italiano ha dedicado media vida a excavar en viejos troncos
hasta llegar al arbusto infante / el resultado es un trabajo de una plasticidad
sorprendente / / no hace mucho tiempo que colgué en mi blog algunas fotografías
de sus obras / lo digo por si quiere verlas / resultan en verdad muy elocuentes
/ busque Giuseppe Penone / / lo que quiero recalcar es que
sé que el niño sigue ahí / compañero de cautiverio / aunque no lo vea actúa
dentro de mí / se mueve cuando yo me muevo / y si ahora me fuera a dar un paseo
por el traqueteado camino de la antigua casa de mis padres / si volviera a
pasar por delante de la puerta de las zarzas / él pasaría conmigo / y seguro
que todavía contiene el aliento y se encoge por dentro allá al fondo / / memoria
/ esponja empapada en vinagre / balsa de un solo uso / tabla podrida que a
duras penas sostiene al ahogado / / si pienso en las tardes del barrio / no
suelo evocar las tinieblas de aquellas persecuciones / la imagen más
persistente es la del pedregoso descampado / con varios grados de inclinación
en sentido longitudinal / donde jugábamos al fútbol mientras la luz alcanzara
para distinguir el balón / medio tiempo cuesta arriba / y medio tiempo cuesta
abajo a favor de la fatiga del rival / con el pantalón corto de vestir / y los zapatos del colegio
que no debíamos estropear / rótulas bizcas de la infancia / rasponazos y restos
de sangre / / el banderín de córner era una piedra hincada en la esquina / en
la que a veces los balones rebotaban y volvían al terreno de juego / por llamar
de alguna manera a aquel baldío cuarteado de surcos pluviales / / cuando esto
sucedía / en algunas ocasiones se decretaba el saque de esquina / y en otras se
continuaba la jugada / según en qué equipo estuvieran ese día enrolados los más
abusones / / al llegar la primavera cazábamos salamandras en los acuíferos del
viejo túnel de ferrocarril que llevaba varias décadas en desuso / todavía puedo
sentir la humedad que se respiraba en la boca de la cripta invadida por la
vegetación / el fresco aliento de las paredes de la entrada / colonizadas por
helechos y enredaderas / que chorreaban miedo macerado en barrica todo el año /
/ como pasos amenazantes resonaban los ecos / extrañamente cristalinos en
aquella oscuridad / del agua que rezumaba de la bóveda y repiqueteaba sobre las
charcas arenosas del suelo / nuestro territorio de caza / / para capturar los
pequeños dragones armábamos lazadas anfibias con los tallos tiernos de las
gramíneas / / muchos años después nuestra dragomaquia de extrarradio me fue evocada
por una pintura de Max Ernst / titulada “A
la primera palabra pura” / en la que un curioso dispositivo de cuerdas y
contrapesos / dispuesto sobre el plano vertical de un muro / es utilizado par
atrapar lagartijas / o seccionarles la cola en caso de huida / la imagen se
suele interpretar como una alusión explícita / dentro del canon iconográfico
surrealista / al complejo de castración / / pero he de ser muy cauteloso con
los recuerdos furtivos / no quiero correr riesgos / es a todas luces innecesario
sobrecargarlos de signos / se está manipulando un material altamente inflamable
/ / la salamandra sale indemne del fuego / pero son ponzoñosas sus salpicaduras
/ / laceador de imprevistos respingos / reclama para sí la atención el niño de
los callejones acatarrados / tosiendo charcos y amebas bobas / masturba
hipotenusas con su musgo y sus luciérnagas en la puerta de las zarzas / cruza
por la tangente / se va de medio lado / / ya desvarío / cualquier día me recogen
hablando solo por la calle / cada vez está más claro lo mucho que necesito
estas sesiones / son mi salvapantallas / / cierro los ojos / pido silencio / no
veo calma / me dejo llevar / digo lo primero que oigo dentro de mí / / la palabra `remar´ se hizo pis en la arena
de la playa / ¿de dónde vino eso? / no está mal / tiene ritmo / quizá lo
pueda aprovechar como verso / / al momento de decirlo pienso en el helénico
tendal de pulpos / mecidos por el soplo de la historia / que nos encontramos en
la terraza-vergel de un restaurante de Ítaca / estuve allí / eso sí que es un
dato objetivo / existen fotografías que podrían probarlo / fue durante las
vacaciones de hace tres o cuatro años / el local se anunciaba como El jardín de Polifemo / la aldea se
llama Stávros / y está situada en la parte alta de la isla / al lado del
montículo en que Ulises levantó su palacio / al menos eso decían los folletos
turísticos / / ¡qué espléndido viaje en autobús de línea desde el puerto! /
podría hablar un buen rato del disparatado grupo de pasajeros que iba subiendo
y bajando en las paradas / mientras el autobús bufaba monte arriba / y el
perfil abrupto de los riscos se recortaba contra la luz azul del mar / pero no
creo que esto tenga mucho interés para usted / / en el restaurante nos atendió
la dueña / una eslovena que estaba aprendiendo español por correspondencia /
encantada de poder practicar un poco de conversación con sus únicos clientes /
supongo que estaría casada con el cocinero griego / adentro se les oía discutir
dando voces en una lengua indescifrable / pero cada vez que la mujer salía de
la cocina / con nuevas bandejas de viandas / se esforzaba en mostrar una
desenvuelta hospitalidad mediterránea trufada de palabras castellanas / / todo
esto parece inventado pero no lo es / yo estuve allí / ¿cuál es la diferencia?
/ ¿qué importancia tiene la exactitud de lo afirmado? / no sé / a lo mejor la
camarera no era eslovena sino croata o montenegrina / o quizá el autobús de
Stávros es un directo que no hace paradas / yo qué sé / ¿realmente estuve allí?
/ / words / words / words / como
decía el otro / el dandi epigramático
le llamó Borges / pero ...dejemos los libros / / recuerdo que aquella tarde /
después de la sobremesa en El jardín de
Polifemo / a pesar de que lo intentamos / nos faltaron las fuerzas para
bajar hasta la bahía de Pólis / desde lo alto veíamos el embarcadero / y la
minúscula playa con un par de veleros fondeados / dormitando sobre su sombra a
pocos metros de la costa / pero eran casi las cuatro de la tarde / habíamos
comido como cachorros de cíclope / con un vino tan espeso como mandan los
cánones / hacía muchísimo calor / y resultaba demasiado fatigoso pensar en la
tremenda remontada que tendríamos que hacer para regresar a la parada del
autobús / así que a medio camino nos dimos la vuelta sin llegar a pisar las
arenas del antiguo puerto de Ítaca / desde donde se supone que embarcaría
Odiseo camino de sus aventuras y desventuras / yo desde luego no lo pongo en
duda / / al menos como baluarte defensivo resulta inexpugnable / es casi
imposible imaginarse un ejército invasor subiendo aquellas cuestas / lagartos
en la pared del acantilado / con sus broncíneos cascos y sus labradas armaduras
/ solo de pensarlo me entran ahogos / / supongo que por eso / en el momento en
que se vivieron tiempos más pacíficos y la gente pudo acomodarse / el puerto
fue abandonado y sustituido por otro de orografía más amable situado en el lado
opuesto de la isla / / cuando volvíamos de retirada / llegando a la entrada del
pueblo / oímos que nos llamaban a voces y paramos a dejarnos saludar
afectuosamente / a través de una verja metálica tupida de enredaderas / por uno
de los parroquianos del autobús / creo que nuestras risas asfixiadas por el
último repecho lo habían despertado / estaba durmiendo la siesta a la sombra de
unos árboles / despatarrado en una tumbona en el jardín trasero de su casa /
con la cabeza cubierta por un pañuelo anudado / y allí lo dejamos / / y paro ya
con Ítaca / que voy a acabar contándole toda la Odisea / / demasiados giros /
demasiadas vueltas / carrusel que deseca el aire / / una Erinia a la que llaman
La Minuciosa / hechicera de ojos de
brea / escondida en el cañaveral levanta croquis del rompiente / enfrascada en
su labor teje un canto “que es delirio y un
extravío mortal” / si se me permite citar a otro griego / / no hay
escapatoria / por mucho que corramos nunca saldremos de los dominios de la
bruja barquera / / Grecia / un fósil calcinado filtrando el oleaje / / y aquí todavía
/ entre las cuatro paredes de su consulta / nadando entre los restos del
naufragio / palabras ahogadas / inertes / flotando boca abajo en el fragor sin
reflujo de la conciencia / / una de mis primeras exposiciones se tituló “Pecios” / eso fue mucho antes del viaje
a Grecia / hace casi una eternidad / en su momento algunos periódicos locales la
reseñaron como “Precios” / ¿se ríe? /
sí / ¿le parece gracioso? / sin querer le dieron un título muy elocuente / a
pesar de que en aquel momento me pasara desapercibido / / todas las profecías
no fechadas se cumplen / y este oráculo chusco tuvo un eco / quizá fortuito
pero muy significativo / bastantes años más tarde / en una serie de cuadros que
titulé “Valor de cambio” / / un fondo
abstracto muy texturado / casi monocromo / y sobre él / como única imagen / el
rótulo blanco con la inscripción `SE VENDE´ / como esos carteles que exhiben
los balcones de los pisos que esperan comprador / de hecho por aquella época yo
estaba ocupado en la venta de unas propiedades familiares y encargándome de
colocar los correspondientes letreros / que enseguida pasaron a los cuadros / /
en algunos incluso llegué a estampar / avanzada la serie / también la cifra del
precio de la obra / bien grande / ocupando todo el espacio / / hasta ahora ni
se me había pasado por la cabeza la posibilidad de relacionar estos trabajos
con aquel error premonitorio de los periodistas / / una imagen se tropezará
contigo una docena de ocasiones / pero no te servirá de nada hasta que no
tengas tus propias piezas configuradas de una determinada manera / sólo entonces
encontrará el hueco exacto en donde poder engranar y ponerse a trabajar con el
resto de la máquina… / /… ¿cuál ha sido el sistema de llamada? / / veamos /
aquí sería necesario poner un poco de orden / debemos seguir dos caminos bien
diferentes / / en el primero nos encontraremos con que el Laberinto de Mogor es
un grabado en piedra datado en las etapas postreras de la época neolítica / que
desde hace aproximadamente unos cinco mil años puede contemplarse sobre una
afloración granítica en las afueras del pueblo de Mogor / localidad situada en
un apacible promontorio sobre la ría de Pontevedra / / se los supone realizados
/ el laberinto y los círculos concéntricos que lo acompañan / por los
pobladores costeros del final de la edad de piedra o de la primera edad del
bronce / y se desconocen por completo las razones que llevaron a nuestros
paisanos antecesores a labrar estos dibujos sobre las rocas / ¿religiosas /
catastrales / astronómicas / astrológicas? / / lo que las incisiones nos
muestran / y / con toda probabilidad / le mostraban también a nuestros
primitivos parientes / es la expresión gráfica de la incertidumbre / el emblema
geométrico de toda disyuntiva / un plano de los miedos ancestrales / y tal vez también
espacio para la danza / a la par que esquema de los pasos del danzante / que en
el giro del último meandro (dintel de luz y sombra) regresa al punto de partida
/ / en el interior del laberinto la monótona similitud de las opciones adormece
toda posibilidad de orientación y discernimiento / de forma que la elección más
nefasta / quizá la condena definitiva / se nos presenta con el rostro apacible
de la salvación / y todos los caminos apuntan falazmente a un imaginario centro
del que / contra toda lógica / acaban por alejarnos / / es más que posible que
el éxito milenario de este conglomerado de símbolos se deba a la claridad matemática
de su representación / el hombre ama toda ilusión de orden / bendice la
simetría / y se deleita en las arquitecturas de la desolación / / lo único que
parece claro / en el caso que nos ocupa / es que los grabados están de alguna
forma relacionados con la brumosa vida espiritual de las poblaciones
megalíticas de los finisterres atlánticos / y las formaciones sociales que
florecieron en la zona muchos siglos antes de que amaneciera el horizonte de lo
que hoy conocemos como Cultura de los Castros / con sus armas de bronce y sus
adornos de metales preciosos / / bueno / hace tiempo me interesaba por estos
temas / y manejo la información de un diletante a medias documentado / fui un
aplicado estudioso de la arqueología local en mi primera juventud / y en esa
ciencia especulativa los conocimientos se mueven muy despacio / así que supongo
que estos datos todavía no estarán muy desenfocados / / el petroglifo de que
hablamos representa / claro está / un laberinto / y si me prestara su cuaderno
todavía podría dibujarlo con los ojos cerrados / se trata de un laberinto de
trazado circular / emparentado formalmente con otros similares norte europeos /
islandeses / y de las islas británicas / incluso alguno de idéntico diseño
aparece con cierta frecuencia acuñado sobre antiguas monedas de Cnosos / en la
isla de Creta / con lo cual volvemos a encontrarnos a la vuelta de la esquina /
en no sé qué corredor de un nuevo laberinto / con Grecia / el mar / y los
tendales de pulpos de la cueva de Polifemo / / dejémoslos ahí / volvamos sobre
nuestros pasos y tomemos ahora la otra dirección… / / …sí / ya acabo / creo que
me he pasado de la hora / / solo una cosa más / algo de lo que estaba diciendo
sobre el desventurado Schreber me ha llevado a pensar en los últimos días de Nietzsche
en el norte de Italia / las semanas que precedieron al colapso que devastó su
mente y lo sumió / ya sin opción de retorno / en el mutismo y la locura después
de las aciagas navidades de 1888 / / mientras duró esa estancia mantuvo una copiosa
correspondencia con sus amistades y familiares / cartas en la que se identifica
a sí mismo / entre otras destacadas figuras históricas y mitológicas / como Dioniso
Zagreo / el descuartizado / el dios nacido dos veces / o quizá tres / /
regresando así / en una suerte de grotesco retorno / al punto de partida / a
sus tesis de juventud / / llevando a cabo / sobre las bien pavimentadas plazas
de Turín / una desquiciada puesta en escena de la insubordinación dionisíaca
contra la identidad personal / una representación a pie de calle de la
disolución del individuo en la corriente del Ser Primordial / todo aquello que
describió de forma tan apasionada en sus primeros textos / y que vuelve a
glosar / con renovado furor sensual / en los ditirambos de los últimos meses /
/ ahora / llegado el ocaso de sus días / al fin “ha desaprendido a andar y a hablar / y está en camino de echar a volar por los aires bailando” / / conmueve
y espanta / a un tiempo / el éxtasis de piedad que lo embargaba / esa ansia de
estremecimiento y reconciliación / destrucción y armonía / como un eco del
sacrificio del dios despedazado y vuelto a recomponer / la nostalgia de alguna
inaprensible unidad / imposible de fijar / de la que tan solo la embriaguez de
la música pueda entregarnos un pálido reflejo / / su desintegración final
resulta / sin duda / justa acreedora de nuestra compasión / pero aún así / ¿acaso
no deberíamos / todos nosotros / llorar desconsoladamente / abrazados al cuello
de un viejo caballo fustigado por su cochero? / sí / claro que sí
Ángel Cerviño.¿Por qué hay poemas y no mas bien nada? Ed. Amargord, 2013
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