Los inocentes no saben nada
porque son demasiado inocentes
los culpables no saben nada
porque son demasiado culpables...
A los jóvenes no les preocupa
porque son demasiado jóvenes
y a los viejos no les preocupa
porque son demasiado viejos.
Por todo ello nada sucede para impedirlo
y por todo ello ha estado sucediendo
y sigue sucediendo como antaño...
Erich Fried
“BONARES LEVANTA ESTE MONUMENTO EN PROTESTA Y DESAGRAVIO DEL
SACRILEGIO COMETIDO POR LOS MARXISTAS QUEMANDO SUS SAGRADAS
IMÁGENES EN ESTE SITIO EL 24 DE JULIO DE 1936 Y CUYAS CENIZAS SE
GUARDAN DEBAJO DE ESTE MAUSOLEO”
Esto dice
en un pilar con una cruz
y dos azulejos,
uno del Sagrado Corazón de Jesús
y otro de la virgen María también con un corazón ardiendo
en el pecho.
Quien escribió estas palabras
solo dijo la verdad en una cosa,
un mausoleo es, efectivamente, una tumba.
Mintió en todo lo demás,
pues las imágenes se quemaron en la Plaza de la Iglesia,
y tampoco parece que fuera condición inprescindible ser marxista
para participar en tal atropello.
El Calvario, que así se llama el sitio,
fue escogido por los fascistas,
no sin cierta ironía,
para asesinar en la noche del 18 de Agosto de 1936
dos camiones cargados de inocentes
de los pueblos de Moguer y de Bonares,
sacados de sus camas, amordazados dos a dos
y obligados a cavar la fosa común donde luego los irían rematando.
Esto es, en realidad,
lo que olvida
este magno monolito
levantado en desagravio
–me pregunto yo,
se preguntará mi abuelo debajo de un metro de tierra
y el resto de los cadaveres allí enterrados–
¿de qué?
Una vez más, otra lección
para un obrero
ante un libro de historia.
Antonio Orihuela. Palos. Ed. La linterna sorda, 2016
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