No
me pidas lo imposible 1
No
me pidas lo imposible:
porque
bajarte la luna,
limpiar
tu cueva de dragones,
partirte
en dos follando
o
amarte con la fuerza de los bares
son
hitos al alcance de cualquiera,
promesas
que no valen nada.
A
mí déjame demostrarte
que,
sin dejar de ser un niñato,
me
has hecho un hombre, pídeme
gestos
de épica cotidiana
y
prometo ser tu héroe siempre
que
no tenga excesiva resaca.
Pídeme
lo posible: que vaya
a
las fiestas de tu pueblo
y
visite sobrio a tus abuelos,
que
baje un poco la música,
que
no beba tanto y me pierda
alguna
vez algún partido.
Que
te baje una comedia romántica
y
haga el esfuerzo de empezar a verla.
Dime
que te cuente cómo me ha ido
en
el curro, que no hable tanto de política
y
que deje el móvil mientras comemos.
Pídeme
que te pida que te cases conmigo.
Pídeme
que me corra dentro.
1 Pido
lo imposiblePido
lo imposible: ámame siempre./ Ámame cuando no nos quede el deseo./
Ámame con la dedicación de un monje./ Cuando el mundo en su entera
totalidad/ y todo aquello que te es sagrado vayan/ en mi contra:
ámame aún más./ Cuando la ira te invada y no tenga nombre:
ámame./ Cuando cada paso desde casa al trabajo te agote:/ ámame; y
recórrelo de nuevo./ Ámame cuando te aburras—/ cuando cada mujer
que veas sea más bella que la anterior,/ o más patética, ámame
como siempre lo has hecho:/ no admirándome ni juzgándome, sino
con/ la compasión callada/ que guardas para ti./ Ámame mientras
saboreas tu soledad,/ la anticipación de tu muerte,/ los misterios
de la carne, que se desgarra y remienda./ Ámame como al recuerdo
más preciado de tu niñez—/ y si no encontraras ninguno—/
imagínalo e imagíname contigo./ Ámame ajada como me amaste
fresca./ Ámame como si fuera eterna—/ y yo haré de lo imposible/
una mera acción,/ amándote como lo hago.
(Ana
Castillo, en
traducción de María
López Ponz)
Víctor Peña Dacosta. Diario de un puretas recién casado. Ed. Liliputienses, 2016
Víctor Peña Dacosta. Diario de un puretas recién casado. Ed. Liliputienses, 2016
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