Imagen alta y tierna del consuelo, aurora de mis mares de tristeza, lis de paz con olores de pureza, ¡premio divino de mi largo duelo! Igual que el tallo de la flor del cielo, tu alteza se perdía en su belleza... Cuando hacia mí volviste la cabeza, creí que me elevaban de este suelo. Ahora, en el alba casta de tus brazos, acogido a tu pecho transparente, ¡cuán claras a mí toman mis prisiones! ¡Cómo mi corazón hecho pedazos agradece el dolor, al beso ardiente con que tú, sonriendo, lo compones!
Juan Ramón Jiménez
Fotografía de Carmen Lourdes Fdez. de Soto
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