Me inquieta
pensar que, finalmente,
he claudicado ante los medios de formación de masas,
y esto no es más que repetición de sus eslóganes,
tan bien envueltos que parecen míos;
pero es que desde hace unos meses
me inquietan las noticias
de subsaharianos radicales
encontrados fiambres amoratados
a base de golpes
¿para ablandarlos?,
en calabozos policiales.
Magrebíes poco patriotas
muertos en forcejeo con policía de frontera
si es que forcejeo se puede llamar a la fuerza
que uno emplea en correr para que no lo cojan
y otro en apretar el gatillo de su arma reglamentaria
para vencer, así, una desigual historia
de resistencia.
Y hoy, también la sentencia
sobre el caso de la niña de quince años
asesinada a tiros por un guardia civil
ante la negativa de su novio a detener el vehículo que conducía
sin carnet.
Los jueces todos
dictaminaron que ninguno fuera a la cárcel,
tampoco han sido separados de sus respectivos cuerpos,
están de nuevo ahí, sueltos en la calle.
Definitivamente, sí,
es necesario ampliar las condenas por delitos de terrorismo,
las actuales, ya se ve,
son excesivamente blandas.
Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. Ruleta rusa, 2017
La porra sigue siendo porra
ResponderEliminaraunque la forren de terciopelo.
(Y eso de 'forrar', en su doble acepción,
se les da muy bien a quienes detentan
el orden y el mando).
Impunidad de impunidades y todo impunidad... su divisa!!
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