Vigilan la cueva de los ladrones
esclavos que dicen MÍO
y se visten de violencia
de escaparates blindados
de nieve
de huérfanos satisfechos.
Desde fuera
chasquea
en lenguas extrañas
el hambre.
La brújula del odio
señala
por encima de la línea del Trópico.
Antonio Orihuela. Esperar sentado. Ed. Ruleta rusa, 2017
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