Cuando murió mi padre
Mi madre quiso
Que llevara su reloj
En mi muñeca pesaba aún más la hora
Aunque los días no eran más lentos
Me acuerdo del alivio que sentí
Cuando se rompió el reloj
Diez años más tarde
Empezamos a hablar
De palabra para adentro
Me lleva
Carmen de la mano
A un lugar donde me espera
Mi padre no me habla
No sé donde estoy
Pero sé que estoy
En mi infancia
Y al mismo tiempo
Expulsado de ella
Cuando era niño
Ya jugaba a las casitas
Con Emily Dckinson
Pero no lo sabía
En un sueño
Escucho decir a mi padre
Para qué quieres que viva
Si ahora que estoy muerto
Podemos hablar
***
Si la rosa es sin porqué
Por qué la palabra rosa se empeña
En que la rosa sea
Contempla
Alma dormida
Sin palabras
No despiertes
Contemplando
***
A dónde venimos
Cuando nos vamos de este mundo
Tan absurdo como partir hoy
Y llegar ayer a Yue
No de mi madre he nacido en mi hija
Te echo de menos cuando estoy contigo
Aunque ellos no lo saben
Habitan en mí
Dice la palabra
Nada hay palabras
Amo a mi hija
Sin amar el verbo amar
Soy una nada que ama
Los pájaros son pájaros
Loba es Loba
Carmen es Carmen
Yo soy Otro
Confío en la nada
Confío en las palabras
Que dicen de la nada
Florecen los pájaros
En el azul son palabras
Que vuelan más allá
De la gramática
***
Me parece que juegan
Los demonios a la pelota
Con mi alma me parece
Que juegan los ángeles
Balan las ovejas
Estabuladas sus esperanzas
Pero mi frío no tiene lana
No sé si estoy
En un matadero
No sé si estoy
En un vivero
Cada criatura se nutre
De la muerte de otra
Entre las flores
Monologan los insectos
Qué raro que me llame
Federico qué ridículo
Zumban estar vivo
Qué raro llamarme Federico
Entre las criaturas sin nombre
Balan las ovejas
Pero mi frío no tiene lana
Cómo va a morirse alguien
Que se llama Federico
Se burla trino el gallo
Federico de Arce. Jugando a las casitas con Emily Dickinson. Mochuelo Libros, Ed.
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