Yo fui un desertor del arado,
antes que acabar en el campo me hubiera metido a cura.
Ahora, en vacaciones,
aunque ni siquiera encuentro solo el camino de la huerta,
me gusta acompañar a mi padre a arrancar los ajos
y recoger los melocotones.
El año que viene sembraremos patatas, me dice.
Ojalá, padre, no se pudran las patatas en la tierra.
Antonio Orihuela. El tiempo de las alambradas. Ed. Pregunta
...como hoy, a la sombra de los limoneros abandonados, se pudren los limones en la huerta murciana.
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