Un animal drogado no huye, ni mata, un animal aturdido
se queda allí, imaginando que está en otra parte
o que es otro, o que le da igual.
Marjiatta Gottopo
a Marjiatta
El primer mundo.
Donde se cena caliente.
Donde hay papeles para saber quién eres.
Donde nada es gratis.
Donde los pobres tienen y hacen lo mismo que los ricos
aunque de lejos, aunque en sucedáneos,
aunque da igual porque el engaño surte idénticos efectos.
El primer mundo.
Donde no hay razón sino leyes.
Donde la violencia es virtual.
Donde nunca pasa nada y todo está tranquilo.
Donde se fabrican las bombas que caerán, de momento, lejos,
y se combate al terrorismo legalizando paraísos fiscales.
El primer mundo.
Donde te dejan hablar mientras no tengas nada que decir.
Donde no se hacen preguntas.
Donde las respuestas vienen dadas en documento adjunto.
Donde da igual lo que creas porque todo es mentira
y el Dinero, el único dios verdadero.
El primer mundo.
Donde todos se drogan con partidos, con disparates,
con ayuda, con normalidad.
El primer mundo.
Donde viven Emilio Aragón, Ana Obregón, Ramón García
y la bulimia y la anorexia y la estulticia
y mil quinientos millones de cerebros más
reventados por las revistas del corazón
y el partido del siglo.
El primer mundo.
Donde se puede ganar el concurso de Quién es quién en la TV
y convertirte en el líder del mundo.
El primer mundo.
Donde la música, la ropa y la rebeldía son © de marcas ®
en franca competencia.
El primer mundo.
Donde el atardecer es lo que sale en los anuncios de Marlboro
y la magia se alquila por horas en agencias de publicidad.
El primer mundo.
Donde todo transcurre según lo previsto.
El primer mundo,
desde donde es tan difícil volver a casa
antes de que se termine la jornada de trabajo.
...donde "se prohíbe el cante"
ResponderEliminarexcepto en las comisarías.
El primer mundo ha de aprender de la constancia, la fortaleza, la dificultad, el dolor por hambre de comida
ResponderEliminarEl primer mundo no duele en el estómago, dolerá quizás en los pasos a falta de durezas en las plantas descalzarse.
Un abrazo, Antonio, desde Granada
Ivonne