Dios no escucha
Nuestras palabras
No significan nada para él
Si Dios fuera humano
Entendería nuestras palabras
Si Dios fuera un pájaro
Entendería el canto de los pájaros
Si Dios fuera un gato
Entendería el maullido de Gata
Si Dios fuera un perro
Entendería el ladrido de Loba
Pero Dios es Dios
Y no es humano
Y no es un pájaro
Y no es un gato
Y no es un perro
Aunque todo sea en Dios
Dios no puede entender
Ni nuestras palabras
Ni el canto de los pájaros
Ni el maullido de los gatos
Ni el ladrido de los perros
Porque si Dios entendiera las
palabras
Dios sería un hombre
Y si entendiera el canto de los
pájaros
Dios sería un pájaro
Y si entendiera el maullido de los
gatos
Dios sería un gato
Y si entendiera el ladrido de los
perros
Dios sería un perro
Y si Dios fuera un perro
Para qué habríamos de llamarle Dios
Si Dios fuera un hombre
Lo llamaríamos hombre
Pero Dios no es un hombre
Y no entiende nuestras palabras
Pero aunque Dios no las entienda
Nosotros sólo tenemos nuestras
palabras
Y no importa cuando hablamos
Que Dios nos entienda o no nos
entienda
Si los otros hombres nos entienden
Aunque a veces no nos entiendan
Porque son sólo palabras
Y cuando hablamos a solas
También significan
Cuando hablamos a solas
Hablamos con nosotros mismos
Aunque a veces no nos entendemos
Hablamos con los muertos
Que no pueden escucharnos
Hablamos con Dios a veces
Que no puede entendernos
Porque no es humano
Si es que Dios es
Cuando hablas a solas
Si alguien habla en tus palabras
Trata de no hacerle caso
Porque no podrás cerrar los oídos
No le hagas caso
Sobre todo si dice que es Dios
No le hagas caso
Federico de Arce. Jugando a las casitas con Emily Dickinson. Mochuelo Libros, Ed.
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