documentos de pensamiento radical

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lunes, 16 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento III)


                                                 

 

 

¿sería una buena idea?

 

Como sabemos desde hace decenios por los experimentos con desdichadas ratas de laboratorio, la estimulación artificial de los centros de placer en el cerebro de los mamíferos resulta tan gratificante y absorbente que el animal llega a desistir de cualquier otra actividad, y prefiere morir de hambre con tal de seguir gozando.

 

¿Están ustedes seguros de que los cascos de realidad virtual son una buena idea?                                                     


                                     amor/ amok

 

Sólo hay una respuesta digna frente a la finitud humana –y ante la realidad de la muerte: cuidarnos, acompañarnos, ayudarnos.

 

El destino del mundo se juega en la prevalencia –o no de quienes saben eso frente a quienes emprenden la huida hacia delante de la triple D: denegación, distracción, dominación.


cuidar

 

Who cares? es la expresión cotidiana en inglés para decir: ¿a quién le importa? En una sociedad donde se expande ese contrato de indiferencia mutua que teorizó Norman Geras, cada vez más gente pregunta muchas veces: ¿por qué ha de importarme lo que no me afecte a mí o a mi círculo inmediato?

 

La pregunta who cares nos remite también a otro ámbito semántico, de importancia crucial: el cuidado. Quién cuida a qué seres, cercanos y lejanos: lo contrario de la indiferencia es esa atención a las necesidades del otro sin la cual nada humano –en el sentido normativo del término puede prosperar.[1]

 

*Y es que no hay muchos malvados, pero sí muchísimos indiferentes. Diría que esto último será lo que, a la postre, determinará nuestra debacle humana (que unos cuantos no quieren llamar “colapso”): nuestro volver la mirada para no ver el sufrimiento ajeno.[2]


aprendamos alguna vez,

aprendamos a obrar bien

 

Pero ¿cómo situarnos fuera de la perspectiva de dominación? En el mismo arranque de la Modernidad, el malogrado Etienne de la Boëtie sugirió las claves de una política de la amistad que, en vez de vincular aristotélicamente la filía con la felicidad, la insertaba en el campo de la libertad. Podemos dejar de traicionar a lo mejor de nosotros mismos; podemos esquivar la servidumbre voluntaria; podemos rechazar el esquema sadomasoquista de la dominación –esas cadenas jerárquicas donde soy dañado por el de arriba y me vengo de mi mal dañando al de abajo. En una sociedad libre los seres humanos, sin ceder al deseo de someterse y de dominar, sin tratar de huir de la muerte entregándose a la pulsión de muerte, podrían reconocer al otro como un semejante. Desde la amistad, pues –nos dice quien fue fiel amigo de Michel de Montaigne– “todos somos compañeros, y no puede caber en el entendimiento de nadie que la naturaleza haya puesto a alguien en servidumbre, habiéndonos puesto a todos en compañía”.



Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaotica Libros, 2024

[1] *Irene Vallejo recuerda cómo la filósofa irlandesa Iris Murdoch construyó su ética alrededor de la idea de atención concentrada como aprendizaje y entrenamiento. “Reclamaba una mirada justa y amorosa, dirigida sobre la realidad individual. Esa atención amorosa implica captar qué necesita el otro. (…) El amor atento sería la herramienta moral que nos ayuda a captar la realidad de una persona al orientar la atención hacia ella. En su ensayo La idea de perfección, Murdoch afirma que cambiar el modo en que miramos afecta instantáneamente a nuestra forma de actuar, también a nuestros lazos con los demás. Y nos revela bellezas inadvertidas”. Irene Vallejo, “El demonio de mediodía”, El País Semanal, 28 de mayo de 2023.

[2] Arne Naess escribió un libro sobre Mahatma Gandhi, a quien admiraba desde los 18 años. En la presentación de esta obra dijo: “Llámenme un gandhiano, de todas las formas posibles. ¿Qué cabe aprender de él? Que debemos esforzarnos más por entender a las otras personas. Si nos podemos comunicar bien, es más difícil rechazar la forma de vida de los otros como si fuera incomprensible o inferior. Si vemos a los demás como una vida abierta y generosa, siempre habrá algo que aprender de ellos.”




domingo, 15 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento II)

                                             




                                              escribir, servicio público

 

La claridad es la cortesía del filósofo, dijo Ortega. Primo Levi, mucho menos egocéntrico, superviviente de Auschwitz, fue más allá: escribió que “escribir es un servicio público”, y que “puesto que todos nosotros, los vivos, no estamos solos, no debemos escribir como si lo estuviésemos. Tenemos una responsabilidad, mientras vivamos: debemos responder por cuanto escribimos, palabra por palabra, y hacer que cada palabra dé en el blanco. (…) Hablarle al prójimo en una lengua que no puede entender (…) es un sutil artificio represivo (…). Es una forma de imponer el propio rango…”

 


poesía y reforma fiscal

 

El gran Adam Zagajewski opina en una entrevista que los poetas “deben tener opiniones sólidas en cuanto a la vida y la muerte, pero no opiniones políticas: la reforma de la legislación fiscal no creo que sea asunto de los poetas”. ¿Cómo que no? Manifiesto mi profunda discrepancia. Que tengan cosas sensatas que decir sobre la vida y la muerte, de acuerdo: pero ¿por qué los poetas no deberían también tener opiniones sólidas acerca de la comunidad y la justicia?


                                              dios, decía Zenón de Citio,

fluye a través de la materia

como la miel a través de los panales

 

Pero, comadres y compadres, si nos suponemos presos en el corredor de la vida, ¿de verdad vamos a seguir solicitando el aplazamiento de la sentencia? ¿Tantas y tantas veces? En la India, dos que se encuentran suelen decirse namasté: saludo a los dioses que hay en ti. A Sócrates, el del daimon inquieto e inquietante, esta forma de reconocerse no le hubiera sorprendido. Lo divino en cada uno de nosotros no remite a ninguna fantasmagoría ultraterrena: apunta al despliegue de nuestras posibilidades mejores, ésas que ignoran aquellos que no se toman en serio su propia vida. La poesía –hubiera dicho René Char desde otra mesa en el abarrotado café marsellés, rechazando cualquier compadreo– es el mundo en su mejor lugar.



Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaotica Libros. 2024

 

 

 


viernes, 13 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento I)

 


obviedades

 

1

En Mujeres que dicen adiós con la mano, Diego Doncel se atreve con una novela en cierto modo “social” –mejor dicho, una novela que no esquiva algunos de los conflictos sociopolíticos del presente–. Pero nuestra Brigada de Represión del Vicio no pierde el tiempo, y de inmediato se lanza a la carga: “...mejor habría quedado la novela si se hubiesen evitado una consideraciones morales y sociales obvias, que dejan bastante que desear respecto a la hondura reflexiva, no porque no sean ciertas, sino porque lo son demasiado a primera vista” (José Mª Pozuelo).

 

¡Ya sabemos que somos caníbales, señor novelista, no nos lo repita usted! ¡Ya sabemos que bajo relaciones de producción capitalistas nos devoramos unos a otros, señora poetisa, qué obviedad! Y sobre todo: si continúa diciendo en voz alta lo que ya sabemos dentro de la minoría selecta de quienes leemos los semanarios culturales y escribimos en sus selectas páginas –de la televisión no hablamos, claro: eso sí que es alta política–, entonces mi señorito, que me paga y me mantiene, va a enfadarse de verdad, y no sabe usted cómo se pone cuando imagina ver amenazados sus beneficios...

 

2

*Y es que mucha gente, sin conciencia de ello, sigue repitiendo el añejo guion de la CT (Cultura de la Transición) que logró imponer con éxito el PSOE de los años 1980-90. “No me hables de capitalismo, ¡qué aburrimiento!”

 

“No me digas lo que ya sé…” Quizá lo sepas. Pero se trata de un saber sin consecuencias, del todo desconectado de la práctica. Por eso, más allá de esa conciencia estéril, déjame que trate de decírtelo otra vez –quizá logrando iluminar algún ángulo ciego o destacar algún aspecto imprevisto.

 

Señalaba André Gide que, ciertamente, todo está dicho: pero como nadie escuchaba, hay que volver a empezar siempre.

 

3

*“Como si no hubiera un mañana…” Cuántas veces oímos esta frase (no pocas en tono de euforia cínica). Pero seguir actuando como si no hubiera un mañana es lo que destruye la posibilidad de un mañana. Cancelación del futuro y presente nihilista se retroalimentan.

 

Para salir de un pozo, el paso número uno es reconocer que uno está dentro de un pozo. Nuestras sociedades, mayoritariamente, aún no reconocen en qué clase de pozo se han metido. Se sigue haciendo como si la hiperdestructiva dinámica mercantil, plutocrática y ecocida pudiese durar largo tiempo.

 

Pero no es así.


Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaotica Libros. 2024

 



jueves, 12 de septiembre de 2024

3 poemas de QUISE SALVAR A LOS CIERVOS de TERESA RAMOS


 



ANOMALÍAS

 

I

De mil madres y padres heredé el rojo de las arterias,

el ímpetu de sus genes, la movilidad de mis costillas 

y el aire que percute en mis pensamientos.

 

II

El mar me dio la acumulación de muertos en su vientre,

cobalto y azul masivo, con el impulso de caer en lo abisal.

Rehusé a comer pescado o cadáveres.

 

III

El día que huyó el afecto de las tierras altas

murieron poblaciones marinas en el extremo de la península.

Rehusé a comer pescado o cadáveres.

 

 

Aprendí a repensar el mundo.

Renuncié al amparo de un dios armado con divisas.

Cuando vivir no es un arte,

se muere en la barbarie.

 



 INTRAHISTORIA

 

Se duelen en silencio las raíces enfermas del olivo.

Nos hacemos viejos, can.

También mueren los pájaros

y yo agradezco este día tan radiante.

 

Con cuánta rabia y frecuencia las raíces

se apoderaron del muro de mi casa.

La aguja de la canastilla ha desvelado la mentira.

 

El viento trae consigo otra dirección.

La memoria supo envenenarnos con su óxido.

Nunca fue inocente la maldad y ha llegado la hora

de enterrar las cenizas de los padres.

 

Las vigas de la casa me susurran:

seguir caminando no es un dislate.

 

En el instante del abismo y de recoger las teas,

llega travieso el tiempo con sus hebras horarias,

en los días por venir con sus semillas y su polen.

 

 

 

MATERIA HUMANA

 

Camino en un mundo difuso que me borra.

Mi identidad es un aspa metálica dentro del pecho.

 

Vivo sin aire. No hay lugares para mí.

Me invade la extrañeza de ser yo.

No sé qué muerta camina con mis pies.

 

Me legaste un reino, padre,

me diste un trono trashumante.

Recuerdo que fui bella como el viento.

También odié, padre. Odié tanto la torpeza

que me empujó a buscar

la palabra precisa que redime.

 

La vida me sucede, aunque me empeñe

tantas veces en cambiarla.

Vivo prendida a las paredes de un poema sordo,

en un viaje al vientre de un sueño

imposible de descifrar.

 

Que el mundo es una selva,

lo aprendí

demasiado pronto.




Teresa Ramos. Quise salvar a los ciervos. Ed. 4 de agosto, 2024

sábado, 7 de septiembre de 2024

UN POEMA DE LUIS ALEMAÑ


 


En qué jardín

ese que no eres tú riega las macetas, de un verde

que ya lo quisieras para ti; verde

y sobrevivir a la sal.

A la luz de qué libro,

                              cómodo,

mide la densidad de los días

y recorta sombras en la pared.

En qué instante

las plantas de sus pies, no las tuyas,

acarician el muslo tibio

de la mujer que con él duerme,

ignorando dónde comienza 

                                  el anzuelo

y concluye el placer.

 

Haz caso a la megafonía:

 

Atención, mire a ambos lados

                                               antes de cruzar.

Un tren puede ocultar otro tren.



Luis Alemañ

viernes, 6 de septiembre de 2024

CARAOSCURA Y MHIJEA SON VOCES DEL EXTREMO (a propósito de un incidente que no presencié y de ciertos comentarios que sí escuché)


 



CARAOSCURA Y MHIJEA SON VOCES DEL EXTREMO (a propósito de un incidente que no presencié y de ciertos comentarios que sí escuché)


A algunos de los asistentes a los encuentros de Voces del Extremo les cuesta creerlo, imbuidos,

como llegan, por los protocolos de nuestros adversarios; creen que Voces del Extremo es un

‘festival’ más de poesía en el que aprovechar sus diez minutos de gloria para darle al mundo

entero (en realidad, en la mayor parte de los festivales, como mucho, a los otros poetas

presentes, que nos toleran, a duras penas, porque están esperando su turno) nuestra luz y el

fruto exquisito de nuestra poesía (distinguida, profunda e incomparable, donde las haya, por

supuesto); por eso, esos asistentes no entienden –no entendieron la noche de la clausura del

pasado encuentro, en La Peña– que Caraoscura y Mhijea son Voces del Extremo, que Voces del

Extremo no es un festival de poesía al uso (aunque, a veces, se parezca, por nuestra tozudez en

convertirlo en otro estúpido festival más, muestrario patético de un montón de cutres

vanidades); por eso, les cuesta admitir que Voces del Extremo no son esos diez minutos de

gloria personal, sino el ‘encuentro’; no entienden que Voces del Extremo es, antes que nada, el

gozo de compartir, con los que se supone que son nuestros iguales, cuatro días dedicados al

intercambio y al regocijo con ellos: amigos y amigas reencontradas o compañeros y

compañeras recién descubiertos.

No entienden que Caraoscura y Mhijea son Voces del Extremo, precisamente, porque ellos

representan, desde el principio, esa sincera y sentida exaltación de la amistad, del compartir

juntos la diversidad de voces y del respeto.

¿Me gusta todo lo que veo y lo que escucho en Voces del Extremo?, no, claro que no. ¿Disfruto

de cada reencuentro y de cada encuentro nuevo?, sin duda. ¿Disfruto de cada voz descubierta

(¡han sido tantas a lo largo de estos años!) y de cada uno de los días pasados en Moguer?, por

supuesto que sí. Y, siempre, edición tras edición, me asombra lo mismo, ese silencio y esa

atención con la que, sesión tras sesión –mañana, tarde y noche–, la mayoría de los asistentes

escucha a los demás: salvo, claro, los que se impacientan, porque no entienden que allí no se

trata de sus diez minutos de gloria, que Voces del Extremo no es un festival más, por más que,

a veces, lo olvidemos; que es, sobre todo y ante todo, una asamblea abierta de compañeros y

de compañeras felices de encontrarse y de reencontrarse, cada año, a finales del mes de julio,

en Moguer, para compartir, respetuosamente, sus voces, dispuestos a admirar y a reconocer

los destellos de auténtica poesía que cruzan, a veces, el patio de la Fundación, la plaza de Las

Monjas o La Peña, y dispuestos, también, a perdonarse los malos versos, cuando se nos van de

las manos, y los momentos de cansancio y de desconcierto, que también los hay.


Matías Escalera Cordero








jueves, 5 de septiembre de 2024

A VECES





 


 

A veces

quien sabe lo jodido

de irse a la cama

con hambre o frío

no puede elegir el color del látigo.

 

A veces

la prisa condiciona la respuesta

atrapadas en la urgencia

del día siguiente.

 

A veces

cuando estamos ocupadas en sobrevivir

olvidamos que el futuro del planeta

no se decide en grandes cumbres

sino en pueblos pequeños

que el tiempo no vuelve

y la vida es muy corta

para hacer horas extras.

 

A veces

alguien rebusca en la basura

las miserias que vomitan en época de pestes

para seguir siendo nadies

blasfemar en harapos

en hilera penitente

que nos arrancan los ojos

con el aplauso de los peces.

 

A veces

la vida nos pasa por encima

y la excepción se convierte en norma

alejándonos de la esencia

de las raíces...

por eso

el mundo tiene que cambiar

debemos desandar el camino

desaprender lo aprendido

e inventar un triángulo sin aristas

de matemáticas imperfectas

como impulso de transformación

volver a lo colectivo y al futuro

navegar por el ecosistema

de sentimientos

y en cada latido

 

                                               llamarnos

                                               escucharnos

                                               abrazarnos

                                               reconocernos

 

recordar lo importante

que la dignidad nunca tiene precio

salvarnos todas al mismo tiempo

y sembrar la esperanza

en la voz de nuestras hijas

porque las caricias

enseñan más que las cicatrices.

 

 

 

BATZUETAN

 

Batzuetan

gosez edo hotzez ohera joateak

zer esan duen dakienak

ezin du zigorraren kolorea aukeratu

 

Batzuetan

presak erantzuna baldintzatzen du

hurrengo eguneko larrialdian harrapatuta

 

Batzuetan

bizirik irauteko lanpetuta gaudenean

ahaztu egiten zaigu

planetaren etorkizuna

ez dela gailur handietan erabakitzen

herri txikietan baizik

denbora ez dela itzultzen

eta bizitza oso laburra dela

aparteko orduak egiteko.

 

Batzuetan

norbaitek zaborretan bilatzen ditu

izurri garaian

botaka egiten duten miseriak

inor ez izaten jarraitzeko

birao egin zarpailetan

penitentzia-ilaran

arrainen txaloekin

begiak kentzen dizkigutena.

 

Batzuetan

bizitza gainetik pasatzen zaigu

eta salbuespena arau bihurtzen da

sustraien esentziatik urrunduz..

horregatik

mundua aldatu egin behar da

bidea desegitea

ikasitakoa desikastea

eta matematika inperfektuaren

ertzik gabeko triangelu bat asmatu

eraldatzeko bultzada gisa

kolektibora eta etorkizunera itzuli

sentimenduen ekosisteman nabigatu

eta taupada bakoitzean    

 

                                               elkarri deitu

                                               elkarri entzun

                                               elkar besarkatu

                                               elkar ezagutu

 

garrantzitsua dena gogoratu

duintasunak ez duela preziorik

denok aldi berean salbatu

eta itxaropena ereitea

gure alaben ahotsean

zeren laztanek

gehiago irakasten baitute

orbainek baino.

 

 

 

Ibon Zubiela Martín.  En: Voces del Extremo, poesía y resonancia. Ed. La Tortuga Búlgara, 2024.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

miércoles, 4 de septiembre de 2024

2010 ― 2020 ― 2024

 



 

A Jorge Riechmann y a Antonio Orihuela por enseñarme, sin saberlo, a abrazar la vida.

 

¿Mi tierra?

Ahora sé que mi tierra no es mi tierra

y que nunca me ha pertenecido,

 

pero aquellos ojos míos de dos mil veinte

vieron la vida entre tanta pena, entre tanta podredumbre,

y por primera vez en mucho tiempo avistaron dos delfines en Venecia,

y la vida salvaje volvía a abrirse camino en el verde fluorescente de los canales,

 

pero aquellos ojos míos de dos mil veinte

vieron la tele, casi ciento treinta mil fallecidos,

y la vida tambalearse a las orillas de un apretón de manos,

y la muerte asomarse tras el beso, la caricia y el abrazo en el supermercado.

 

Qué no vieron aquellos ojos míos de dos mil veinte

es una pregunta que me ha perseguido durante los últimos años,

y lo que no vi fue esta tierra que consideraba mía,

y me arraigué en el paisaje perdido de la infancia,

 

aquellos ojos míos de dos mil veinte

no vieron los días eternos y dorados del verano,

ni la última brisa estival acariciando nuestro rostro,

ni la primera gota de agua fría en septiembre,

 

aquellos ojos míos de dos mil veinte

no vieron el sol sorprendiendo a la luna,

ni la calima sorprendiendo a la impoluta Sierra Nevada,

ni la Alpujarra teñida de un tono anaranjado,

 

aquellos ojos míos de dos mil veinte

no vieron la primera neblina envolviendo nuestro contorno,

ni a la cabra montesa bajando al Guadalfeo a beber un poco de agua,

ni el baile del bosque al ritmo del vendaval enérgico.

Y ahora que puedo ver, no veo nada,

y aquella que fue, esa nunca más regresará

porque ahora sé que mi tierra no es mi tierra

y que nunca me ha pertenecido,

 

y ahora que puedo ver, veo

que sufro una triple pérdida por el paisaje

de aquellos ojos míos de dos mil diez,

un recuerdo ya desdibujado en la memoria,

de aquellos ojos míos de dos mil veinte,

la ilusión de poder volver a ver el asombro del mundo,

de estos ojos míos de dos mil veinticuatro,

testigos de que aquí también ocurrió el ecocidio,

 

y ahora que puedo ver, veo

que de esta no saldremos

y uno desearía cerrar los ojos,

y desearía imaginar que otro fin del mundo es posible

para no tener que ver la muerte de tanta belleza,

pero es mejor mantener los ojos abiertos,

nos aconsejaba el maestro Jorge Riechmann.

 

Por eso, no me culpes si en el dos mil veinte

escribí a la belleza de los ocasos, las tormentas

y los amaneceres que nos perdimos,

y no me culpes por este triste canto

ahora que sé que mi tierra no es mi tierra

y que nunca me ha pertenecido,

y que tengo la certeza de que el capitalismo

es el mayor virus que ha creado el ser humano.

 

Sé que el futuro es una lucha perdida para nosotros,

pero me reconforta saber que la vida,

lo único que siempre se nos escapó de las manos,

volverá a abrirse paso entre los escombros,

ya lo dijo un hombre sabio.



Thalía Compán Santiago