barato, barato
Hoy
en Buenos Aires, mañana en Los Ángeles, un par de días después en Tokio… y eso
nos parece normal.
“SIN LÍMITES.
Disfruta viajando por el mundo a precios increíblemente bajos”, se anuncia en
el metro madrileño una conocida línea aérea desde enormes carteles, en los
mismos días en que la Organización Mundial del Turismo da a conocer sus cifras
de 2011: 980 millones de viajes turísticos internacionales. En 2012 se
superarán los mil millones, y con ello se habrán duplicado en poco más de tres
lustros.
Vuela
barato, aprovechando las múltiples subvenciones y externalizando costes a
tutiplén: y destruye, viajando de esa forma, los lugares, las gentes y las
razones por las que merece la pena viajar.
sucedáneos
El “milagro económico” español que se vino abajo en
2008, radiografiado en su vertiente más sórdida por un episodio delictivo: con
el fin de que los técnicos de medio ambiente de
Muy al comienzo de la Ética nicomaquea (1096a), Aristóteles desecha sumariamente la vida
de negocios como una forma de vida humana valiosa, porque (1) “tiene cierto
carácter violento” y (2) “es evidente que la riqueza no es el bien que
buscamos, pues sólo es útil para otras cosas”. Estas dos obviedades –la
violencia del business y el carácter
instrumental de la riqueza– han desaparecido casi por
completo del horizonte cultural de nuestra época.[1]
¿mejoras marginales… o cambio de modelo?
Una campaña de la Generalitat de Catalunya para el
ahorro energético[1]
pregunta: “Julia, ¿no tienes demasiado rato la nevera abierta?” En realidad, y
si queremos de verdad hacer frente a los problemas reales –calentamiento climático, destrucción de la red de la vida, escasez de
recursos– la pregunta sería: Julia, ¿no has dejado
pasar demasiado tiempo sin socializar la banca y las empresas energéticas?
gadgets y
devastación
Destruyen
los servicios públicos y los bienes comunes, devastan la posibilidad de que
pueda existir justicia social y sustentabilidad ecológica, y entregan juguetes
a los niños de treinta o de cincuenta años: ¡mira, el nuevo smartphone
que mueve las páginas fijando la vista en un ángulo de la pantalla!
*(¿Sería
posible un uso sensato de las tecnologías invasivas y configuradoras como los smartphones? Quizá algo así: sólo se
permitirían a los mayores de 33 años, después de un examen especial de madurez
y un atemorizador rito de paso que actualizase el memento mori.)[1]
¿conservadores?
Pues
sí, conservadores… Nos gustaría conservar un mundo habitable para los seres
humanos.
16
de septiembre de 2012: el Ártico alcanzó su mínima extensión helada desde que
existen mediciones por satélite (1979). Apenas 3’41 millones de kilómetros
cuadrados: un impresionante 18% menos que el anterior récord de deshielo, en
septiembre de 2007. Y apenas la mitad de superficie helada que hace sólo unas
décadas.
Marc
Serreze, director del NSIDC estadounidense –el organismo federal que realiza
las mediciones–, señala en una nota de prensa que “estamos en un territorio
inexplorado. Sabemos desde hace tiempo que al calentarse el planeta los cambios
se verían primero y serían más pronunciados en el Ártico, pero pocos estábamos
preparados para lo rápido que iban a ocurrir.”
Carlos
Duarte, oceanógrafo español, sintetiza: “Estamos tocando la lira mientras arde
Roma.”
*acostumbrados a lo peor
En
Italia, cuenta Enric González unos días después de la muerte de Silvio
Berlusconi, “descubrí dos términos. Uno, la dietrologia: muchos
italianos, quizá la mayoría de ellos, consideran que detrás de cada
acontecimiento hay una historia y una explicación que permanecen ocultos al
público. Otro, el Grande Vecchio, una figura todopoderosa y desconocida
que supuestamente maneja en secreto la realidad que hay detrás de los hechos
aparentes. Sentado a la mesa ante Silvio Berlusconi, en una de las salas de
Palazzo Grazioli, era imposible no pensar en esas cosas. Berlusconi se
levantaba, cantaba un momento, contaba un chiste, volvía a sentarse, bromeaba
sobre sí mismo, reía. Y uno se planteaba una pregunta: si ‘el Grande Vecchio’
se viera por alguna razón forzado a salir a escena, ¿cómo camuflaría su
auténtica identidad? El disfraz de payaso resultaba una hipótesis verosímil…”[1]
“Berlusconi
nos acostumbró a lo peor”, escribe Roberto Saviano.[2] En
buena medida, ahí seguimos aún. Soñábamos con que Gramsci y Berlinguer
definieran el siglo XX en Italia… Pero lo hicieron Mussolini y Berlusconi.
*fascismo como pre-pantallismo
El
fascio (haz de varas de los lictores de la antigua Roma) dio nombre al
fascismo. Bueno, en vez de pensar en términos de neofascismo o posfascismo
lo que tenemos ahora ¿y si considerásemos el fascismo histórico como
anticipación de una forma antidemocrática de dominio aún más poderosa que aquel
fascismo de Mussolini con sus camisas negras?
Y
si algo así tuviese sentido ¿cuál sería el objeto que simbolizaría este sistema
de dominación, por analogía con el fascio de los antiguos reyes etruscos y los
funcionarios de la República romana? ¿No serían las omnipresentes pantallas que
heterodirigen, cada vez más, la vida pública y las vidas personales en nuestras
sociedades? ¿Un fascio del siglo XXI como haz de algoritmos? ¿No deberíamos
nombrar algo así como pantallismo totalitario?
Y
el fascismo histórico habría sido, entonces, el pre-pantallismo de una época
que aún no disponía de la informática con sus algoritmos.
Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaotica libros, 2024
[1] Enric González, “Almuerzo
con Berlusconi, el hombre que cambió Italia y el mundo bajo un disfraz de
bufón”, eldiario.es, 15 de junio de 2023; https://www.eldiario.es/internacional/almuerzo-berlusconi-hombre-cambio-italia-mundo-disfraz-bufon_129_10298209.html
[2] “Berlusconi nos acostumbró
a lo peor, a las leyes ad hominem, desde los decretos Berlusconi del
Gobierno Craxi en los años ochenta, que iban a regular temporalmente la radio y
la televisión, hasta las que sólo servían para que Berlusconi pudiera
defenderse, no como acusado en los juicios, sino de la propia justicia.
Berlusconi incluyó en las listas de los partidos que dirigía y llevó al
Gobierno a personas cuya relación con las organizaciones criminales que han
martirizado al país quedó demostrada posteriormente. Algunos de los más leales,
como Marcello Dell’Utri (fundador de Forza Italia) y Nicola Cosentino (que fue
nada menos que subsecretario de Economía en el mismo Gabinete de Berlusconi en
el que Giorgia Meloni fue ministra de Política Juvenil), han acabado condenados
por complicidad con asociación mafiosa, lo cual dice mucho de la
despreocupación con que Berlusconi seleccionaba a los líderes pertenecientes a
su ámbito político. Con Berlusconi no acaba nada, porque los hombres y mujeres
que crecieron políticamente e hicieron carrera con él siguen en el Gobierno. Y
no acaba nada porque estos hombres y mujeres van a gestionar una cantidad
inimaginable de dinero, la avalancha de financiación del PNRR (Plan Nacional de
Recuperación y Resiliencia), que será difícil de controlar, con los escasos
espacios informativos democráticos que quedan en Italia. Esto es obra de
Berlusconi, que demostró que todo el mundo tiene un precio, que se puede
comprar a todos, que la realidad y la verdad dependen solo de cuánto se quiera
gastar para cambiarlas, reescribirlas y reinventarlas. Poder contar las
mentiras más absurdas, como el asunto de la supuesta sobrina de Mubarak, la
menor detenida mientras estaba al cuidado de la higienista dental de Berlusconi
y después consejera regional por el PdL Nicole Minetti. Berlusconi convirtió la
política italiana en algo impensable, estrictamente personal, profundamente
suyo. Todo parecía pertenecerle, y de ahí la gran hipocresía: se atribuyó a sí
mismo una reputación de gran liberal, pero hoy, treinta años después de su
entrada en política, puede decirse que destruyó por completo la cultura liberal
italiana y compró el pensamiento libre. (...) Berlusconi muere y deja detrás un
país con la política destruida. No seguimos recogiendo escombros, porque a
estas alturas ya nos han sepultado”. Roberto Saviano, “Berlusconi deja un país
con la política destruida”, El País, 13 de junio de 2023; https://elpais.com/opinion/2023-06-13/berlusconi-deja-un-pais-con-la-politica-destruida.html
[1] Recuerda Ariel
Petruccelli: “Hace unos tres lustros
un colectivo de activistas libertarios que se dedicaba a ofrecer seguridad
informática a grupos políticos y sindicales de izquierda escribió un breve
texto: ‘Tenemos que hablar de Facebook’. Allí planteaban, entre otras cosas,
los riesgos de facilitar información a una escala que no hubieran podido ni
soñar las viejas policías políticas. Nadie les hizo caso: la izquierda abrió
masivamente muros de Facebook. Debemos preguntarnos cómo podríamos militar hoy
en condiciones de clandestinidad. ¿O es que pensamos que ya no habrá embates
autoritarios?” Ariel Petruccelli, “La igualdad capitalista es un
oxímoron” (entrevista), Jacobin -América latina, 1 de septiembre de
2023; https://jacobinlat.com/2023/09/01/la-igualdad-capitalista-es-un-oximoron/
[1] “Quan parlem d’estalviar
energia, tu tens la paraula”. Setmana de l’energia, 18 al 22 de junio de 2012.
[1] *Ensayistas como Steven Pinker defienden que el mundo actual es menos
conflictivo y violento que nunca (The
Better Angels of Our Nature, 2012), pero
semejante aserto parece descansar en un error de categorización. Como señala
acertadamente Kim Stanley Robinson, “algunas formas de violencia pueden haber
descendido, y esto es bueno, pero es una cuestión de definición. La violencia
estructural y sistémica podría considerarse ahora mismo mayor que nunca hasta
ahora. Vivimos en un planeta con una tecnología que permitiría mantener a todo
el mundo vivo, así como a los animales y las plantas… Y tal y como nos estamos
comportando, dos o tres mil millones de personas y muchas otras especies están
al borde de la inanición o en peligro de extinción. Eso es violencia…” Kim
Stanley Robinson, “La civilización está fuera de control”, entrevista en El Confidencial (con motivo de la
publicación en castellano de su novela Aurora),
16 de mayo de 2016; http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-05-16/kim-stanley-robinson-aurora-capitalismo-algoritmo-viaje-espacial_1199913/
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