En qué jardín
ese que no eres tú riega las macetas, de un verde
que ya lo quisieras para ti; verde
y sobrevivir a la sal.
A la luz de qué libro,
cómodo,
mide la densidad de los días
y recorta sombras en la pared.
En qué instante
las plantas de sus pies, no las tuyas,
acarician el muslo tibio
de la mujer que con él duerme,
ignorando dónde comienza
el anzuelo
y concluye el placer.
Haz caso a la megafonía:
Atención, mire a ambos lados
antes
de cruzar.
Un tren puede ocultar otro tren.
Luis Alemañ
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