El guerrero con antifaz
me besa apasionadamente
y me pregunta
en un pulido italiano,
lontano da dove,
cuando me oye lamentarme
de la distancia que nos separa.
De tu piel, le respondo.
Para el Guerrero del antifaz.
*
Nos mantuvimos en otra frecuencia
que no alcanzan los ojos mortales
y aprendimos el lenguaje en morse:
dos latidos, pausa, el robo de un beso,
un baño en el mar de tu infancia, pausa.
Agradezco a la vida
que nunca fueras mío
para que nunca quisieras irte.
Begoña Abad. Estoy poeta (o diferentes maneras de estar sobre la Tierra). Ed. Pregunta. 2015
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qué exquisita ironía la de estos verso
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