PUTA!
Puta! pareces unha puta,
e non cho digo polos zapatos de taco
os peúgos gordos
e esa minisaia de coiro
con que saíches.
Puta! igual que unha puta,
vendícheste por tres cadelas,
cerraches os ollos
e, sen desexo nin paixón,
deitácheste
contigo.
Puta! só che falta a pintura
que disimule eses teus ollos
tristes,
e me convenzan,
convenzan a este espello,
de que tes vivido.
¡PUTA!
¡Puta! pareces una puta,
y no te lo digo por los zapatos de
tacón
los calcetines gordos
y esa minifalda de cuero
con la que has salido.
¡Puta! igual que una puta,
te has vendido por tres perras,
has cerrado los ojos
y, sin deseo ni pasión,
te has acostado contigo.
¡Puta! solo te falta la
pintura
que disimule esos ojos tristes,
y me convenzan,
convenzan a este espejo,
de que has vivido.
Montserrat Villar González, Tierra de
mármol y ternura, 2014
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