MISERABLE
Nº 1 « AU CARREFOUR DES CLOCHARDS »
¿QUÉ HAGO yo aquí?
En el Carrefour de la imagen, mis ojos
vidriosos, mi mejilla muerta. Vengo para extender mi mano a la dádiva. Mas
también es el momento de escribir esa epopeya moderna de la miseria. Hay que
extraer la luz de lo oscuro, de los papeles sus palabras y de las voces sus
silencios. Acaso no exista mayor poder que el de crear la mentira más viva, la
que destruye la muerte. Contra el sistema que nos somete, mansedumbre (pero sin
obediencia); contra la transparencia que nos engaña, sombra; contra la palabra
prostituida, la palabra percutida: he aquí la belleza de un mundo que muere y
sin embargo nos sonríe.
EL MENDIGO
DE LA QUINTA DEL
SORDO
HICE UN PACTO
Ellas saben que
no tienen que hablarme. Es inútil, pues en el Carrefour de los días sin voz, un
infierno es mi sordera. Mas aún observo el paisaje personal del Carrefour y me
atrevo a esbozar las curvas de una sirena tan silenciosa como yo. Si se acerca
una enjoyada, la rehúyo.
¡Ya pinté
tantas flores corruptas
de las cortes de
España!
Ahora invento las voces de las mujeres que no
alcanzo, la tortura del tiempo, otros infiernos donde la palabra/imagen gira
encadenada en la penumbra del enigma-desprecio. Un invierno /un imán en la tierra del silencio, donde el
olvido arde y esparce su ceniza sin aliento.
10-8-2013
SUEÑO Nº 26 (EL ASNO LITERARIO)
A LOS QUE AMAMOS los libros,
nos sienta bien una llaga, un dolor externo.
¿Qué hago si soy un asno indigente de las letras? Apenas
salgo del Carrefour. Leo mucho y escribo más. Ella siempre está desnuda en mis
sueños. Sólo un ciego podría ver la usura de este amor. Con cada verso que
escribo siento la urgencia del cero. Y sé que la nada acecha en la luna del
sueño, pero allí están tus piernas de coral y las miro y las beso antes del
amanecer. ¿Qué hago que no hagan los
demás? Busco el mirlo en la incandescencia de tus labios. Busco tu piel ungida
por la tristeza de las serpientes de SAL. Busco el sur, el verdadero, en el
calor inconfesable de tu corazón, pero mi
sueño vive debajo de tus párpados. Si soy tan diferente, ¿por qué me
parezco tanto a ti?
LE CLOCHARD CÉLESTE
Assez vu…
Assez eu…
Assez connu…
Rimbaud
ESCRUTAR el silencio y
la palabra.
Escrutar
la luz en la luna y la sombra en la semilla. Siempre en fuga. En fuga del
silencio y de las palabras... en fuga del poder... en fuga de amor, porque esas
aguas las he probado y las encontré amargas. ¿Para qué decir si frente al
Carrefour de la pubertad no hay más ángel que el de la Ausencia? Huir, huir de
todo y de uno mismo, porque el poema es imposible, no está aquí en las letras,
en el verbo, ni siquiera en el arma/adjetivo. No, nunca será suficiente. Nunca
habrá suficiente fuego, sol o conocimiento para empezar de nuevo. Pour
voler le feu, comme l’ombre, tensaré los cordones de mis sandalias
cansadas, junto a mi corazón/rodilla deshauciado/a.
LA MENDIGA
ALEJANDRA
EN EL LABERINTO
DE LA POBREZA
El mejor y más seguro
camuflaje es la verdad desnuda
y a secas. No se la cree
nadie.
Max Frisch (1911-1991)
CUANDO
YA HUBE roído el pan familiar,
empecé con
las palabras.
Contra su opacidad, las unté de ausencia y
las encontré amargas. El hambre no se acaba nunca. Ni cambiando de canal ni con
sueños turbios donde los mendigos nos vemos mordiendo a un magistrado o al
secretario judicial de los desahucios.
Y caminando laberintos, rabiosa contra la
niebla, encontré que la verdad nunca es creíble; que todo tiene precio: qué precio para la imagen, cuál para la
ausencia; qué precio para la diferencia, cuál para la semejanza; cuál para la
máscara que trae un sueño de seconal sódico[1].
Y corro desolada como el único pájaro en el viento.
[1] El seconal (o secobarbital) es un fármaco
perteneciente a la clase de los barbitúricos. Deprime la actividad cerebral y
su acción inhibitoria sobre el sistema nervioso es general. Se usa en el
tratamiento de insomnio provocado por ansiedad y angustia. Alejandra Pizarnik
murió por una sobredosis de este fármaco.
Felicidades SAL, un abrazo
ResponderEliminarSaludos y Felicidades SAL
ResponderEliminar