Interludio
¿Oyes algo? Es de noche.
Tú
puedes escuchar la noche
cuando las palabras te dejan
decidir, preguntar: ¿sabes lo que
no he podido salvar
salvándonos a nosotros? Tienes
algo a través de los ojos, queriendo
darse solamente por venir,
en medio de un miedo reconocido,
a querer ver
que nada
va a volver a ser igual…
mundo en mis ojos sueño
lentísimo que en mis ojos
arraiga
palabra en soledad
ninguna
desaparezco en él como si
nada fuera
costa quieta arrecife
caído
llanura de desasosiego
frágil
mundo en mis ojos de
ninguna parte
según hablas del mundo
prende el mundo
según mueves los brazos
distraídos
el viento recompone
adivinanzas
abre de sol
los libros ciegos
las veredas que no sabrás
nombrar
pero que existen
por ti desenterradas
No un destello,
su pulso
casi sin claridad
cruza de cuerpo a cuerpo
cambiando de sentido.
Amanece y no es cierto
que lo que existe sólo
sea aquello que es visible:
verdad feliz de quien
lo puede ver.
Está
por verse la razón
de ese último silencio.
De por sí
no es la noche de hace
poco –pues
realmente desapareció
la última posibilidad
de hablar de ella. Aunque
(¿sabes qué?)
ya nada de
todo lo
que se diga
va a salir a la luz, o
a una advertencia de luz,
que
parezca decidir
cambiarse por nosotros:
ir
sin volver de un adiós. (¿Ves?) No
puedo ni abrir los ojos…
Antonio Méndez Rubio. Abriendo grietas. Ed. Amargord, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario