País de cadáveres, de nuevo julio, ¿recuerdas?
El verano es mala época para la memoria,
las olas se llevan, momentáneamente,
las cadenas,
y el sol
tuesta la mortaja de la alienación,
así que quién puede pensar en nada
que no sea babear la siesta
y discutir los precios de las sardinas en los chiringuitos.
¿Dónde fueron las nieves de antaño?
¿Quién esconde los fusiles en verano?
¿En qué playa se doran los golpistas,
en qué trigal los anarquistas...?
País de cadáveres, lamentables deudos.
¿Dónde las huellas de aquellos vivos?
No con vosotros soñaron
bajar por estas alamedas.
Antonio Orihuela
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