para Jorge Riechmann y Sicco Mansholt
Antes de asarnos a la parrilla
como chuletones usuarios de este manicomio
de coches, fábricas, centrales nucleares
y relojes sin tiempo
podríamos intentar escapar, parar
y comenzar a no hacer nada.
Porque el capitalismo es enemigo de la vida,
nuestra vida debe ser enemiga del capitalismo,
para que haya tiempo para todo,
para que el único desperdicio sobre la faz de la tierra y el hombre
sea de tiempo,
tiempo para la Asamblea,
tiempo para la Democracia,
tiempo para lo durable,
para las sinergias,
para la vida
reparada
al lado del erizo, el cisne, el murciélago, el petirrojo
volando entre jirones de ozono,
tiempo para cumplir veinte años,
tiempo para estar bien informado,
tiempo para evitar las metas, los límites, las fronteras...
Porque
apenas nos queda tiempo para seguir equivocándonos.
Escapa, apaga tu muerte,
llénate de lentitud, de fiesta, de sentido,
porque este es el tiempo para la vida,
el tiempo que se expande a medida que se regala,
si queremos que tenga un para qué, un fin
antes del fin, más allá del fin.
Antonio Orihuela
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