...no lo concibas como una borrachera,
porque no te ahogas, ni flotas, ni vuelas, ni buceas,
siendo un pez soluble disuelto en un océano de vino,
no lo concibas como información o sabiduría,
porque no podrás ni recordar tu nombre
mientras intentas balbucear algo con sentido
ante montañas de ofrendas fragantes
y frutos flagrantes que se acumulan en las puertas de tus sentidos,
no lo concibas como esto o aquello,
porque el golpe de la gran perturbación
agita con tanta fuerza el dentro y el fuera
que borra todos los conceptos y todas las fronteras,
no lo concibas como amor, camino, búsqueda o proceso,
porque ya eres la llama misma del origen,
y no hay carencia ni falta, ni abismo, ni superficie,
y todo el pasado sólo fue un despiste momentáneo,
como cuando te enciendes un cigarro que ya estaba encendido,
o buscas las gafas teniéndolas puestas...
Daniel Macías Díaz
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