VI
La
pesadilla es ser
uno más
de los que
callan.
La
pesadilla es
no merecer
el nombre
de los
hombres.
La
pesadilla es una piel
podrida
por el oro
y un
corazón de piedra,
los ojos velados
por las
cenizas de un fuego
hace
tiempo extinto.
La
pesadilla es
dormir
arropado
por la
sábana de la mentira,
despertar,
abúlico y solo,
sin
memoria del horror
bajo los
párpados.
La
pesadilla es ver
pasar el
tren / con los cautivos
y girar la
cabeza
como un
cobarde más…
La
pesadilla es
perder el
nombre
entre los
hijos de los hombres,
ser
uno menos
de los que
siempre fueron menos.
XIII
No,
yo no sé
dónde se encuentra
la palabra
sobre la
cual edificar
la casa / nueva
del hombre.
Guardo tan
pocas
en los
bolsillos…
Yo no sé
dónde se encuentra,
pero aún
me quedan fuerzas
para
buscarla.
Al fin y
al cabo,
mi vida se
alimenta
de esa
raíz
tan vieja
como el mundo.
XIV
Se trata
de buscar
respuestas
en el
desierto interminable
de nuestra
oscura condición.
X
Un
ovillo de polvo
en la
garganta.
Primero el
mutismo
y después
el llanto.
Luego la
asfixia.
Garras en
vez de manos.
Somos el
animal que balbucea,
incapaz de
pronunciar su nombre.
Somos
lo que
menos somos.
Juan Cruz López. El nombre de los hombres. Ed. Baile del Sol, 2016
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