Tú tendrías que haber cumplido mi última
voluntad,
no yo la tuya.
Decían que fuera a verte,
que te habían vestido con tu traje de
novia,
que parecías un angelito,
pero no tuve valor para mirarte,
a pesar de los disfraces, las cremas y
los coloretes
los muertos se parecen demasiado a los
muertos,
prefiero sentirte como un cascabel que
me acompañará a todas partes
y que en las brumas finales me guiará a
través de la última de mis batallas.
Cumplimos tu voluntad
en las hermosas dehesas de Doñana,
donde cada primavera podrás ver pasar
las carretas
en las que tal vez vuelvas a ir sin
saberlo,
te levantes en un baile del polvo a ti
misma,
despierta en la nada que es el sueño
completo de la vida,
sin recuerdo alguno de los que un día
cumplieron tu última voluntad,
que nada sepas de un día de lluvia
en el que con el corazón helado
te vimos arder, avivando las llamas
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