Fuente del vídeo: Marina López Martín. Discriminación (manifiesto por la huelga del ocho de marzo de dos mil dieciocho).
Dolores
podría deciros
Sois vergonzosamente ignorantes
Nunca habéis hecho
Ningún descubrimiento de importancia
Nunca habéis sacudido un
imperio
Ni conducido un ejército a la batalla
Las obras de
Shakespeare
No las habéis escrito vosotras
Ni nunca habéis iniciado
Una raza de salvajes
A las bendiciones de la civilización
Virginia
Woolf. A Room of One's Own. The Hogarth Press, 1929.
PREGUNTAS DE UNA MUJER QUE LEE
Para Bertolt Brecht
¿Quién
amasó el pan de los que edificaron Tebas, la de las siete puertas?
En
los libros no se menciona el nombre de ninguna.
¿Acaso
reyes y canteros madrugaron por leña para encender el fuego?
Y
en Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién
acarreó el agua para los que la levantaron otras tantas?
Y
en Lima, resplandeciente de oro, ¿quién limpió las chabolas donde
vivían los albañiles?
¿Quién
les hizo la cena a los obreros la noche que terminaron la Muralla
china?
La
gran Roma está llena de arcos de triunfo.
¿Quién
curó las heridas de quienes los erigieron?
¿Quiénes
amortajaron a los vencidos por los soldados de los césares?
Bizancio,
tan enaltecida,
¿acaso
no tenía lavaderos para hacer la colada?
Incluso
en la legendaria Atlántida, la noche que fue devorada por el mar,
hasta
los esclavos que se ahogaban clamaban llamando a sus mujeres.
El
joven Alejandro conquistó la India.
¿Quién
amamantó y crio a sus soldados?
César
venció a los galos.
¿No
llevaba tras sus legiones siquiera unas prostitutas?
Felipe
de España lloró cuando se hundió su flota.
¿Nadie
más lloró la muerte de los marineros?
Federico
II venció en la Guerra de los Siete Años.
¿Por
qué siempre la guerra para resolver conflictos?
Cada
página una victoria.
¿Quién
fregó la vajilla del banquete del triunfo?
Cada
diez años un gran hombre entre hombres.
¿Quién
pagó los platos rotos?
Tantas
historias,
tantas
preguntas.
Conrado
Santamaría. De vivos es nuestro juego. Ruleta Rusa Ediciones,
2015.
El
dios que inventó Manuel
Le
dijo que no deseara
Las
sagradas propiedades de Manuel
Entre
ellas la casa
Los
animales y Dolores
Que
solo pensarse
Con
la casa los animales
Y
la Dolores de Manuel
Ya
era muy malo
Y
acababa en un lío
De
papeles
Tanto
en este mundo
Como
en el otro
El
dios que inventó Manuel
Le
dijo a Manuel
Que
los hijos que tuviera
Los
tendría con dolor
Y
cuando vio que ese dolor
Era
todo para Dolores
Dijo
desde la cima de la evolución
Dios
es justo
Dolores
viene de dolor
En
el reparto de partes
Le
tocó el parto
La
peor parte
La
del dolor
Y
en todas las historias
Manuel
dice que es la mala
La
que tiene la culpa de todo
Lo
malo
La
que no está en ningún sitio
La
que estorba
La
que solo vale
Para
parir al pequeño Manuel
Cuidar
del pequeño Manuel
Hacer
del pequeño Manuel
Un
Manuel hecho y derecho
Que
siga diciendo
En
todas las historias
Que
es la mala
La
que tiene la culpa
De
todo lo malo
Dolores
nunca estuvo allí
No
estuvo en los polos
Ni
en los siete mares
Ni
en los montes más altos
Ni
en la Luna
No
estuvo en Europa
Y
Europa estaba lleno de Dolores
No
estuvo en Asia
Y
Asia estaba lleno de Dolores
No
estuvo en África
Y
África estaba lleno de Dolores
No
estuvo en América
Y
América estaba lleno de Dolores
No
estuvo en Oceanía
Y
Oceanía estaba lleno de Dolores
Manuel
lo hizo todo
En
nombre de Manuel
Y
a la mayor gloria de Manuel
Dolores
no ha inventado nada
No
ha conquistado nada
No
ha defendido nada
No
ha escrito nada
No
ha filosofado nada
No
ha compuesto nada
No
ha pintado
Ni
pinta nada
Todo
lo hizo Manuel
En
nombre de Manuel
Y
a la mayor gloria de Manuel
Dolores
no es nadie
Dolores
solo es
En
función de lo que es
Para
Manuel
Detrás
de Manuel
Está
Dolores
Sufriendo
sus decisiones
Manuel
ha hecho a Dolores
A
su gusto y para su gusto
Dolores
fue el primer animal
Domesticado
por Manuel
Luego
vendría el resto
Si
Dolores no pudo
Entonces
parar a Manuel
Nada
puede parar
A
Manuel ahora
Hay
quien dice
Que
la historia de Dolores
Es
la historia de Manuel
Con
Dolores
Buscando
su sitio
Qué alegría verme por aquí paseando al lado de Dolores y poder contarnos cómo la invisibilidad y la desestimación en que han hecho consistir nuestra vida a lo largo de tantos siglos pueden ir desapareciendo poco a poco si no desfallecemos en nuestro empeño y continuamos la lucha.
ResponderEliminarHay quien dice que los encuentros nunca son casuales, que las coincidencias no existen. Gracias, Manuel.