Es de noche, y ahora
lo volvemos a cruzar sin turistas.
Tú te curvas sobre mi hombro
y mi brazo se ciñe a tu cintura
conscientes de haber conectado
puntos muy distantes,
de ser dos cuerdas cósmicas,
por fin vibrando juntas, entrelazadas,
porque lo que sabíamos y olvidamos
no se había perdido y vuelve,
porque todo lo que fuimos permanece
aunque sea imposible de recuperar.
No hay 60 segundos en un minuto.
No hay 60 minutos en una hora.
No hay 24 horas en un día,
te estoy mirando por primera vez.
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
Antonio Orihuela. Disolución. El Desvelo Ed. 2018
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