documentos de pensamiento radical

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lunes, 31 de enero de 2022

TITANIC


 

 

1.500 millones de primera clase han alcanzado los botes.


4.500 millones se están ahogando,
pero eso no es problema.


–para muchos
hay gente en las barcas que debería estar nadando–


El problema que no ven
es que
el que se hunde
es el planeta.

 

 

Antonio Orihuela

domingo, 30 de enero de 2022

EL REBAÑO



 

Incluso en las vacaciones del matarife,
el rebaño de ovejas se cansa.


Hartas de mirarse,
bostezan.


A fuerza de intentar ser profundas,
se duermen.


Si hace sol,
si diluvia,
nada cambia dentro del rebaño.


Nada hay más allá
de la propia forma del rebaño.


Así apretaditas, a veces,
se dan empujones
por ver si alguna sale del rebaño,
acaba el héroe con la postración del rebaño,


y mientras tanto,
obedientes marchan a la saca.


El resto disimula el olor a sangre
con un poco de hierba entre los dientes.


Después vuelve al redil el rebaño.


Las lágrimas quedan más allá,
en un cuento que conservan,
aún en la urgencia del carnicero,
un cuento de otro mundo
que desvela a algunas
en mitad de la noche
y borra el miedo que imponen,
al temblar el nuevo día,
los mismos pasos...

 

Antonio Orihuela

viernes, 28 de enero de 2022

CARTÓN PIEDRA



 

Atravieso, camino de una cita con Paco Espinosa
por una ciudad empeñada en el triste carnaval
de querer convertirse en el espejo de una ficción,
un invento de caciques sancionados por la historia,
el dinero público
y la complicidad de todos.


Cruzo por lugares de cartón piedra
donde Sevilla imita a Sevilla,
como en esos pueblos de Almería donde el cartón piedra
imita lejanos oestes imposibles.


Paseo, ahora, de la mano de Paco Espinosa hasta Sevilla la Roja,
por el Moscú sevillano, por las oleadas de inmigrantes
llegados para trabajar en la exposición del 29,
hacinados en casas de vecinos,
en cuevas de una periferia ya fagocitada.


Nos rodean fantasmas amigables de parados,
hambrientos, anarquistas en Amor de Dios,
en Casa Cornelio,
en la todopoderosa CNT,
mascullando revolución,
comunismo libertario,
el tópatós...


No veo ya hoteles de alto standing,
bodeguitas para ejecutivos, aviones,
autobuses de mil mundos buscando un tópico,
un lugar en el no lugar, pedigüeños,
ciudadanos embobados con la derrota de Manu Tenorio,
políticos de medio pelo en coches oscuros
y guardaespaldas por el bien del pueblo...


Voy de la mano de Paco Espinosa por esta ciudad de nadie,
vengando con palabras tristes, perdidas, sordas,
a todos nuestros muertos.

 

Antonio Orihuela

jueves, 27 de enero de 2022

EN CLASE




En clase, un crío me pregunta 

qué se enterraba debajo de las pirámides. 


Exceso de igualitarismo, le digo. 

Allí se enterraba la justicia social, 

la posibilidad de una vida justa y digna para todos. 



Pregunto, entonces, 

si saben ellos qué se entierra hoy 

debajo de los cohetes interplanetarios 


o los presupuestos militares. 



Antonio Orihuela

miércoles, 26 de enero de 2022

LA LENGUA DEL BREZO

 





para José Sánchez Canterla, in memoriam 



Yo no tengo estudios, apenas sé leer, no fui a la escuela. 

Cesáreo, el Viejo, me enseñó lo poco que sé. 


Por las tardes, después del trabajo, en la puerta del cortijo 

nos daba sus lecciones. 

Leíamos en un libro que se llamaba Sembrando Flores, 

allí se contaba la vida futura de fantasía y felicidad 

que nos aguardaba. 


Cesáreo siempre terminaba sus lecciones igual: 


Recordad, nuestra patria es el mundo entero, 

nuestra familia la humanidad. 


Y rumiando eso me marchaba por las torroncas 

con la piara de guarros del señorito. 


Fíjate qué cosas tan adelantadas decía Cesáreo. 

Jamás he vuelto a oír nada igual. 


Yo no tengo estudios, apenas sé leer, no fui a la escuela. 

Yo solo soy un campesino que ama la belleza. 


En el campo, cuando me encuentro con una rama de brezo, 

me pongo a hablar con ella, a veces la rama me contesta 

y me dice lo que tiene dentro. 


La traigo conmigo a casa, la pongo en mis rodillas 

y le voy quitando lo que le sobra. 


Un día, junto a un risco, encontré un brezo 

que tenía dentro un precioso cucharón con un lagarto 

que tenía atrapada a una niña. 


Así empecé a tallar, según las cosas que me decían los troncos, 

pero esto no es Arte, solo estoy ganando tiempo 

mientras me encuentro a mí mismo 

en espiritualidad. 


Aunque ya soy muy viejo y no me queda mucho tiempo 

este es el primer tiempo que estoy viviendo de verdad. 


No le temo a la muerte, el brezo me ha dicho 

que no moriré cuando se aquiete la sabia. 

martes, 25 de enero de 2022

LA ENCINA




En El Puerto, 

para homenajear a las víctimas del genocidio franquista, 


–cuyos cuerpos ni siquiera se sabe dónde fueron tirados– 


habían cavado un hoyo 

y dentro de él 

esperaba una encina joven a ser cubierta y crecer. 


En mitad de los discursos, 

saltando por encima de los políticos

y del protocolo, 

una señora de Sanlúcar 

cogió la pala 

y cubrió la encina de tierra. 


Se vino después hasta mí, llorando. 


––Acabo de enterrar a mi padre. 



Antonio Orihuela

lunes, 24 de enero de 2022

PROOF SPIRIT, 1997




Hace años dejé inconcluso un poema. 

Me cegaba el dolor y lo dejé por imposible. 

Hablaba en él de 18 trabajadores 

a los que el terrorismo empresarial 

había vuelto a llevarse por delante. 


En realidad, 

hablaba de cómo estaba todo perfectamente controlado 

para que cosas así, 

lejos de provocar un estallido popular revolucionario, 

sirvan para que los poderosos salgan también ese día en la foto, 

haciéndose, encima, 

publicidad gratis de gente comprensiva y solidaria. 


Publiqué aquel poema sabiéndolo inconcluso, 

por si servía de algo, 

antes de que nos convirtamos en las siguientes víctimas, 

y es hoy, cinco años después, 

cuando Vicent Camps me escribe 

y envía el final que yo no encontré entonces 

prendido en un trozo de periódico: 


V ANIVERSARIO JOAQUÍN CORTÉS PÉREZ. 

ASESINADO 3-7-1997 POR UNIÓN NAVAL DE LEVANTE. 

SU ESPOSA AMPARO BERENGUER MORENO 

NI OLVIDA, NI PERDONA, 

NI CREE EN LA JUSTICIA. 


¡Ay pueblo si un día te hartaras de llorar solo! 



Antonio Orihuela

domingo, 23 de enero de 2022

NOSOTROS MISMOS






Cuanto más borrachos menos nosotros mismos. 

Cuanto más anestesia menos nosotros mismos. 

Cuanto más diseño menos nosotros mismos. 

Cuanta más moda menos nosotros mismos. 

Cuanto más pantallas menos nosotros mismos. 

Cuanto más teléfonos menos nosotros mismos. 

Cuanto más coches menos nosotros mismos. 

Cuanto más hipoteca menos nosotros mismos. 

Cuanto más ruido menos nosotros mismos. 

Cuanto más iglesias menos nosotros mismos. 

Cuanto más ciudad menos nosotros mismos. 

Cuanto más humo menos nosotros mismos. 

Cuanto más jefes menos nosotros mismos. 

Cuanto más artistas menos nosotros mismos. 

Cuanto más obediencia menos nosotros mismos. 

Cuanto más D.N.I. menos nosotros mismos. 

Cuanto más espejos menos nosotros mismos. 

Cuanto más cosas menos nosotros mismos. 

Cuanto más yo menos nosotros mismos. 



Antonio Orihuela

sábado, 22 de enero de 2022

EL PELIGRO




El peligro del Dinero: 

que no mancha, no sufre, no padece. 


El peligro del Capital: 

que lo que no es muerte 

es beneficio. 


El peligro de la Izquierda, la Derecha: 

el deshielo. 


El peligro de los Sindicatos: 

que las consignas, cuando vienen, como la pasta, 

vienen de arriba. 


El peligro de la inmigración: 

que dejaran de venir, de ilegal, 

por cuatro mil 

el jornal. 


El peligro de la Verdad: 

que viaja sin plomo, 

secuestrada, 

en carteras de piel 

y come cuatro veces 

al día 

en viviendas a pagar 

en veinticinco años. 


El peligro del sol que más calienta: 

que deje de calentar. 


El peligro de la nostalgia 

y la esperanza: 

que para nostalgiar y esperar 

sirve cualquiera. 


El peligro de la tortilla: 

que se quema 

por una sola cara. 



Antonio Orihuela. 


viernes, 21 de enero de 2022

CAPITALOCENO

 



 

para Jorge Riechmann

 

Nos gustan los milagros económicos,

pero no queremos saber

cómo se producen,

 

de dónde se ha rapiñado

con los recursos, la energía

o las materias primas

para que se produzca el milagro

que siempre es guerra, muerte,

hambre y miseria

en la casa del vecino más débil,

 

que es una hipoteca

que nuestros nietos

no sabrán cómo pagar.

 

Nos gustan los milagros,

pero no que nos hablen

de la guerra del capitalismo

contra el mundo natural,

 

mejor pensar en milagros

que no en que todo desaparece

mientras lo estamos disfrutando:

minerales, colinas, playas, huertos,

acuíferos, corales, árboles, abejas, saltamontes,

luciérnagas, peces, leones, elefantes…

 

mejor esperar milagros que no reconocer

que la economía crece hacia la catástrofe:

más humanos, más automóviles, más aviones,

más televisores, más iPhone, más toallitas desechables,

más granjas de cerdos, más turismo, más velocidad,

más electricidad…

 

El planeta se va al carajo

y creemos que nosotros sobreviviremos,

pero ocurrirá justo al revés…

 

La vida continuará sin nosotros,

como venía haciendo desde antes

de que un torpe simio se pusiera de pie

sobre la sabana.

 

Nosotros somos los únicos amenazados

por el animal más peligroso que habita la tierra…

Estamos amenazados de capitalismo

por nosotros mismos.

 

 

 Antonio Orihuela. Lavar carbón. Ed. Amargord

jueves, 20 de enero de 2022

LA REVOLUCIÓN PABLISTA-CHALETISTA



 

 

Íbamos a tomar el cielo por asalto,

pero vimos un chalet en Galapagar

 

y oye, oye, oye…

 

 

Antonio Orihuela. Lavar carbón. Ed. Amargord

miércoles, 19 de enero de 2022

HEGEL DE VACACIONES


 


El fin del mundo ya llegó

pero viene en episodios.

 

Uno se llama Titanic, en él se hunde el mundo

pero la orquesta sigue tocando,

la derecha promete crecimiento infinito,

la publicidad dice no te conformes con menos,

la propaganda comenta que lo mejor está por venir,

la gente va al gimnasio, hace yoga

y se recupera la venta de automóviles y smartphones.

 

Otro se titula El dinero manda,

un musical para que el corazón lata al ritmo del capital

que justificará la desaparición de ecosistemas

la explotación de las personas,

y el exterminio de las especies.

 

El tercero se llama Cuatro Gatos,

y enseña a despreciar a ecologistas, anticapitalistas,

decrecentistas, anarquistas y animalistas.

 

El cuarto se llama Enterprise

y promete el traslado a Marte

el día que terminemos de destruir

lo que será imposible reconstruir en ninguna otra parte.

 

El quinto es Zombis Nazis

y plantea la necesaria eliminación del 99%

para la supervivencia del 1%,

de momento es un gran éxito

y apenas hay gente en desacuerdo

pues todos nos consideramos dentro del 1%

que se salvará.

 

El sexto será Corazón y enseñará

todos los atributos del posthumanismo en ciernes:

irresponsabilidad, infantilismo, apoliticismo,

consumismo e inmoralidad.

 

El séptimo será ¡Entre fieras!

y en él los pobres serán castigados por inadaptados

e ineficientes de cara a su necesaria eliminación.

 

El octavo será Raíces, para aceptar la división biológica

de amos blancos y siervos de razas inferiores.

 

El noveno será Tendido 0,

para combatir el sufrimiento animal

con tradición, cultura y arte de la tauromaquia.

 

El décimo será El Dorado,

para naturalizar la depredación de las riquezas del Tercer Mundo

y la eliminación de las comunidades nativas

por primitivas y atrasadas.

 

Y entre medias, repetirán ¿Todo bien?,

para bloquear cualquier síntoma de malestar

cuando haya que saludar a alguien

en este tiempo donde nada va bien.



Antonio Orihuela. Lavar carbón. Ed. Amargord. 


martes, 18 de enero de 2022

Coral Gables

 


 


¿Más allá que yo en la nada,

más allá que yo en mi nada, más

que la nada y más que el todo

ya sin mí, más, más allá?

 

Juan Ramón Jiménez

 

Al final

sólo sueños conforman

una vida en la Nada.

Pero el poema persiste a su pesar,

llega de otra parte el pino que besa la palma.

Jade el mar de Moguer

sin que el mar sea metáfora o símil sino espejo

doblemente mirado en el agua

que canta lo más bello del canto más allá de todo, y más allá.

Tu presencia estaba allí, en Coral Gables,

cáliz infinito de sombras, estelas de pájaros entre camarinas,

pequeños soles de azahar.

Hemos de beber el vino y el fuego

que los dioses han unido en este espacio

en donde la summa alumbra lo porvenir y lo que ya no es:

toda luna vendrá, tierna como la mujer que el agua deslíe.

¿Era sueño o era sol que no había salido

o mar que de pronto esparce su semilla contra la plateada

manera del aire? Es doble el oleaje que dolido retorna a la isla.

¿Qué más podría haber en el espacio sino un punto fijo en el centro

que se busca inútilmente? Nada debe ser buscado

en el Cosmos sino dentro.

La poesía sabe que es lo que no es que anda con ella, única voz

siempre presentida como ala de ángel o retama

que extiende su canto sobre la sangre augurada.

El oro del poema yace bajo el río, aunque en el río

no exista ni tiempo ni oro.

En el fondo lo que hay desde el inicio en el agua

es la mirada que tal vez el poema, al fin, alcance.

Tengo lo que de ti me pertenece. Dioses y nubes fueron mi lumbre,

esa ciencia del lenguaje que enciende el escollo.

Alumbras mis días. Tus vocablos, surtidores, me apartan de la sed,

sol puro de mi sueño, añicos en torno al amor,

que al abrir el horizonte

desprenderán la esencia de mi sangre.

He visto la sal afondarse en la orilla

donde el pico del ave triza su primer cristal.

La leche de la madre se ha transformado en tu tinta.


 

Luego, de pronto, esta dureza
de ir más allá de la mujer,
de la mujer que es nuestro todo, en donde
debiera terminar nuestro horizonte.
 

 

 

Jeannette l. clariond. SOBRE LA FRONDA Y LA MEDIDA. 

II Premio Internacional de Poesía.

Juan Ramón Jiménez. Coral Gables, 2021

lunes, 17 de enero de 2022

Cielo de sombras



 

Nacidos de la mano de Dios, los pájaros oscurecieron el cielo.

Acostumbrados a la luz, no hemos sabido leer las sombras.

Pulimos

la palabra

como se pule una escudilla de plata.

Ignoramos

la ciencia que guarda toda oscuridad,

la que anima al tacto,

la lengua,

la soledad del olmo en la ribera.

 

Olvidamos los nombres de la tierra por pretender ser mar.

 

Un aire turbio envolvió la monotonía de la mentira, selló los labios de las urnas.

¿En dónde estabas tú, oh, rosa?, ¿por qué en mis ojos te extinguías?

Prerrogativa del espejo en el follaje el vuelo de la sámara en el viento.




Hemos olvidado los nombres, la embriaguez

del fuego —su pálido vino—. Mas no palidece este dolor

que las manos intentan escribir.

 

Fuimos arena dispersa que ansió la demasiada luz.


 


 

Jeannette l. clariond. SOBRE LA FRONDA Y LA MEDIDA. 

II Premio Internacional de Poesía.

Juan Ramón Jiménez. Coral Gables, 2021

domingo, 16 de enero de 2022

ESPLENDOR DEL MAL




Rayos de Dios ultravioletas 

deshilachan nubes de CO2, NH3 y CFC. 


Cae lluvia ácida, 

se descuelgan racimos de bombas inteligentes 

en este invernadero nuclear de alimentos transgénicos, 

bolsas de dividendos de plástico no degradables, 

contaminación acústica, predicadores, artistas 

y políticos ladrones de sueños. 


Qué más da que lo nieguen, 

en pro del pesticida del terrorismo 

y el herbicida del peligro 

que representan los inmigrantes 

para la seguridad ciudadana, 

científicos domesticados 

y periódicos que crucificaron la verdad 

en un madero ilegalmente talado por niños esclavos 

en los bosques tropicales también llenos de lobbys. 


Extintas nieves del Kilimanjaro, 

televisión, luz de luz de nuestras vidas, 

aire irrespirable de México D.F.,

líneas electromagnéticas de este cáncer, 

chapapote, mancha de fuel, 

microondas do mar de Vigo, 


ai ondas que eu vin veer, 

se me saberedes dicer, 


primer mundo del basurero restante, 

si piensas que aún estás a salvo... 


...sepas 

que ya nada te protege. 



Antonio Orihuela


sábado, 15 de enero de 2022

2 poemas de Contigo trouxeste de mar um violino de Carlos D'Abreu


 


ASTROpoéticoFENÓMENO

 

O amor sempre nos recompensará,

podendo brindar-nos de milhentas formas,

as mais das vezes imperceptíveis

devido à nossa desatenção

motivada pela obstinação de prosseguir

numa incessante busca de algo,

alguma coisa que se nos pedirem para definir

teremos dificuldade em exprimir.

 

Talvez não saibamos o que buscamos.

Somos impelidos para a frente,

como se para a frente fosse sempre o caminho.

Será o kronos que nos engana,

como se o devir fosse a meta.

Que marco é esse? Onde está a baliza?

E o que estará para além dela

se porventura a chegarmos a alcançar?

Como se a missão fosse viajar sempre ao futuro.

E se pusermos de lado o futuro

e desacreditarmos o passado

e vivermos um presente estático?

Um presente sempre presente?

 

Raríssimas vezes me dei conta da recompensa poética.

Chegou há dias        inesperadamente

em forma cosmopoética.

Talvez recorde essa recompensa

porque quando chegou

estava em companhia de um conhecedor

das leis humanas,

credível testemunha por isso,

que de ballesta apelido herdou:

 

Havíamos deixado o Litoral

onde levara o amigo do Interior da Ibéria a seu pedido,

pessoa que poucas vezes vê a Terra beijada pelo Mar,

vínhamos dum lugar que esse terráqueo

considerou ser o ideal para morrer.

E ao fim do dia regressávamos a uma Meseta central,

pela noite circulando em auto-estrada

– pista-rápida-para-autos-céleres –

uma rodovia sem paragens e muitas portagens,

construída para vencermos distâncias velozmente.

 

Era o vigésimo quinto dia

do sétimo mês do nosso calendário humanizado

e faltaria um quarto de hora para se anunciar outro dia.

A telechamada que fiz a um camarada

adepto dos fenómenos atmosféricos

registou 23h49m,

encontrando-se este amigo, feliz,

a cerca de 80km para NE,

em aldeia de Loisa duriense,

a mais de 700m de altitude

e que não foi capaz sequer de lobrigar

o que lhe descrevia.

 

Entráramos há pouco na A-25 em Mangualde

e estaríamos a meio caminho entre aquela localidade

e Chãs de Tavares – a medieva comarca

de vicentino Teatro – em direcção da Raia.

Ao volante do automóvel dissertava sobre a vida

e o irmão ouvinte corroborava que era jodida.

E como pertenço a tudo o que me rodeia,

seja o que de físico e próximo se me apresenta,

sejam os vestígios em forma de luz,

da luz de corpos que há milhões de anos

se desintegraram – dizem-no os astrónomos –

a curiosidade regista os movimentos

as tensões

as quebras

as explosões

o instável

o estático.

Tudo o que tem forma, ou se disforma.

 

Em observações rápidas,

estáticas são as estrelas.

E as suas imutáveis famílias.

Constelações com registo.

Tudo há-de ter registo,

tudo deve ser catalogado.

Tudo tem de estar ordenado.

Não podemos permitir

que o Universo se desordene.

É nossa obrigação contribuir

para repudiar o caos.

Por isso vemos no céu

o pastor e o cajado e o sete-estrelo.

Logo eu que busco A Ideia de ordem sem pastor.

 

Mas há até entre os astros alguns rebeldes

que solitários vivem,

corpos que têm curiosidade por outros,

xenófobos, os outros,

que os repudiam, aos atrevidos.

Destes, raríssimos conseguem o contacto

e morrem entre nós,

fenecendo já minguados

porque depauperados de tanta peleja.

Depois há corpos errantes,

que afoitamente desejam ser livres

e viajam acometendo o espaço sideral.

Vemo-los passar com a cauda a saudar-nos,

invejando-os pela liberdade a que se arrogam.

 

Mas o que vos quero contar

é que naquela supra-mencionada noite,

a poesia da Natureza me brindou,

pois por mim passou – relembro que tenho

uma credível testemunha porque jurisconsulto –

uma numerosa e alegre família de celestes

e brilhantes corpos.

 

Movia-me nocturnamente

dentro de uma máquina com luzes

que projectavam a pista.

O céu encontrava-se completamente transparente

e por isso nem a luz artificial dos faróis do veículo

impediu que,

no lugar onde os relógios anunciam as onze horas

(ou as vinte e três),

se me apresentasse uma alegre constelação,

para mim nova     estranha      desconhecida.

Pareciam as luzes espaçadas

ao longo de um eléctrico cordão,

cordão distribuído por descomunal arbor natalis,

ou arburetum obscurecido pela noite.

Acendia uma aqui

apagava-se outra ali

acolá o olho algumas me piscavam,

mantendo-se com luz fixa e muito brilhante a maioria.

E uma ou outra em rápidos movimentos

passava tangentes às congéneres.

Ou talvez fosse ilusão minha

e a que parecia mover-se fixa estava

lá longe no horizonte

e o que acontecia era que o grupo estava já,

ou sempre estivera,

em movimento,

como então começara a pressentir.

Afinal todo o conjunto se movia,

ordenadamente é verdade,

mas alterando as geométricas formas da constelação.

E em determinado momento

foram imprimindo mais velocidade à viagem.

Parei na auto-estrada, desde logo um perigoso gesto,

apagando as luzes,

olhando estupefacto e alegre o fenómeno

e comentando-o com o companheiro.

 

Agora corriam já. E aproximavam-se.

Parecia uma regata oceânica vista do fundo.

Ou um rebanho de ovelhas com lã de cor de ovelha

– nada de negras ovelhas – que numa encosta em frente,

pastava em andamento direccionado a trigueiro restolhal.

 

Corriam as minhas badanas alegres e reluzentes

descrevendo a curvatura da abóbada celeste

que a todos envolvia,

sobre o nosso olhar,

da sinistra para a dextra,

cruzando-se com a nossa marcha de poente a oriente.

 

Corriam umas atrás das outras

e despediram-se no horizonte.

 

Porque no dia seguinte

ao contarmos esse poético regalo

a gente com fé no Universo,

nos perguntou pela sua duração,

dez minutos lhe aventámos.

 

Vi!

A menos que o meu cérebro me enganasse

(e o do companheiro também?).

E o que com os olhos percebi,

é o que aqui tento contar-vos,

modestamente,

pois o que visionámos (ou julgamos ter visto)

suplanta a minha capacidade de descrever uma maravilha.

Um deslumbrante assombro,

fascinante sedução,

que a Natureza me ofertou.

 

Um astro-fenómeno

– como desde logo lhe chamei –

raríssimo certamente,

que convosco quero partilhar,

assim              sem estratagemas,

mesmo sem saber se encaixará

                                                        num livro de poemas

 

 

(25/26-VII-2020)

 

“no hay sitio para dios en el universo.”

 

Michael Mayor, Premio Nobel de Física (2019)

 

+++

atrapado em ti

na languidez dos teus desolhares

e surdos ecos das desditadas horas

em que ajudas à parição do luar

essa argêntea luz que emerge

por detrás da desabitada terra

terra que aguarda o bico do nosso arado

para que a fecundemos com as nossas cores

 

aquelas cores com que registámos

numa negra tabuleta o verso encarnado

 

atrapado em ti

estarei até que as saturadas águas

unam as nossas margens

e esse caminho de sal

nos leve ao encontro marcado

 

àquele tempo sem tempo

porque de tempo suspenso

 

que seja por ora intenso

o ínterim dos instantes

 

porque o brevíssimo

pode ser eterno

 

 

“No alto, a utópica Lua vela comigo

E sonha coalhar de branco as sombras do mundo.”

 

(Fernando Namora, Poema da Utopia)

 

 

 Carlos D'Abreu. Contigo trouxeste de mar um violino. Ed. Carava Ibérica, 2021