Nacidos
de la mano de Dios, los pájaros oscurecieron el cielo.
Acostumbrados
a la luz, no hemos sabido leer las sombras.
Pulimos
la
palabra
como se pule una escudilla de plata.
Ignoramos
la
ciencia que guarda toda oscuridad,
la que
anima al tacto,
la
lengua,
la
soledad del olmo en la ribera.
Olvidamos
los nombres de la tierra por pretender ser mar.
Un aire
turbio envolvió la monotonía de la mentira, selló los labios de las urnas.
¿En
dónde estabas tú, oh, rosa?, ¿por qué en mis ojos te extinguías?
Prerrogativa
del espejo en el follaje el vuelo de la sámara en el viento.
Hemos
olvidado los nombres, la embriaguez
del
fuego —su pálido vino—. Mas no palidece este dolor
que las
manos intentan escribir.
Fuimos
arena dispersa que ansió la demasiada luz.
Jeannette l. clariond. SOBRE LA FRONDA Y LA MEDIDA.
II Premio Internacional de Poesía.
Juan Ramón Jiménez. Coral Gables, 2021
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