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no saber lo que se escribe
es el mejor regalo
que puede ofrecerle
la escritura al poeta
si te acercas hasta
ese punto de conciencia
lo recomendable
es dejar de escribir
los árboles
tocarán las palmas
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buscando palabras dentro del sueño
palabras que desaparecen
cuando salimos del sueño
palabras que viven del otro lado
de la raya del tiempo y
dejan de existir
cuando cruzan
el umbral del silencio
palabras que solo existen
en el sueño
en la otra realidad
de la palabra
en la floración de la piedra
a veces
brotan en el cuaderno
palabras
que desconoces o
que ni tan
siquiera
intuyes su
procedencia y
menos su
significado
si es que
lo tienen
palabras piedras
que contemplas
totalmente
extrañado
como si te
detuvieras
en una
puesta de sol
eclipsada
por el relámpago
del vuelo
de una inmensidad
de plumas
de pájaros / y
la primera
impresión
que te
visitara
fuera
la de que
no
has escrito
un poema
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ayer alucinaba
con las palabras
galáctico
interplanetario
cósmico
espacial
sideral
…
palabras de escape
ancladas
en los límites claustrofóbicos
de la posmodernidad
arrogantes y
seductoras
palabras afloradas en el púlpito
del descontento capitalista e
hijas del desencanto
programado
en urnas avinagradas y
collares de besos platónicos
enrollados en el cuello
intransigente de la ignorancia
hay poetas de la cuerda / suicidas totales /
algunos ya habitan escaleras de temblores y
otras maniobras equilibristas subterráneas
cuando les escucho enarbolar
banderas galácticas
me parto de risa por dentro
no escriben de mariposas
ni de cangrejos violinistas
ni de árboles / ni de piedras
ni de ranas / y
menos de escarabajos peloteros
esas palabras
les suenan a anticuario y
me retrato en ellos
cuando en tiempos ha
aborrecía ciertas palabras y
tachaba de carcamales a quienes
ondeaban palabras de cercanía y
aliento
me encantaban las palabras de fugas
las venidas de los espacios interplanetarios
manchadas de desapego y
de efecto doppler
adoraba todo lo que oliera a maldito y
a enjambres de perdedores
anfibios de la noche
cosas que pasan en los lavaderos
transversales de las palabras y
en los recogederos
bipolares del silencio
nadie y
digo nadie humano
ha nacido en el vientre
de una ballena
ni ha sido ejemplar
en su ridículum vitae
afortunadamente
Eladio Orta. La no estrategia del árbol. Ed. Huerga & Fierro. 2023
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