GA
ZA
Los
Exentos
LA ULTIMA CANANA DE PANCHO VILLA
Israel a la ONU:
dejadme matar
en paz.
Bajo los escombros
y la destrucción provocada
agoniza
-no sabemos en qué idioma habla
solo que no debería estar ahí-
ese niño.
Se ejercita el hombre
en su crueldad
sin compasión.
¿Habrá algún Dios
que os perdone,
Israel?
En los hospitales de Gaza
corre más rápido
la muerte
que la vida.
Hay quien llamó
a detener la barbarie
con más barbarie,
la muerte con más muerte.
Hasta que no quede nada.
Hasta que no quede nadie.
Ni siquiera
que dé fe.
La paz quiere intentarlo.
Pero no la dejan
en paz.
Barricadas,
cohetes y misiles
de largo alcance…
Zancadillas políticas.
No permiten que pase
la esperanza.
Herida de gravedad,
hace años la paz se recuperaba
en un hospital de Cisjordania
cuando fue bombardeado
cuando fue bombardeada.
Jamás deberían haberlo hecho, jamás
haberles incitado
a que lo hicieran.
Ojo por ojo
y solo tenemos dos.
La paz
encaja
o se rompe.
Llora la esperanza
arrodillada en el banco de una
sinagoga,
en el suelo de una mezquita
implorando
que la dejen vivir
y cumplir con su palabra.
Y mataron en nombre de Dios.
Y mataron en nombre de la razón.
Y mataron en nombre de sus muertos.
Y mataron.
Y mataron.
Y mataron hasta
no dejar ni una vida
viva
que pudiera matar.
Y mataron
hasta morir.
Podría ser yo:
el que muere,
el que mata.
Y no quiero.
Años de humillación.
De sometimiento. De exterminio
minucioso y premeditado.
Semillas de odio
que alimentarán
el hambre de violencia
durante años y años
hasta saciarse.
Y ahora mata
porque te toca.
La crueldad
nunca pensó
que se podía
ser tan cruel.
La ira nunca creyó
que llegaría tan lejos.
La muerte se asusta
de lo que lleva a la espalda.
Y desde aquí y desde allá
animaron a seguir, a no parar,
a devolver el golpe,
aunque al final todos acaben sonados
en este combate
interminable.
Muerta de miedo
la vida.
Hamás ha cometido crímenes de guerra.
Israel diez veces más.
No se puede aplaudir lo que hizo Hamás.
Lo de Israel, diez veces menos.
Odio por odio
y todos muertos.
Hay que abrir un corredor urgente
para que avance la paz.
Es cuestión de vida o
vida.
Condenamos sin paliativos los ataques
perpetrados por Hamás en Israel. Hamás y otros grupos armados cometieron crímenes
de guerra totalmente injustificables. Sus milicianos ejecutaron a civiles,
secuestraron, tomaron rehenes, atacándoles directamente y lanzando
indiscriminadamente miles de cohetes contra Israel.
Y también condenamos enérgicamente los
ataques contra civiles en Gaza. En los últimos días, las bombas han golpeado
Gaza sin descanso, han arrasado barrios y aniquilado a familias enteras. La
asediada población civil de Gaza no puede escapar ni tiene dónde ponerse a
salvo, debido al bloqueo ilegal que mantiene Israel.
Israel debe levantar el asedio
impuesto sobre Gaza, restablecer el suministro de electricidad y agua y
garantizar el acceso humanitario sin restricciones a la Franja. Sus fuerzas
deben tomar todas las precauciones necesarias para minimizar los daños a la
población civil y a bienes de carácter civil y poner fin a los ataques
indiscriminados y desproporcionados. Debe desistir de su intención de forzar
una evacuación masiva de la Franja obligando al desplazamiento forzoso de
cientos de miles de personas.
Hamás y otros grupos armados deben
acabar con sus ataques deliberados a civiles, el lanzamiento indiscriminado de
cohetes y la toma de rehenes. Deben liberar a las personas civiles tomadas como
rehenes de inmediato. El homicidio deliberado de civiles no puede justificarse
en ninguna circunstancia.
(Extracto del comunicado de Amnistía
Internacional del día 18 de octubre de 2023)
AÑO 2023 · NÚMERO 736
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