[ ya
es verano pero todavía refresca por la noche. aun así, apetece tomarse un
heladito de esos que ponen la punta de la lengua a temblar. mmmmmm V trabaja en
una heladería y cada día monta y desmonta la terraza. las mesas pesan y las
apoya en sus piernas para no cargarse las lumbares. cumple con su jornada y lo
hace todo todo pone tarrinas de azúcar al gusto limpia recoge friega aconseja
sirve. V sirve para ganar 2 euros la hora 6 días a la semana 10 horas al día
gracias no salen las cuentas. este contenido puede ser amarillo limón, podría
ser una exageración o una situación ficticia. no. nadie podría poner en
cuestión que esto pasa y pasa, que quizá no en una heladería pero sí en un
restaurante, quizá no en Andalucía pero sí en Benidorm, quizá no es V y se
llama M, quizá no trabaja 10 horas sino 8 y una gratis, quizá no gana 2 euros,
gana 3. si tuvieran que hacer una reconstrucción de los hechos de aquel día en
el que V no pudo más y se puso a llorar en el trabajo solo la veríamos
limpiando corriendo cobrando echando bolas de helao a mansalva resbalándose
quitándole un hielo a la cocacola preguntando a quién le toca cortando un
trozo de tarta cobrando fregando platos llenos de merengue recogiendo los
cristales rotos repartiendo dulzura dando una pajita. en las ciudades hay cada
vez más heladerías. los centros de Sevilla y Málaga están llenos y en Cádiz próximamente abrirá
otra ¿son necesarias? son un buen indicador de cuándo una ciudad se ha
convertido en un lugar de recreo, no un espacio habitable. por favor, cuando
vayas a que alguien te sirva, pregúntale cuánto cobra, averigua lo poco que se
merece por estar ahí, cumplir con su jornada y con tus deseos ]"
Ana Geranios. Prometo. Fragmentos para volver a entender el mundo. Ed. Fantasma, 2023
Pedidos: edicionesfantasma@gmail.com
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