chatarrero
lanero
en
este poema no está el Maserati Gran Cabrio de Cristiano Ronaldo
está
la Nissan Vanette destartalada con la que vamos al tajo
en
este poema no aparecen lugares como Florencia o la isla de Creta
aparecen
los campos de refugiados de Dadaab (Kenia) o Moria (Lesbos-Grecia)
en
este poema no verás a Brad Pitt en la alfombra roja
verás
a tipos que no tienen para ir al cine
en este poema no hay arroz integral, ternera ecológica, algas y cúrcuma y de postre tarta de zanahoria con virutas de chocolate blanco y pétalos de violeta
en
este poema hay pizza congelada Carrefour o pechuga de pollo y de postre yogur
de fresa Lidl
en
este poema no escucharás a Rosalía o Shakira
escucharás el Himno de la alegría tocado por una yonqui en la calle Santiago o a mi madre cantando «Pena, penita pena»
en
este poema no verás las hermosas playas de Cabo de Gata
verás
pateras y ahogados en las playas
en
este poema no caminarás por las calles de Ciudades Patrimonio de la Humanidad
caminarás
por pueblos sin escuelas
en
este poema no hay salas VIP
hay
salas de esperas y colas del paro
en
este poema no aparecerá Bill Gates en su mansión en Medina (Washington)
aparecerá Yulan, su pareja y sus cuatro hijos, desahuciados de su casa en el barrio del Soto de Lezkairu (Pamplona-Navarra)
en
este poema sucio no está Rocco Siffredi o Apolonia Lapiedra
está
María La Portuguesa chupándola por 20 euros en las traseras del Mercadona
en
este poema no hay fiestas
hay
resacas
en
este poema no hay portadas ni fotografías para enmarcar
hay
polvo sudor mugre barro moscas sangre
en este poema no hay ningún Jon Sanders, que a sus 80 años está dando la vuelta al mundo en solitario a bordo de su embarcación «Perie Banou II»
hay abuelos en el hogar del jubilado jugando al dominó (si tuvieron buena suerte) o abuelos rebuscando en los contenedores de basura (si no tuvieron buena suerte)
en
este poema no se viste de Armani, Carolina Herrera, Louis Vuitton
se
viste de ropa de segunda mano, de mercadillo, de rebajas de enero
en
este poema que no es un poema
no
hay rima no hay ritmo
no
hay poesía
no
hay vida
¿qué
hacer con el vuelo de los pájaros?
¿qué
hacer con los que no tienen
ni
quieren
ni
nido ni tribu?
¿qué
hacer con los que no participan en el juego?
¿qué
hacer con los que no tienen
ni
quieren
ni
voz ni voto?
¿qué
hacer con los que no respetan
ni
creen
en
nada
ni
en nadie?
ni
en jerarquías ni en mandamientos
ni
en hombres ni en dioses
¿qué
hacer con esos cuya palabra
no
es ley ni verdad?
¿qué
hacer con los que no se pueden clasificar?
ni
etiquetar ni normalizar
¿qué
hacer?
¿con
esos que luchan
Solos
cuando
todos los demás
han
huido?
blancanieves violada en los servicios del instituto
Rondilla
Jane, con 16 años, es sometida, en el hospital psiquiátrico Benito Menni a
un tratamiento de electrochoque para curar su mal comportamiento y su mal
carácter, a escondidas, escribe, todas las noches, un diario, no quiere perder
los recuerdos, no quiere perder los sueños, no quiere perder la rebeldía
Antoni*, 15 años, se mira en el espejo y no le gusta lo que ve, no le gusta su
cuerpo, no le gusta su sexo, con la propina de 20 euros semanales que le dan
sus padres, compra aldactone 100 mg a un yonqui del barrio y se mira en el
espejo y no es feliz
Marina, 16 años, pasó de ser la chica más guapa del instituto, a ser la chica
más dura del instituto, ha dejado atrás los juegos, el amor, los estudios, los
porros y el kalimotxo, ahora la vida va en serio, ahora es el momento de la
benzedrina, el sadomaso, la violencia, el exceso, la heroína y la
autodestrucción, antes que sea demasiado tarde
La pequeña Alba tiene un tumor, está con la quimioterapia, los niños del
barrio se ríen de ella porque se ha quedado calva, los niños del cole no se
quieren juntar con ella, sentarse cerca de ella, Alba ya no tiene lágrimas,
Alba ya no tiene amigas, Alba ya no tiene ganas de seguir luchando, pero no se
lo dice a nadie
Eva, 18 años, cuando va puesta de alita de mosca, es la reina de la noche,
la reina de la fiesta, la más divertida, la más juguetona, la más salvaje, pero
si se queda sin coca es una perra, la más perra y se deja magrear por una raya
o la chupa por medio gramo, ya no no no no hay aplausos, ya no no no no hay
risas, ya no no no hay diversión
Sonia, 16 años, se marca los brazos con cuchillas de afeitar, se corta
hasta que la sangre huele, se raja para olvidar un amor, para olvidar que ya no
la quieren, para olvidar el dolor
A Patricia, 7 años, dios la ama y ella ama a dios, reza cuando sus padres
discuten, reza cuando sus padres se emborrachan, reza cuando sus padres se
marchan de fiesta y se queda sola en casa y reza, reza cuando se mea en la
cama, reza pero dios no la escucha
José Pastor González. Volver a tierra. Rasmia Ediciones.
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