Una concentración pacífica de
científicos ante el Congreso de los Diputados el 6 de abril de 2022, en la que
se llamó la atención sobre la inacción política ante los problemas climáticos
vertiendo agua teñida de un líquido biodegradable que, aunque no provocó daño
alguno, terminó con 15 de ellos imputados.
Esta acción de desobediencia civil
científica coordinada por el colectivo Rebelión Científica estuvo secundada por
otras que tuvieron lugar a la vez en más de 25 países como respuesta a
la presentación pública del último Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático IPCC y su mensaje de urgencia: “Nos enfrentamos a una
catástrofe inminente; estamos sobrepasando un punto de inflexión climático
irreversible sin que los gobiernos estén actuando en consecuencia”.
El juicio contra estas personas
está en fase de instrucción, pero lo que sabemos al respecto hace prever acusaciones
graves que podrían acarrear penas con ingreso en prisión. Resulta paradójico:
enfrentados como estamos al peligro existencial de una tragedia climática,
instituciones del Estado que deberían dedicar sus esfuerzos a proteger a los
ciudadanos y ciudadanas se dedican más bien a castigar con dureza las alertas
que podrían conducir a un despertar social. Insistimos en que la protesta del
6-A fue exquisitamente no violenta y en la misma no se produjeron daños contra
el edificio del Congreso de los Diputados. El objetivo era alertar sobre la
extrema gravedad de la crisis climática, la cual nos encamina a gran velocidad
hacia “una senda suicida para la humanidad”, en palabras del secretario general
de la ONU.
Los científicos más eminentes del planeta
consideran que ya no pueden limitarse a seguir documentando la catástrofe en
curso y midiendo cómo se está cerrando la ventada para asegurar un futuro
habitable, de ahí que se hayan movilizado y se estén movilizando con este tipo
de acciones que no debe significar la criminalización de la ciencia en España o
en el conjunto de los países europeos. La desobediencia civil de la comunidad
científica es una forma muy efectiva de generar presión para promover la acción
climática más urgente.
15 personas del colectivo Rebelión
Científica España están actualmente imputadas y dependen del apoyo de toda la
sociedad y de las instituciones científicas españolas para poder continuar
exigiendo a todos los partidos políticos un compromiso claro contra la crisis climática
en sus programas.
Por todo lo anterior, manifestamos
nuestra solidaridad con las 15 personas arrestadas tras esa protesta climática,
y pedimos, pensando en el bien común, que decaigan las acusaciones, así como el
cierre de todos los procesos penales o sancionadores relacionados con estas
acciones de legítima protesta social.
Aprobado por unanimidad por todos
los colectivos poéticos que forman la comunidad de Voces del Extremo en España
y Francia, y firmado por su coordinador, Antonio Orihuela.
Voces del Extremo Moguer
Voces del Extremo Bizkaia
Voces del Extremo Sevilla
Voces del Extremo Madrid
Voces del Extremo Barcelona
Voces del Extremo Logroño
Voces del Extremo Valle del
Jerte
Voces del Extremo Candelario
Voces del Extremo Tenerife
Voces del Extremo Valencia
Voix de l´Extreme: Poesie y
Culture France
Antonio Orihuela, coord.
Moguer, a 23 de noviembre de
2023
El delito es inexistente. Ni el Fiscal, ni el sursum corda, van a poder acreditar lo contrario. ¡NO SE PUEDE MATAR AL MENSAJERO!
ResponderEliminarChiloé
Els Estats no representen a la gent. Sols als poderosos.
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