REBELDÍA
Me llamarán, nos llamarán a
todos…
Blas de Otero
Me han
llamado, te llamarán. Me han llevado, te llevarán.
Así es
nuestra vida, la vida que se desarrolla en un mundo
donde
todo está preparado, atado, controlado, clasificado,
especificado,
instituido, difundido, escondido, sustituido,
transmitido,
engañado, castrado, reprimido, omitido, enlatado,
vencido,
decorosamente vestido de calumnias
y
disfrazado de mentiras.
Tan sólo
un hombre, tan pocos hombres, es capaz de vivir
en
constante rebeldía en este mundo tan dejado de lado
por la
mano de Dios.
Tan sólo
un rebelde, tan pocos rebeldes, es capaz de vivir
en
constante rebelión en este asqueroso y repugnante mundo,
cuyo
hedor acumulado siglo tras siglo produce náuseas y vómitos.
Rebeldía
como pan nuestro de cada día, rebeldía
para
purificar el aire malsano que respiramos
en este
carcomido y miserable mundo lleno de envidias,
de engaños,
de porquerías, de salivazos, de derrotas.
Rebeldía
como luz esperanzadora de la terrible noche
de
misterios, de miedos, de pesadillas, de pavores.
Rebeldía
como única doctrina noble y válida
de un
hombre-poeta-loco-rebelde,
y sus
tres principales lemas: libertad, verdad y dignidad.
Latigazos
y prisión para el hombrepoetalocorebelde,
la voz
que clama en el desierto de los hombres muertos
en vida;
silentes voces, desgastadas palabras,
estrechos
cauces para la luz, inútiles esfuerzos para nada,
estériles
razones desencajadas de la realidad métrica
y de la
confusión del orden establecido.
EL
REINO DE LOS MITOS
Con el alba bomba A,
con el alba bomba H,
sabe ya la humanidad
que es dueña de su desastre
y aprende su libertad.
Francisco Carrasquer
Érase
del Reino de una lejana galaxia, en el viejo planeta llamado
“K”,
sus
habitantes eran seres extraños supervivientes de la gran
hecatombe
que
destruyó toda la sapiencia que había guiado hasta entonces el
mundo.
En aquel
Reino sus seres se comportaban de forma extraña y su
ideología
variaba,
como varía el tiempo, de la noche a la mañana.
Érase de
un Reino de Mitos convertidos en posters y en cómics,
puestos
en el mercado detrás de la publicidad.
Érase un
mundo marcado por el consumo y no había producto que
no fuera
anunciado
por la radio o la televisión o por la prensa diaria
o por
las revistas gráficas.
Aquellos
seres consumían y consumían y de tanto consumir se
consumían
a sí
mismos. Estaban algo lelos escuchando los slogans
propagandísticos,
los
spots televisados y los filmes publicitarios.
En el
Reino de los Mitos cabían todas las ideologías de derecha a
izquierda,
y todos
los colosos del arte… Y así podían verse colgados en la
habitación
De uno u
otro joven ja fuese esnob o progre o, tal vez, “engangé” a
sus
ídolos
clavados
en la pared con el usual poster de moda. Así sin ningún
problema
podía
haber Karl Marx al lado de Marilyn Monroe; el Che Guevara
junto a
los Kennedy; o incluso a Hitler al lado del rebelde James
Dean.
En el
Reino de los Mitos, en el planeta “K” de la lejana galaxia,
un día
de tantos estalló la bomba digamos “H”, hacía años que lo
repetían,
y ya el
mundo, aunque con los ojos vendados, la esperaba sin miedo,
pues
corrían tiempos modernos y debían de vivir, aunque fuese
arriesgando
la vida.
Todo parecían amenazas, pero la gente dudaba de que el
loco
de hacer
estallar el mundo apretase el botón del juicio final.
Y el
Reino de los Mitos estalló en mil pedazos, booooommm,
y se
fueron a tomar viento fresco todas las ideologías, todas las
religiones,
todos
los nacionalismos y todas las filosofías de boudoir.
Y por
los cielos, en mil pedazos, volaron los mitos de los siglos,
ya
fuesen de fachas o de progres. Todos hechos añicos…,
los
mitos del reino: (James Dean, Marilyn, Lenin, Kennedy, Stalin,
Camus, Beatles, Stones, Che Guevara, Luther King,
Ghandi,
Sartre, Charlot, Mao, Castro, Marx, Bakunin, Hitler,
Freud, Bob
Dylan, Rimbaud, Hemingway, Lulumba, Greta Garbo, Marx
Brothers, Rodolfo Valentino, Carlos Gardel, Trotsky,
Einstein,
Kafka, Bogart, Sade, Picasso, Clark Gable, Natalie
Wood, García
Lorca, Raquel Welch, James Bond, y… Durruti, Beethoven,
Brigitte
Bardot, Elvis Presley, Marlon Brando, Gilda, Malcon X,
Marcuse,
Adamo, Raimon, Serrat… y tantos otros. Incluso había
quien
colgaba en su pared a Franco y al mismo Jesús de
Nazareth.)
Por fin
se sentían libres estos mitos que durante tanto tiempo fueron
abanderados
por
juventudes seguidoras de la moda y de la estética revolucionaria
e
incluso facha, tiempo de moda, de publicidad y de consumo.
Todos
los mitos que vivían
en las
confortables habitaciones de los hijos de la sociedad de
consumo
fueron descolgados por el estallido de la bomba
digámosle
“H”. Paredes burguesas
de
súbditos del sistema que presumían de intelectualidad o de ser
progres,
izquierdistas de café. A partir de aquel día, todos los
mitos
quedaron libres
y
contentos, entonces el Reino de los Mitos había llegado a su fin.
Entonces
una voz opaca citó Víctor Hugo: -Los poetas son como
los
reyes magos / que conducen
los pueblos
hacia Belén.
Ferran Aisa del libro “Pasión por las matemáticas. Poesía y Mito”
ACSAL Ediciones, Lepe (Huelva), 2024
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