A menudo,
le compra los ojos con flores,
billetes de avión y otras bisuterías.
Le compra la lengua con pasteles sofisticados, frutas exóticas,
carnes nobles, ostras, trufas y otras delicias.
Le compra las rodillas y pasos con faldas ajustadas, hechas a medida.
Le compra la juventud con soluciones antiedad y otros milagros de la cirugía.
Le compró también su espíritu, con ausencias prolongadas,
falsedades, mentiras varias, basura y más basura
y toda la mierda.
finalmente, la quiso vender.
Cláudia Lucas Chéu. Oda triunfal al coño. Ed. Garum, 204
La mató mucho antes de asesinarla.
ResponderEliminarSalud, Conrado!
Aunque la violencia de género no tiene edad, se olvida con frecuencia a muchas mujeres mayores, incapaces de romper su relación por su situación de extrema vulnerabilidad, que coinciden plenamente a la hora de definir lo que ha sido y es su vida en pareja. Sus propias palabras podrían resumirse de esta manera:
ResponderEliminar"Prácticamente fue casarme, y al día siguiente, como quien dice, me tenía que haber separado".
Chiloé