somos
buenos en engañarnos pensando que somos personas morales
Robert Wright. Why Buddhism is true
Nos esperan, en los próximos años,
el cenit de las energías fósiles,
el agotamiento de los fosfatos,
una crisis de deuda que se revelará
como una estafa piramidal,
el agotamiento de acuíferos, pesquerías
y minerales raros,
la degradación de los ecosistemas,
la Sexta Extinción masiva de especies,
el calentamiento global,
la acidificación de los océanos,
alguna que otra pandemia
y el ascenso del fascismo
en nombre de la libertad.
Podríamos haber hecho algo, es decir,
podríamos no haber hecho nada, no dominar,
no comprar más cosas innecesarias, no volar,
no conducir un auto, no comer carne.
Podríamos habernos colocado en el lugar del otro,
que es lo que significa convertirse en adultos,
reconciliarnos con nuestra finitud
y entregarnos a la renuncia y el duelo.
Podríamos haber reconocido que no somos buenas
personas,
sino seres imperfectos llenos de debilidades,
prepotencia
y alguna pizca de maldad.
Podríamos haber abandonado la ficción del yo,
nuestra bulímica egolatría, nuestra falsa moral,
pero decidimos vivir como niños
insensatos e irresponsables,
no sé qué será de nosotros,
cuando cierre Disneyland.
Antonio Orihuela. Diles que dije no. Ed. La isla de Siltolá, 2023
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