El horror se multiplica
cuando los civiles israelíes
destrozan alimentos y tiran el agua
destinada al pueblo de Gaza.
Aunque las bombas sigan
descuartizando cuerpos,
aunque los cadáveres de niñas y niños
se cuenten por miles,
verlos morir de hambre les regocija.
No hay mayor crueldad en el mundo.
Hasta en Auschwitz, sus abuelos
tuvieron un mendrugo de pan.
¿Por qué le llaman guerra?
no es un cuerpo a cuerpo,
no es un tanque a tanque.
Los colonos quieren volver
a la tierra que robaron,
a plantar sus tomates y patatas.
Son caníbales.
Sólo las flores encubrirán la barbarie.
Mis lágrimas se secan al ver las noticias.
Tres mil éxodos en setenta y seis años.
Mil éxodos repetidos en sólo siete meses,
de Norte a sur,
de sur a oeste,
de giro a giro,
heridos, con brazos y piernas amputadas,
con la esperanza rota y la vida deshecha.
Marionetas movidas por los hilos del terror.
Sólo queda morir.
Cuando la playa sea una morgue
¿cómo se justificará Israel ante su Dios?
Montse Grao. Inédito
No hay comentarios:
Publicar un comentario