documentos de pensamiento radical

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lunes, 30 de septiembre de 2024

2 poemas de FUMAR ES POESÍA de JUAGRA JIMÉNEZ


 



1

 

Se ha alegrado mucho

por la publicación

de mi libro,

Joaquín el Gitano:

Me dice,

“A ver si me das uno,

que yo luego te lo devuelvo…”

Pero yo sé

que si le digo,

que son cinco euros,

me compra el libro.

 

 

2

 

Qué alegría mi libro,

vaya que sí,

las Naturalezas Vivas…

Unas chicas,

me han enviado

una fotografía,

leyéndolo desnudas

en la orilla de un río.

 


Juangra Jiménez. Fumar es poesía. Puertabierta Ed. 2022

lunes, 23 de septiembre de 2024

DUELO




Una voz, el amor,

rostros familiares,

un perro amarillo,


van y vienen a través de la pared,

me hacen compañía.




Antonio Orihuela. El fuego desde el otro lado. Ed. La tortuga búlgara, 2024

domingo, 22 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento IX)

 



mi país

 

1

España: ese país donde de la debacle urbanística se salvan, y sólo si hay suerte, las ermitas.

 

2

Un país que no encuentra en sí los recursos de lucidez y fortaleza que harían falta para reaccionar de forma adecuada. Al final de un proceso de degradación que dura decenios –y que además fue malinterpretado por la mayoría social como progreso–, ¿cómo rehacerse?

 

3

Lo único importante que tiene que construir una sociedad es a sí misma.

 

No sus infraestructuras, ni su aparato productivo, ni sus cauces de consumo: la calidad humana de sus vínculos sociales.

 

Juzgada con esa medida, qué lamentable la sociedad franquista. Y qué lamentable la sociedad neofranquista y plutocrática en la que estamos.

 

4

Es mi país. Y no dejará de serlo –pese a las náuseas que provoca el actual envilecimiento colectivo, más de una vez. Primero, porque no todos participan en ese envilecimiento. Y segundo porque de mi país también forman parte los muertos: Francisco Giner de los Ríos o Buenaventura Durruti o Max Aub, por ejemplo. No los dejaremos solos.

 

 

 

el té, el té, la gallina y el teotocópuli

 

Sueña que, el 21 de julio de 1936, el golpe de estado fascista ha sido completamente derrotado. Después de un período de grandes turbulencias, la España republicana se desarrolla hacia una admirable lozanía, socialista y liberal a la vez. En la fiesta donde se celebran los ochenta años de Federico García Lorca, él y Pepín Bello se divierten componiendo anaglifos, como cuando vivían en la Residencia de Estudiantes, hace más de medio siglo.

 

 

intentar lo imposible

(sobre poesía y resistencia)

 

Si uno piensa que la poesía no tiene una función, sino muchas –aceptemos provisionalmente que esta perspectiva más o menos instrumental resulta adecuada para la poesía, lo cual podría cuestionarse a su vez, resultaría extraño que la poesía supusiese siempre y en todo contexto una forma de resistencia. No hay más que pensar en la distancia que media entre el “yo celebro” de Rilke donde el poeta pronuncia algo así como un sí extático frente a la existencia y el mundo, a pesar de los aspectos tenebrosos, crueles y abismales que no se desconocen y la sobrecarga significante de los poemas bajo condiciones de dictadura política –cuando vehiculan, por ejemplo, informaciones, opiniones, reflexiones y esperanzas que en una sociedad más abierta aparecerían en la prensa. Sin duda, en diversos contextos la poesía sí que puede ser una forma de resistencia. Resistencia, por ejemplo, frente a la clausura de horizontes de sentido; frente a la tendencia a dejarnos caer a lo más bajo de nosotros mismos; frente a la identificación de lo dado con lo posible que propone el pensamiento único (there is no alternative); frente al nihilismo y la apología de la dominación que segrega, a modo de exudado cultural, el sistema socioeconómico dominante (el capitalismo neoliberal, patriarcal, colonial, fosilista, financiarizado y globalizado); frente a las tentaciones de la servidumbre voluntaria, el cinismo y la desesperanza.

 

Hacer arte y artesanía con el lenguaje nos enseña –debería enseñarnos a hacer arte y artesanía con la vida, puesto que somos seres medularmente lingüísticos. Y ésta última es una tarea inesquivable… Nuestra vida, señala Zygmunt Bauman, “tanto si lo sabemos como si no, y tanto si nos gusta esta noticia como si la lamentamos, es una obra de arte. Para vivir nuestra vida como lo requiere el arte de vivir, como los artistas de cualquier arte, debemos plantearnos retos que sean (al menos en el momento de establecerlos) difíciles de conseguir de entrada (...). Tenemos que intentar lo imposible.

 

 

William Blake, un místico jacobino

 

1

Qué simpático nos resulta el infierno de William Blake… Ay, si entre sus chispazos de inteligencia y nuestro presente no hubieran tenido lugar la Shoah o el Porraimos o la destrucción atómica de Hiroshima y Nagasaki. Cómo haríamos rimar, también nosotros, Golden Rule con Golden Fool, si entretanto no se hubieran interpuesto antipáticamente el estalinismo o el ecocidio. Ah, con qué sublime ligereza nos permitiríamos anhelar el Infierno para descansar del Cielo, si en el siglo XX no se hubieran desplegado las vesanias políticas de Hitler y Pol Pot. Cómo bromearíamos a cuenta de las arrugas de la Ilustración, la cortedad de la razón y la inversión de los valores, si diversos milicianos en varias guerras cercanas no hubieran asado vivos a demasiados seres humanos, atados sobre parrillas o apresados dentro de neumáticos. Ah, bendita inocencia y bendita experiencia la de este genial poeta y pintor, de quien nos dicen que su mujer decía: “El señor Blake no me brinda mucha compañía: pasa gran parte de su tiempo en el Paraíso.”

 

2

Tanto el Amor como el Odio son necesarios para la existencia humana, que sólo progresa a partir de contrarios, declama heraclíteo este dialéctico poeta: pero a comienzos del siglo XXI, cuando el amor se nos ha encanijado tanto y el odio ha medrado como lo ha hecho –amancebado con la Indiferencia, y a esta señora sí que habría que retratarla con mayúsculas bleikianas, ¿aún crees que podemos seguir permitiéndonos desear esa clase de progreso? En Blake apreciamos, es cierto, una poética de la transgresión apoyada –entre otros pilares en la exaltación del deseo y la pureza de la energía. Pero ¿nos atreveríamos hoy a afirmar con tal ímpetu que “el mal activo es mejor que el bien pasivo”?

 

3

Si quisiéramos decirlo con el tóxico lenguaje de la mercadotecnia contemporánea afirmaríamos: el mal es sexy, el bien aburre. Pero eso equivaldría a una brutal falta de respeto, ¿verdad, míster Blake? Por eso retiro la indigna sugerencia casi antes de haberla planteado, y sólo insisto, quizá en otro orden de cosas: un libro de positive thinking podrá excitar mil veces más las mucosas del lector, las bajas pasiones de la lectora, que uno de dialéctica negativa; y sin embargo eso no lo sitúa un milímetro más cerca de la verdad.

 

4

Grande fue este hombre, no toleraremos que se le regatee reconocimiento. Y no debería sorprendernos la periódica infección de sus pupilas quemadas: soñó con incendios de extrema libertad. Es William Blake quien escribió: “En cada grito de cada ser humano/, en el grito de terror del niño,/ en cada voz, en todos los pregones/ oigo las cadenas que nuestra mente ha forjado.” No escatimaremos el tributo debido a su titánico esfuerzo por desgastar esas cadenas, que hoy no nos apresan menos que entonces, aunque los eslabones estén forjados con otros metales. Honor al gnóstico William Blake, cuyo “regüeldo profético” perturbó a René Char, aunque no podamos tendernos a descansar cerca de su yacija.

 

 

 

la lucha es el único camino

 

En el tren de cercanías conversa un grupo de cuatro estudiantes. Excitados porque han descubierto una web donde se venden piercings de lengua a 36 céntimos, sin gastos de envío si el pedido supera los veinte euros. Comienzan a organizar una compleja acción colectiva para encargar más de esos veinte euros, lo cual ha de involucrar a unas sesenta personas deseosas de taladrarse la lengua, según el rápido cálculo mental que cualquiera puede hacer... ¡Y luego dicen que la gente, en esta sociedad ferozmente individualista, no se coordina para emprender cosas juntos!

 

Por supuesto, no es porque sean jóvenes: en la generación de sus padres también se dan mayorías sociales con aspiraciones equivalentes. En vez de suspirar por el pirsin de lengua, se aspira al apartamento en primera línea de playa. Y frente a estos jóvenes, también están esos otros que eran evocados hace poco en una “carta al director” de un diario:

 

“Leo, con una mezcla de rabia y de pena, el desalojo del centro social Casablanca, en el barrio de Lavapiés de Madrid. Hace tres días pasé allí una tarde agradable, comí unas estupendas tortas de verdura y me senté rodeada de jóvenes que hablaban, reían y se relacionaban en un ambiente tranquilo y distendido. En el patio interior se oía música, algo parecido a jazz, a un volumen que no ponía en peligro los tímpanos ni el sistema nervioso.

Soy maestra de la escuela pública, tengo 53 años, y me pregunté ¿pero estos chicos y chicas de dónde salen? Hablan de arte, de música, de ecología, de política, de cine, de literatura; montan talleres de huerto, de yoga, de bicis, de baile. Son la juventud soñada y conseguida, son los jóvenes que hacen que cualquier maestra se sienta orgullosa, sienta que merece la pena continuar, que no todo está perdido, que esa energía y fuerza de la juventud dará frutos en la construcción de un mundo mejor y más justo.

Quiero soñar que ocuparán otros espacios y que serán cada vez más los jóvenes que lucharán contra este sistema injusto, gris y falso al que nuestras autoridades quieren llevarnos. Quiero dar las gracias y el apoyo a estos sabios jóvenes que me enseñan el camino más recto hacia la libertad.”

 

Hubo muy poquita democracia en España después del franquismo; y la poca que hubo la estamos perdiendo en la crisis que empezó en 2007. Ésta es una sociedad envilecida, y uno sólo puede aspirar a escapar del envilecimiento si lucha. No hay otro camino.

 

 

                                     racionalidad del mal

 

¿Cuál sería casi el mayor de los males concebibles? Uno quizá diría: la desaparición de la especie humana. (Peor sería la desaparición de toda vida sobre la Tierra, desde luego; pero pocas personas negarían que la extinción de la humanidad entera supondría uno de los mayores males que cabe imaginar.) Puede ocurrir, y por obra de los mismos seres humanos: las condiciones técnicas y sociales hacen posible esta autoextinción de la especie humana desde 1945 aproximadamente, merced a las armas de destrucción masiva.

 

¿Y cuál sería el siguiente peor mal concebible? Quizá la ruptura de la unidad biológica de la especie humana. Puede ocurrir: las condiciones técnicas y sociales hacen posible esa división de la humanidad en especies biológicamente diferentes desde 1975 aproximadamente, si seguimos descendiendo por la pendiente donde se combinan la mercantilización de la reproducción artificial, los avances de una mentalidad que desproblematiza la eugenesia y los sueños de human enhancement gracias a la ingeniería genética, las nanotecnologías y la biología sintética.

 

¿Y el siguiente mal? Probablemente, una catástrofe ético-política que acabase con eso que, en sentido normativo, llamamos civilización, refiriéndonos a rasgos como la paz, la comprensión, la tolerancia, el rechazo de la crueldad… No habrá que insistir demasiado en que también eso puede ocurrir, lo sabemos desde hace mucho. El gran escritor húngaro Imre Kertesz ha repetido muchas veces que Auschwitz puede volver a producirse, porque las condiciones que lo hicieron posible no han desaparecido.

 

Esos males, casi los peores concebibles, pueden ocurrir como fruto de las decisiones (o las no-decisiones) humanas… Es la obstinación en no querer saber acerca de nosotros mismos lo que nos sitúa a las puertas del infierno.

 

Una cultura humana viable tendría que enseñarnos, en primer lugar, a asustarnos de nosotros mismos: a sentir asombro y maravilla y terror ante aquello que el anthropos es capaz de hacer (tal y como lo expresa el famoso coro de la Antígona de Sófocles sobre el que Hans Jonas llamaba poderosamente la atención en las primeras páginas de El principio de responsabilidad, y también Cornelius Castoriadis en Figuras de lo pensable). Deberíamos tener miedo de nuestro amor por la crueldad; de nuestra disposición a la servidumbre voluntaria; de nuestra descomunal potencia tecnológica; de la suma limitación de nuestra racionalidad; de nuestra capacidad de indiferencia; de nuestra tolerancia frente al mal; de nuestro tribalismo; de nuestra inserción en el fetichismo de la mercancía. Pero, lejos de ello, la cultura dominante es hoy sobre todo marketing, distracción, frivolidad e invitación al infantilismo.

 

Reconocer las posibilidades infernales que descubrimos en nuestro fuero íntimo, en esa pegajosa penumbra interior que apenas nos atrevemos a escrutar, es lo que puede ayudarnos a desactivar tales posibilidades en el mundo diurno y en la vida social… Decir que “el infierno son los otros” puede convertirse en una forma de eludir responsabilidades. Kertesz, en Kaddish por el hijo no nacido, decía que quien afirma que el mal es algo irracional y misterioso está buscando excusas: quiere creerse inocente.

 

“Dejad de decir por fin que Auschwitz no tiene explicación, que Auschwitz es el producto de fuerzas irracionales, inconcebibles para la razón, porque el mal siempre tiene una explicación racional, es posible que el propio Satanás sea irracional, como lo es Yago, pero sus criaturas sí son racionales, todos sus actos se derivan de algo, igual que una fórmula matemática; se derivan de algún interés, del afán de lucro, de la pereza, del deseo de poder y de placer, de la cobardía, de la satisfacción de este o aquel instinto, y si no, pues de alguna locura al fin y al cabo, de la paranoia, de la manía depresiva, de la piromanía, del sadismo, del asesinato sexual, del masoquismo, de la megalomanía demiúrgica o de otro tipo, de la necrofilia, qué sé yo de qué perversión de las muchas que hay o de todas juntas quizá, porque prestad atención, lo verdaderamente irracional y lo que en verdad no tiene explicación no es el mal, sino lo contrario: el bien.”

 

 


en mi país, decía René Char, se sabe agradecer

 

Carlos Bousoño en una carta a Claudio Rodríguez, el 30 de noviembre de 1958: “Sólo cuando sabemos hacer donación de nosotros, seremos capaces de ser con plenitud. La capacidad de admiración, que casi nadie tiene, mide al hombre y al poeta, y no exclusivamente desde el punto de vista moral: lo mide también como poeta y como hombre.”

 

Y de Char son también aquellas palabras que configuran –me sigue pareciendo la mejor regla de vida: Da siempre más de lo que puedes volver a tomar. Y olvida. Tal es la vía sagrada.

 

 vivamos bien

 

La vida es “sólo un cuarto de hora”, decía Teresa de Ávila. Amigos, amigas: vivamos bien.

 

Los tres verbos básicos: acompañar. Acoger. Amar. Y Gary Snyder que constata: “el camino es todo lo que pasa–/ no tiene objetivo en sí mismo.// la meta es/ la gracia –el desasimiento–// curar, no salvar.”

 

Y Marta, Marta decía: como quien mantiene viva la última candela.



Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaótica Libros, 2024

sábado, 21 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento VIII)

 


el dios azteca

 

1

“El rey estaba desnudo”, exclaman ahora algunos despistados tras el crash financiero de 2008 (que evidencia una crisis sistémica, una crisis del capitalismo), rasgándose las vestiduras con notable retraso.

 

Es peor que eso. El rey está desnudo y además, como aquel terrible dios azteca, está recubierto con la piel de sus víctimas desolladas.

 

2

¿Pero de veras no se había dado usted cuenta de que vivimos dentro de una máquina infernal, hombre de dios? (¿O alma de cántaro?) (¿O ambas cosas a la vez?)

 

Si crece, destruye (lo ecológico, pero no sólo lo ecológico). Si no crece, devasta (lo social, pero no sólo lo social).

 

3

¿Hay algo fuera del mercado?, se preguntan melancólicos nuestros verdugos.

 

La respuesta es: toda la vida que seas capaz de nutrir, y toda la vida que seas capaz de arrostrar.

 

 

la madre que nos parió

 

¿Recuerdan ustedes aquella inane bravuconada de aquel gobernante del PSOE llamado Alfonso Guerra? ¿La de la “pasada por la izquierda” de un país al que no iba a reconocer ni la madre que lo parió? Aquello era puro marketing para una socialdemocracia que estaba desnaturalizándose a la carrera: lejos de desplazarse hacia la izquierda, el país se movió sin pausa, continua y contantemente, hacia la derecha (el descompromiso, la mercantilización, la entronización de la codicia, la sacralización del éxito, el culto narcisista del individuo, el contrato de indiferencia mutua, la veneración de la competitividad, la degradación eufemística de la lengua, el desprecio por la verdad, la destrucción de los vínculos). Hoy el sicario en jefe de los sicarios que nos gobiernan, Mariano Rajoy, no necesita decir algo análogo (una pasada por la derecha tal que al país no va a reconocerlo ni la madre que lo parió), pero lo hace. Sin pausa, sin hacer ni el menor caso de la protesta que genera el volumen siempre creciente de sufrimiento social, consejo de ministros tras consejo de ministros prosigue su empresa de demolición y construcción –para favorecer al capital (sobre todo al capital financiero) frente a los intereses de la inmensa mayoría de la gente. Aplica la naomikleiniana doctrina del shock como el más aventajado alumno de la pensadora radical norteamericana. Y aún hay quien piensa que la policía es tonta…

 

El filósofo Emilio Lledó, uno de nuestros sabios, habla de una “guerra europea sin cañones” para definir lo que está ocurriendo a partir de 2007. Tiene razón (aunque empezó antes). Es una guerra de clases, no sólo europea sino mundial: el gran capital (sobre todo el capital financiero) contra los trabajadores y trabajadoras, contra la biosfera, contra el futuro.

 

O derribamos a este gobierno ilegítimo e injusto, o a cada una de nosotras, de nosotros, no nos va a reconocer ni la madre que nos parió.

 

 

las ganas de reconocimiento

 

“Uno se hace viejo” –declara el gran Paco de Lucía en una entrevista– “no sólo porque te faltan las energías, sino porque te faltan los estímulos de los veinte años, las ganas de reconocimiento, las ganas de que te quieran, que es en el fondo lo que buscamos todos los artistas”. Está bien visto (aunque en la era del espectáculo las “ganas de que te quieran” se vean suplantadas demasiadas veces por las ganas de éxito medible en dólares contantes y sonantes), pero falta otra perspectiva. Independizarse parcialmente de la necesidad de reconocimiento ajeno es un paso adelante hacia la serenidad. Es cierto que distanciarse de semejante ansia –tan básica en el ser humano– puede restar energía: pero lo que uno gana a cambio es paz espiritual. Avanzar hacia esa clase de equilibrio no es hacerse viejo, es madurar.

 

 

                           dos consejos –bueno, más bien tres

 

“Quitar importancia”, sugiere Luis Magrinyà, “es mi lema. Quitar importancia, es más: combatir la importancia”. Una manera de traducir esto sería: rebajar todo lo posible el ansia de reconocimiento que es tan raigal para los seres humanos, y que tanto nos hace sufrir, y causar sufrimiento a los demás.

 

Uno, aceptar la finitud humana; dos, distanciarse del ego. Si tuviera uno que dar sólo dos consejos para avanzar hacia la vida buena, creo que los míos serían estos.



rexrotando y morrisando

 

Dos reflexiones en las que recalo una y otra vez –la segunda la recordó varias veces Paco Fernández Buey, por ejemplo en el capítulo “Cambiar el mundo de base” de su libro Otro mundo es posible –Guía para una globalización alternativa–:

 

“Entre los seres humanos no hay una necesidad absoluta. Darse cuenta de ello es lo que hace que Homero y los trágicos griegos sean mucho más acertados que la Biblia o el Nuevo Testamento. El amor no dura siempre, los amigos se traicionan entre sí, la belleza se marchita, los poderosos resbalan en la sangre y sus ciudades arden. Los valores fundamentales son el amor, la amistad, el valor, la magnanimidad y la gentileza, pero es un fundamento limitado, y dura poco tiempo, pues depende de la inestabilidad del ser humano y de los caprichos de la naturaleza.” (Kenneth Rexroth en “El hasidismo de Martin Buber”)

 

“Examiné todas estas cosas, y cómo los hombres luchan y pierden la batalla, y cómo aquello por lo que habían luchado se logra a pesar de su derrota y cómo cuando esto llega resulta ser diferente de aquello que se proponían, y cómo otros hombres han de luchar por aquello que ellos se proponían alcanzar bajo otro nombre.” (William Morris en El sueño de John Ball)

 

En estas pocas líneas se halla sintetizado casi todo lo que una persona sabia podría enseñarnos acerca de la condición humana y el devenir histórico: así que no perdamos ocasión de aprenderlo… Y recordemos también aquello de Montaigne que solía repetir Josep Pla: la vie est ondoyante (la vida es ondulante).

 

 

                                             paulofreireando

 

La educación no cambia el mundo, decía Paulo Freire –lo recordaba Manolo Semper en Alicante–: cambia a las personas que cambiarán el mundo.

 

Análogamente se podría decir de la poesía: no transforma el mundo, ayuda a transformarse a las personas que transformarán el mundo.

 


regla de tres

 

La socialidad es a Facebook lo que la felicidad a la Coca-Cola.

 

 

 

socialidad degradada

 

La socialidad humana es básica, no mengua en una cultura hiperindividualista. Si la echamos por la puerta reaparece por la ventana. Eso sí, de forma degradada: telebasura y cotilleo mediático, “amigos” fantasmales en redes sociales virtuales, identificaciones salvajes en el contexto del deporte-espectáculo...

 

Las explosiones de colectivismo que se vivieron en España con el Campeonato Mundial de Fútbol de 2010 habrán hecho palidecer de envidia al régimen dinástico pseudocomunista de Corea del Norte.

 

Acaso lo más lamentable del degenerativo individualismo que fomenta el capitalismo tardío sea el fenomenal estrechamiento de perspectiva que induce. Los límites del individuo son los barrotes de una prisión. Vivimos de las conexiones, los lazos, los vínculos.

 

 

 

supersticiosos de la versión mejor

 

Preguntaron en cierta ocasión a François Mauriac quién le hubiera gustado ser, y contestó: moi-même, mais réussi. Yo mismo, pero logrado; una versión mejorada de mí mismo. Algunos decenios después la respuesta hubiera podido ser, con toda naturalidad, algo así como “yo mismo 5.0”…

 

Todo lo que voy sugiriendo en estas páginas nos encamina en otra dirección: menos yo mismo, mucho menos yo mismo, y desde ese centro descentrado –el espacio del entre– aptitudes más limpias para fracasar mejor.

 

 

 

no me sigas

 

Itinerario para náufragos, se tituló el último libro del poeta Diego Jesús Jiménez, prematuramente desaparecido. Pero cuántas veces me vuelve aquella advertencia que había escrito, para autorretratarse, el fotógrafo García Alix: Don't follow me, I'm lost.

 


Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaótica Libros, 2024

viernes, 20 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento VII)






 

píldoras de cianuro

 

Cuando las cosas vinieron mal dadas, Himmler, Göring, Rommel y otros jerarcas nazis se suicidaron utilizando píldoras de cianuro. También William S. Parsons y otros miembros de la tripulación de los superbombarderos B-29 que arrojaron las bombas atómicas contra la población de Japón iban provistos de pastillas letales, por si las moscas.

 

Ha llegado el momento de reivindicar píldoras de cianuro a la Seguridad Social. Lo digo con seriedad formal y seria formalidad, sin el menor espíritu de boutade, sin ningún deseo de provocar. No se trata de otra modesta proposición al estilo del gran Jonathan Swift; no estoy bromeando. Los fallos de la sociedad y las carencias del Estado –en España, pero no sólo en España, desde luego– son de tal calibre, y el futuro que vemos venir es tan siniestro, que sólo por razones de mera humanidad ya debería accederse a una reivindicación así. La indiferencia frente al calentamiento climático, la inacción frente a los letales niveles de desempleo (¡más de seis millones de parados en 2013!), la destrucción de la sanidad pública para satisfacer inconfesables intereses de personajillos encanallados y la atonía de la reacción ciudadana frente a todo ello prefiguran un mundo en el que, para mucha gente, habrá demasiadas ocasiones en que morir será preferible a seguir viviendo. Facilitémonos ese difícil tránsito. Reclamo la píldora de cianuro como un derecho ciudadano –una reivindicación prioritaria frente a la banda de criminales que hoy ocupa las estructuras del Estado.

 

Ánimo, españolas y españoles, un esfuerzo más… Aunque no logremos frenar la destrucción de la enseñanza pública o la voladura de los sistemas de protección social, aunque el ecocidio continúe aumentando su demencial aceleración, este derecho nuevo sí tenemos más opciones de lograrlo. En este caso ¡sí se puede! Aunque sólo fuere por las razones de rigor presupuestario que esgrime el brutal Ministro de Finanzas de Japón, ese Taro Aso, cuando pide a los ancianos de su país que se mueran pronto, que suponen una carga demasiado pesada para su sistema de Seguridad Social.

 

 

Casandra en Billancourt

 

Hace cuarenta o aún veinte años, el mundo se deslizaba lentamente hacia la barbarie. Ahora lo hace a una velocidad vertiginosa

 

Cuando Rosa Luxemburg decía: socialismo o barbarie, quizá estimase que las probabilidades andarían equilibradas en torno al 50%. Un siglo después, uno diría que la barbarie tiene todas las de ganar: quizá 98%, frente al 2% de una posible transición socialista. (Habría que recordar la apuesta del comunista surrealista Pierre Naville, en medio de la gran crisis de los años veinte y treinta: “La organización del pesimismo es verdaderamente una de las consignas más extrañas a las que pueda obedecer una persona consciente. Es sin embargo la que reclamamos hoy”.[1])

 

Il ne faut pas désespérer Billancourt, suspiraba Sartre en 1956, después de un viaje a la Unión Soviética. No digamos a los obreros comunistas la verdad sobre el estalinismo, pues perderían sus esperanzas. ¿Deberíamos hoy silenciar la verdad sobre la crisis ecológico-social, sobre la tenebrosa crisis de civilización donde nos hallamos, para no echar más agua al molino de un nihilismo que, alimentado de otras fuentes –esencialmente, los efectos culturales del sistema de la mercancía–, amenaza con arrasar la ya muy fragilizada constitución moral de tanta gente en este Siglo de la Gran Prueba? ¿Decimos a la gente sólo lo que quiere oír impresiona el grado en que nuestras sociedades se han vuelto alérgicas a todo cuanto suponga obligación o responsabilidad en esta era de “crepúsculo del deber”, con el riesgo de reforzar sus prejuicios, su indolencia, su ceguera cognitiva? ¿O les decimos la verdad aunque sea dura y difícil, con el riesgo de quedar aislados? Y si finalmente decimos la verdad a Billancourt –y hemos de decirla–, si decimos que no hay otra vía de salida que la casi inimaginable superación del capitalismo, ¿cómo decimos esa clase de verdad, para evitar la caída en la desesperación?

 

(Pero ya sabes –no dejes de recordártelo cada día– cuál es la tentación del intelectual euro-norteamericano: el Gran Hotel del Abismo. No te quedes encerrado ahí.)

 

 

la miseria del mundo

 

Así se titulaba aquel libro coordinado por Pierre Bourdieu hace ya algunos años. Esa miseria del mundo es abrumadora: ¿qué ser humano –signado por la finitud, como lo estamos cada uno de nosotros y nosotras– podría hacerse cargo de tal cúmulo interminable de horrores, desposesiones, dolores, injusticias y masacres? Ya lo que sucede en nuestro presente debería anonadarnos, pero tendríamos además que asumir de alguna forma el pasado –esa “catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina”, como decía Walter Benjamin en la novena de sus “Tesis sobre filosofía de la historia” –, reparar en los indicios que hoy delatan cómo en los desarrollos del presente están gestándose los desastres del futuro, y no olvidar que no sólo cuenta el sufrimiento de los seres humanos: también el de los demás seres vivos… Abrumador, sin duda. No hay ser humano que pueda echarse sobre los hombros esa carga.

 

Pero no es semejante tarea sobrehumana lo que se nos exige. Aquí como en otros ámbitos importa advertir cómo el macrocosmos se refracta en el microcosmos. La incalculable e inasimilable acumulación de violencias se me da, en cada caso, como unas pocas violencias concretas que me tocan de cerca; la injusticia universal se particulariza en una injusticia próxima frente a la que sí puedo reaccionar; la “exigencia infinita” se resuelve en demandas singulares.

 

El anonimato de las montañas de cadáveres se transforma en unas pocas miradas interrogantes. Lo que se me exige es estar ahí.



si en 2008 hubiera habido izquierda…

 

En 2008 vimos tambalearse –todos nosotros– los pisos más altos del edificio de la dominación (los rascacielos, que son el equivalente a las pirámides faraónicas en nuestra época). La dictadura del capital financiero se vio amenazada de verdad por la crisis que ella misma había provocado.

 

Si en 2008 hubiera habido izquierda –en Europa, en EEUU– estaríamos hoy en una nueva etapa de la historia de la humanidad.[1] Tendríamos una razonable esperanza de enfrentarnos con éxito a los peligros que vienen.

 

Pero la izquierda se había hecho de derechas, las derechas de ultraderecha, y los verdes pretendían estar más allá de la izquierda y la derecha.[2] (Y se sorprenderán después de la desafección de los ciudadanos y ciudadanas hacia la “política”…)

 

Hoy la ventana de oportunidad –kairós– se ha cerrado. No había izquierda, la trama de dominación se recompuso, los banqueros y los “inversores” recuperaron el puesto de mando: y no sabemos si se trata de la última oportunidad para enderezar el rumbo de catástrofe –aunque es muy posible.

 

Lo que cabe hacer, lo único que podemos intentar, es construir la izquierda –rojiverdevioleta– que necesitamos por si la ventana de oportunidad vuelve a abrirse. Podemos estar seguros de algo: esta crisis no ha terminado, vienen crisis peores.

 

 

*hechizados

 

Todo indica que no se romperá el hechizo. Tiene tantas capas: la teoría económica neoclásica, la teología de la dominación antropocéntrica, Ana Rosa Quintana, el poderío de Silicon Valley, las fantasías antropófugas de colonización de Marte, las ideologías sexistas y racistas, cazar y torear y devorar chuletones, la fe en el exencionalismo humano, la cultura de la violación, la necropolítica en la Frontera Sur… Tantas capas que forman una malla poderosa. Pero si de verdad se rompiera ese hechizo, siquiera durante un instante, y pudiéramos vernos como somos…

 


*extraviados

 

El 91% de las y los españoles sienten como una grave amenaza la crisis de inflación, según una encuesta de 40dB en noviembre de 2023; y el 85% los conflictos bélicos. Ay… La inflación y la guerra (en el Norte global, más el hambre y una mayor vulnerabilidad ante los desastres climáticos en el Sur global) son la forma en que, intramuros, se manifiesta la crisis ecológica extramuros (clima, agua, energía, tierra fértil, biodiversidad…). Pero seguimos absortos en lo que nos sucede a nuestra tribu y –en el mejor de los casos– a Homo sapiens en su conjunto, extraviados por nuestro maldito tribalismo y nuestro sagrado antropocentrismo.

 


lucha de clases

 

Salvador López Arnal recuerda el dictum del señor Warren Buffet (declaraciones al New York Times el 26 de noviembre de 2006): “Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando”. Algunos lustros después no tendría ninguna razón para rectificar su criterio.

 

Pero no es sólo una guerra de clases. Los ricos no sólo están en guerra contra los pobres, los trabajadores y los desempleados. Están además en guerra contra la biosfera y contra el futuro: contra las posibilidades de vida humana decente en el planeta Tierra.

 

Y no es sólo que el zorro sea el guardián del gallinero. Es que ha sido elegido y reelegido por las propias gallinas; y ha logrado convencerlas de que nunca hubo, ni podrá haber jamás, otra cosa que zorros ocupando el puesto de guardián de las gallinas.


breve tratado de economía posliberal

 

Es la guerra contra las mujeres, la guerra contra los jóvenes, la guerra contra los animales, la guerra contra los pueblos y las clases sometidas, la guerra contra la naturaleza, la guerra contra el futuro: y lo llaman “racionalidad económica”.

 

La superstición consiste en creer que de la lucha de todos contra todos puede salir otra cosa que la destrucción de todo.

 

Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaotica libros, 2024

 

 



[1] *Vale la pena recoger aquí la reflexión de Philipp Blom: “El futuro se partió en dos hace una década, de repente y sin aviso previo. En 2008 se dijo a ciudadanos de todo el mundo que los grandes bancos, a los que todos les deben algo y con los cuales todos tienen obligaciones de pago, se habían arruinado, que lo habían perdido todo de una manera irresponsable, amoral y estúpida. Y después se les dijo que, para ayudarlos a salir del apuro y evitar que todo el sistema se colapsara, había que rescatarlos con el dinero que habían ganado en común los contribuyentes. Millones de personas perdieron la casa, el empleo, el futuro. Ni un banquero entró en la cárcel y sólo tuvieron que pasar pocos años para que los beneficios y las bonificaciones fueran más altas que nunca. Conocemos esta historia, pero subestimamos su fuerza emocional y moral, su atronador bramido. Se reescribió el viejo contrato social, válido para todos: si trabajas duro y das lo mejor de ti, entonces podrás comprarte algo, una casita, una lavadora, un coche… e invertir en tus hijos. Ahora dice así: da igual lo mucho que te esfuerzas, lo mucho que estudies, las horas que eches, lo mucho que te endeudes… El sistema no trabaja para ti, le eres indiferente, sólo sirve para que los ganadores sean inmensamente ricos, una especie diferente que vive según sus propias leyes. Los demás, esclavizados por las deudas, ignorados por los medios, atontados con drogas u ofuscados por una esperanza obstinada, son cada vez más pobres, más dependientes y temerosos. Tú serás siempre uno de ellos. No hay escapatoria.” Philipp Blom, Lo que está en juego, Anagrama, Barcelona 2021 (el original alemán es de 2017), p. 91-92.

[2] *Qué sandez sostener que “izquierda verde es una contradicción en los términos” (Francisco Soler Luque, “La ecología política como paradigma ideológico autónomo”, EcoPolítica, 18 de diciembre de 2014; https://ecopolitica.org/la-ecologia-politica-como-paradigma-ideologico-autonomo/ )… Sólo puede hacerse desconociendo que la igualdad es el valor esencial para la izquierda, y que igualdad y libertad se coimplican: por eso hablamos de igualibertad (con Étienne Balibar)… que también es un valor esencial para la ecología política.



[1] Citado por Michael Löwy en L’étoile du matin –Surréalisme et marxisme, Syllepse, París 2000, p. 65.

jueves, 19 de septiembre de 2024

FRACASAR MEJOR de JORGE RIECHMANN (fragmento VI)


 

 

barato, barato

 

Hoy en Buenos Aires, mañana en Los Ángeles, un par de días después en Tokio… y eso nos parece normal.

 

SIN LÍMITES. Disfruta viajando por el mundo a precios increíblemente bajos”, se anuncia en el metro madrileño una conocida línea aérea desde enormes carteles, en los mismos días en que la Organización Mundial del Turismo da a conocer sus cifras de 2011: 980 millones de viajes turísticos internacionales. En 2012 se superarán los mil millones, y con ello se habrán duplicado en poco más de tres lustros.

 

Vuela barato, aprovechando las múltiples subvenciones y externalizando costes a tutiplén: y destruye, viajando de esa forma, los lugares, las gentes y las razones por las que merece la pena viajar.

 

 

 

sucedáneos

 

El “milagro económico” español que se vino abajo en 2008, radiografiado en su vertiente más sórdida por un episodio delictivo: con el fin de que los técnicos de medio ambiente de la Junta de Andalucía hicieran la vista gorda frente a la destrucción de monte público para convertirlo en invernaderos de fresas (el “oro rojo” de la costa de Huelva, que exporta las cuatro quintas partes de la producción), los propietarios de fincas forzaban a prostituirse con esos funcionarios a sus jornaleras (mujeres marroquíes, rumanas o polacas). En la finca El Morcillo se destapó el hediondo asunto...

 

Muy al comienzo de la Ética nicomaquea (1096a), Aristóteles desecha sumariamente la vida de negocios como una forma de vida humana valiosa, porque (1) “tiene cierto carácter violento” y (2) “es evidente que la riqueza no es el bien que buscamos, pues sólo es útil para otras cosas”. Estas dos obviedades –la violencia del business y el carácter instrumental de la riqueza han desaparecido casi por completo del horizonte cultural de nuestra época.[1]

 


¿mejoras marginales… o cambio de modelo?

 

Una campaña de la Generalitat de Catalunya para el ahorro energético[1] pregunta: “Julia, ¿no tienes demasiado rato la nevera abierta?” En realidad, y si queremos de verdad hacer frente a los problemas reales calentamiento climático, destrucción de la red de la vida, escasez de recursos la pregunta sería: Julia, ¿no has dejado pasar demasiado tiempo sin socializar la banca y las empresas energéticas?

 

gadgets y devastación

 

Destruyen los servicios públicos y los bienes comunes, devastan la posibilidad de que pueda existir justicia social y sustentabilidad ecológica, y entregan juguetes a los niños de treinta o de cincuenta años: ¡mira, el nuevo smartphone que mueve las páginas fijando la vista en un ángulo de la pantalla!

 

*(¿Sería posible un uso sensato de las tecnologías invasivas y configuradoras como los smartphones? Quizá algo así: sólo se permitirían a los mayores de 33 años, después de un examen especial de madurez y un atemorizador rito de paso que actualizase el memento mori.)[1]

 

 

¿conservadores?

 

Pues sí, conservadores… Nos gustaría conservar un mundo habitable para los seres humanos.

 

16 de septiembre de 2012: el Ártico alcanzó su mínima extensión helada desde que existen mediciones por satélite (1979). Apenas 3’41 millones de kilómetros cuadrados: un impresionante 18% menos que el anterior récord de deshielo, en septiembre de 2007. Y apenas la mitad de superficie helada que hace sólo unas décadas.

 

Marc Serreze, director del NSIDC estadounidense –el organismo federal que realiza las mediciones–, señala en una nota de prensa que “estamos en un territorio inexplorado. Sabemos desde hace tiempo que al calentarse el planeta los cambios se verían primero y serían más pronunciados en el Ártico, pero pocos estábamos preparados para lo rápido que iban a ocurrir.”

 

Carlos Duarte, oceanógrafo español, sintetiza: “Estamos tocando la lira mientras arde Roma.”

 


*acostumbrados a lo peor

 

En Italia, cuenta Enric González unos días después de la muerte de Silvio Berlusconi, “descubrí dos términos. Uno, la dietrologia: muchos italianos, quizá la mayoría de ellos, consideran que detrás de cada acontecimiento hay una historia y una explicación que permanecen ocultos al público. Otro, el Grande Vecchio, una figura todopoderosa y desconocida que supuestamente maneja en secreto la realidad que hay detrás de los hechos aparentes. Sentado a la mesa ante Silvio Berlusconi, en una de las salas de Palazzo Grazioli, era imposible no pensar en esas cosas. Berlusconi se levantaba, cantaba un momento, contaba un chiste, volvía a sentarse, bromeaba sobre sí mismo, reía. Y uno se planteaba una pregunta: si ‘el Grande Vecchio’ se viera por alguna razón forzado a salir a escena, ¿cómo camuflaría su auténtica identidad? El disfraz de payaso resultaba una hipótesis verosímil…”[1]

 

“Berlusconi nos acostumbró a lo peor”, escribe Roberto Saviano.[2] En buena medida, ahí seguimos aún. Soñábamos con que Gramsci y Berlinguer definieran el siglo XX en Italia… Pero lo hicieron Mussolini y Berlusconi.

 


*fascismo como pre-pantallismo

 

El fascio (haz de varas de los lictores de la antigua Roma) dio nombre al fascismo. Bueno, en vez de pensar en términos de neofascismo o posfascismo lo que tenemos ahora ¿y si considerásemos el fascismo histórico como anticipación de una forma antidemocrática de dominio aún más poderosa que aquel fascismo de Mussolini con sus camisas negras?

 

Y si algo así tuviese sentido ¿cuál sería el objeto que simbolizaría este sistema de dominación, por analogía con el fascio de los antiguos reyes etruscos y los funcionarios de la República romana? ¿No serían las omnipresentes pantallas que heterodirigen, cada vez más, la vida pública y las vidas personales en nuestras sociedades? ¿Un fascio del siglo XXI como haz de algoritmos? ¿No deberíamos nombrar algo así como pantallismo totalitario?

 

Y el fascismo histórico habría sido, entonces, el pre-pantallismo de una época que aún no disponía de la informática con sus algoritmos.



Jorge Riechmann. Fracasar mejor. Kaotica libros, 2024



[1] Enric González, “Almuerzo con Berlusconi, el hombre que cambió Italia y el mundo bajo un disfraz de bufón”, eldiario.es, 15 de junio de 2023; https://www.eldiario.es/internacional/almuerzo-berlusconi-hombre-cambio-italia-mundo-disfraz-bufon_129_10298209.html

[2] “Berlusconi nos acostumbró a lo peor, a las leyes ad hominem, desde los decretos Berlusconi del Gobierno Craxi en los años ochenta, que iban a regular temporalmente la radio y la televisión, hasta las que sólo servían para que Berlusconi pudiera defenderse, no como acusado en los juicios, sino de la propia justicia. Berlusconi incluyó en las listas de los partidos que dirigía y llevó al Gobierno a personas cuya relación con las organizaciones criminales que han martirizado al país quedó demostrada posteriormente. Algunos de los más leales, como Marcello Dell’Utri (fundador de Forza Italia) y Nicola Cosentino (que fue nada menos que subsecretario de Economía en el mismo Gabinete de Berlusconi en el que Giorgia Meloni fue ministra de Política Juvenil), han acabado condenados por complicidad con asociación mafiosa, lo cual dice mucho de la despreocupación con que Berlusconi seleccionaba a los líderes pertenecientes a su ámbito político. Con Berlusconi no acaba nada, porque los hombres y mujeres que crecieron políticamente e hicieron carrera con él siguen en el Gobierno. Y no acaba nada porque estos hombres y mujeres van a gestionar una cantidad inimaginable de dinero, la avalancha de financiación del PNRR (Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia), que será difícil de controlar, con los escasos espacios informativos democráticos que quedan en Italia. Esto es obra de Berlusconi, que demostró que todo el mundo tiene un precio, que se puede comprar a todos, que la realidad y la verdad dependen solo de cuánto se quiera gastar para cambiarlas, reescribirlas y reinventarlas. Poder contar las mentiras más absurdas, como el asunto de la supuesta sobrina de Mubarak, la menor detenida mientras estaba al cuidado de la higienista dental de Berlusconi y después consejera regional por el PdL Nicole Minetti. Berlusconi convirtió la política italiana en algo impensable, estrictamente personal, profundamente suyo. Todo parecía pertenecerle, y de ahí la gran hipocresía: se atribuyó a sí mismo una reputación de gran liberal, pero hoy, treinta años después de su entrada en política, puede decirse que destruyó por completo la cultura liberal italiana y compró el pensamiento libre. (...) Berlusconi muere y deja detrás un país con la política destruida. No seguimos recogiendo escombros, porque a estas alturas ya nos han sepultado”. Roberto Saviano, “Berlusconi deja un país con la política destruida”, El País, 13 de junio de 2023; https://elpais.com/opinion/2023-06-13/berlusconi-deja-un-pais-con-la-politica-destruida.html



[1] Recuerda Ariel Petruccelli: “Hace unos tres lustros un colectivo de activistas libertarios que se dedicaba a ofrecer seguridad informática a grupos políticos y sindicales de izquierda escribió un breve texto: ‘Tenemos que hablar de Facebook’. Allí planteaban, entre otras cosas, los riesgos de facilitar información a una escala que no hubieran podido ni soñar las viejas policías políticas. Nadie les hizo caso: la izquierda abrió masivamente muros de Facebook. Debemos preguntarnos cómo podríamos militar hoy en condiciones de clandestinidad. ¿O es que pensamos que ya no habrá embates autoritarios?” Ariel Petruccelli, “La igualdad capitalista es un oxímoron” (entrevista), Jacobin -América latina, 1 de septiembre de 2023; https://jacobinlat.com/2023/09/01/la-igualdad-capitalista-es-un-oximoron/



[1] “Quan parlem d’estalviar energia, tu tens la paraula”. Setmana de l’energia, 18 al 22 de junio de 2012.


[1] *Ensayistas como Steven Pinker defienden que el mundo actual es menos conflictivo y violento que nunca (The Better Angels of Our Nature, 2012), pero semejante aserto parece descansar en un error de categorización. Como señala acertadamente Kim Stanley Robinson, “algunas formas de violencia pueden haber descendido, y esto es bueno, pero es una cuestión de definición. La violencia estructural y sistémica podría considerarse ahora mismo mayor que nunca hasta ahora. Vivimos en un planeta con una tecnología que permitiría mantener a todo el mundo vivo, así como a los animales y las plantas… Y tal y como nos estamos comportando, dos o tres mil millones de personas y muchas otras especies están al borde de la inanición o en peligro de extinción. Eso es violencia…” Kim Stanley Robinson, “La civilización está fuera de control”, entrevista en El Confidencial (con motivo de la publicación en castellano de su novela Aurora), 16 de mayo de 2016; http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-05-16/kim-stanley-robinson-aurora-capitalismo-algoritmo-viaje-espacial_1199913/