Antes se llamaba Gota Fría.
Los satélites decidieron cambiar el nombre a DANA:
Depresión Aislada Niveles Altos.
Si te atreves a entrar en el Infierno
la Depresión es de miles y no Aislada,
y los Niveles Altos pueden valer para las sepulturas,
de dos metros y tres, enterrando la historia de la gente.
Hubo en el recuerdo aún vivo de estos pueblos una gran gota fría:
14 de octubre de 1957,
81 muertos y la ruina,
los ministros de ingeniosa mente
descubrieron la solución:
río que parte la ciudad en dos convertido en autopista
y eterno sello de correos para edificar un desagüe a la Albufera.
El pueblo gritó y ganó,
Valencia ciudad se embelleció,
torciendo las narices de empresarios.
Hubo otra gota más,
20 de octubre de 1982.
—¿qué tiene Octubre contra Valencia,
la hoja muerta del alce en amarillo,
la calabaza del Hallowen,
el crisantemo de los muertos,
el signo Escorpio venenoso y fuerte,
la fascinación de la turmalina…?
y tuvo nombre: Pantanada de Tous,
el pantano firme y orgulloso hecho de escollera barata
con fanfarria y obispos
reventó.
¿Muertos? Pararon el recuento al sumar 30.
El 29 de Octubre de este año miserable
2024,
para el planeta quizá un billón más 24,
tenía anuncios
llegados gota a gota,
semanas antes, días antes de aviso y miedo,
media España temía
viendo los noticiarios.
¡y mucho más en Valencia, antes Valencia del Cid,
ahora gobernada por los Cid de la Ignominia!
En Matemáticas el “espacio muestral”
de este latido cordial
era muy malo,
malo, malo y terrible
que obligaba a ser útil y hasta humano.
“Una lluvia de paso sin peligro”
tranquilizó el jefe de ineptos,
rodeado de ineptos,
observando el calendario del día de cobro al mes,
escondido sin saber si llueve, nadie sabe ni dónde,
candidato a un premio de la historia,
—también lo dijo Smith
capitán del Titanic, aunque fue héroe
prefiriendo el ahogo a la vergüenza—.
Aquí le llaman honorable,
—en adelante que repase el diccionario popular—,
es uno del montón del rincón,
en el final de los aduladores,
fue nombrado a dedo para pactar con la Edad Media
eliminando
presupuesto de libros
por patriotismo del fomento torero.
¿Pero la democracia no es la elección
de los mejores, como en Grecia,
dónde el idiota —“el que se ocupa de sí mismo”—
no tenía derecho al voto?
Cuarenta días después,
—no ocurrió esto en Florida,
ni en el ciclón Idai de Mozambique,
ni en Nepal,
ni en Filipinas,
ni en los terremotos,
ni en Haití ni en el mundo—,
la terrible complicación a solventar primero
es el sueldo a pagar
a quienes un día de estos, que no llueva
y haga sol,
y se marche el mal olor a cloacas y a muertos,
vayan a ver cómo está todo
y no haya insultos ni pedradas.
222 muertos y un enigma de desaparecidos,
y miles y más miles de animales que nadie cita,
ni encuentra,
y defecaciones en bolsas de El Corte Inglés.
Nadie si no es valiente
conoce este paisaje de después.
Nadie, venid.
Si deseáis conocer lo increíble,
venid,
Valencia, epicentro Horta Sud.
Hoy, media vida después sin hacer nada excepto el pueblo
ayudando al vecino, Premio de la Paz merecen,
los solucionadores,
ya solucionado el sagrado salario que han de cobrar
si actúan,
el de la multiplicación,
han sentenciado
sin vergüenza y desde sus despachos:
"A medida que baje
la emergencia,
crecerá la recuperación",
y se encierran para no dar la cara
buscando e ideando algún culpable,
dado que el Demonio ya pasó de moda
y Dios no puede ser,
los satélites parecen funcionar,
y un móvil apagado no es pretexto.
El pueblo, atónito, lee, escucha,
sin casa, ni cama, ni aire.
Era más inteligente Tirant lo Blanc en 1490:
Qui oblida lo passat oblida a si mateix.
Pero, pasado un tiempo,
dice el anciano sin familia, ni casa ni farmacia ni futuro,
que ya no puede más porque es dolor viviente,
triunfarán los de ahora,
y ocurrirá otra DANA en los cauces de siempre.
Antonio Santos