documentos de pensamiento radical

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domingo, 31 de enero de 2016

MULTIVERSOS




En algún mundo paralelo
que ahora no acierto a localizar
estamos juntos.

En otro, donde las cosas son blancas y negras a la vez,
nos conocemos y no nos conocemos
y ambas cosas suceden al mismo tiempo.

En un universo me pides salir y nos hacemos novios
y en otro me pides que te devuelva tus cartas
y rompes las mías.

Cerca de este, otro universo nos tiene mezclados a los dos
en uno solo y un poco más allá
la realidad me dice que jamás te fijarás en mi
a pesar de que estás a mi lado la mayor parte del día.

En el siguiente no sé si eres una mariposa o una mujer
o las dos cosas, y me dices en una lengua extraña
que allí seré amado para siempre, que no tenga miedo,
que no hay nada que pueda hacerme mal.

Junto a éste se levantó otro al que cuando llego
me dicen que tú ya te has marchado para siempre.

Otro está poblado por calabazas, pianos y balones de fútbol
y no te veo por ninguna parte.

El que sigue tiene forma de túnel y dentro de él encuentro
espejos, llaves, puertas y umbrales que tal vez conecten
con cualquier otro universo.

Aquí, tiro un dado preguntando por ti
y cuando para de rodar
las seis caras se despliegan a la vez.

Otro está lleno a su vez de universos más pequeños
y cuando indago en ellos veo otros universos aún más pequeños
hasta que el mareo de los infinitos mundos
contenidos en infinitos mundos
me hace desistir de que sea allí donde pueda dar contigo.

En el siguiente solo veo un amasijo de cuerdas
unas veces vibrando como electrones, fotones o quarks
y, para mi desesperación, te cuento hasta en once dimensiones.

En otro cae la lluvia sobre los dos sin cesar.

En este, donde ni tú ni la lluvia aparecéis nunca,
todos los días te suplico
que no dejes de pensar en mí,
igual que yo pienso en ti
para que así, en la mutua correspondencia
de la ternura y el calor que nos profesamos,
no muramos,
y al menos vivamos
en estos universos paralelos
como si ambos existiéramos realmente.

Varios más allá te explico que,
lo mismo que Disneylandia existe
para que todo lo demás nos parezca real,
dejarte engañar por mi
igual que yo me dejo engañar por ti
es nuestra única forma de existencia aquí.

Allende, sin embargo, nos veo liberados de la andrajosa realidad,                                     
de las enmohecidas palabras,
con la voluntad puesta en el renacer
a todas las cosas terribles y bellas.

En verdad, en nuestros mundos superpuestos,
aquí o allí poco importan, porque nuestro mundo
será siempre la suma completa e infinita
de los universos que nos contienen.

Ésa será también nuestra condena,
saber que solo podremos disfrutar el uno del otro en ellos,
resguardados de la mirada de cualquier observador,
porque si alguien nos viera en cualquiera de ellos,
acabaría con nosotros 
en todos los mundos que vivimos juntos.


Antonio Orihuela. Salirse de la Fila. Ed. Amargord, 2015

sábado, 30 de enero de 2016

QUÉ HERMOSA ESTA LLUVIA QUE NO LLUEVE




Qué hermosa esta lluvia que no llueve,
qué fascinante este atardecer que no atardece,
qué acogedor este calor que no quema,
qué fino este humo que no humea,

qué entrañable este recuerdo que no recordaba,

qué larga esta caricia que no acaricia,
qué grato este deseo que no desea,
qué amoroso este amor que no me ama,



un día acabaré aniquilado por lo que no existe.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

viernes, 29 de enero de 2016

2 poemas de POEMAS DE LA NEVERA de ANTONIO RIGO



la encuentro
pintándose de rojo
las uñas de los pies,
sentada en el suelo,
con el pelo recogido
en otro instante,
la envuelve lenta
la música y los gestos,
qué hemosa
hermana pura de la belleza
habitación de la luz
lugar natural del abrazo
sitio de mi cuerpo
¡Cómo decirle el amor
sin que lo note,
todo el amor tan sólo,
todo el amor?


***


amar es una montaña y un cielo alto
no amar es una montaña y un cielo alto,
amor no juzga
amor no necesita,
amor es
amor no es


Antonio Rigo. Poemas de la nevera. Ed. Cuatro de agosto. 2015

jueves, 28 de enero de 2016

RE-CUERDAS




Con ocho años mi madre me matriculó en el Conservatorio de Música. Cada tarde, después del colegio, me encerraba en mi habitación para estudiar solfeo, canto y guitarra. Así estuve semana tras semana, mes tras mes, año tras año.

Un día, mi hermano, cinco años menor que yo, se empeñó en quedarse conmigo para escucharme. Se sentó en la cama y, embobado, permaneció allí hasta que acabé mis prácticas, dos horas después. Al día siguiente hizo lo mismo, y también el resto de los días. Prestaba tanta atención que incluso se aprendió las lecciones. Como si fuera mi fan número uno, me pedía entonando la melodía de la partitura: “Toca esa de ni, no, na, na, na, ni, ne, ni, no, na, na, na, ni, na”. Entonces, guitarra en mano, yo tocaba y él disfrutaba las piezas casi más que yo.

Después de seis años dejé mis estudios en el Conservatorio, pese a que la pasión por la música continuaba dentro de mí. De hecho, varios años después seguía dedicando tiempo a la expresión musical. A los veinte, más o menos, dejé de tocar con asiduidad. Aún conservo aquella guitarra flamenca Admira mod. “Sevilla”, que ya tiene el puente algo levantado y sus cuerdas, por mucho que las cambie y las afine, ya no suenan igual.

Mi hermano es hoy guitarrista, dice, gracias a aquellas tardes que pasábamos entre bemoles y silencios. Ahora es él quien me regala sus melodías.


María Carvajal. En: Un minuto de ternura. Selección y edición de Uberto Stabile. Ed. Baile del Sol. 2015




martes, 26 de enero de 2016

LA BOLSA DEL TIEMPO



Encuentro en un armario
la bolsa de las canicas que mi abuela me hizo,
y entre sus formas y colores
me veo jugando con mis muñecos
en el corral de la casa de los Escribanos,
veo un hoyo, veo un trompo,
veo a mis amigos jugando al burro,
a la comba, al escondite,
veo un solar detrás de la Friseta
donde juego al fútbol con mi camiseta amarilla
que lleva una D recortada en cuero rojo
que mi madre me ha cosido en el pecho,
veo cómics, libros de los cinco donde leo
que beben cerveza de jengibre
y viven aventuras maravillosas
que nunca me habrían de pasar a mí,
veo a mi abuelo Quintero jugando a la brisca
los dos metidos debajo de la mesa camilla
donde arde el picón y el incienso
y el frío de la mañana nos mira desde las cristaleras del patio,
veo a mi abuela Trinidad cosiendo guirnaldas de jazmines
para ahuyentar los mosquitos,
veo una tortuga griega nadando
hasta el oscuro fondo del pozo,
veo una araña tejiendo su hilo de plata
empeñada en completar el trazado de los días.

Miro mis canicas, la hermosura de sus cristales no se pierde
tampoco lo que evocan desde sus facetas de colores,
veo una playa, pescadores, la pesada red que sacamos llenos de alegría
mientras los peces saltan por encima de nosotros,
veo tu pelo rubio, veo un amor, veo el incendio de una rosa roja,
veo un piano donde todas las notas dicen adiós,
veo tu cuerpo en las aguas del Calabazal,
veo un abejorro en la tarde tórrida de agosto,
veo un niño en un ataúd, un niño helado que me obligan a besar
porque dice mi tía Gertrudis que es lo más cerca que voy a estar de un ángel,
veo las extensas praderas de Texas, te veo en un teléfono sudado,
veo a Camilo fumando detrás de la barra del bar de la calle Carnicería,
veo el rictus de dolor de mi abuela Ángela,
veo las manos de mi abuelo Miguel,
veo las tijeras de podar del tío Frasco,
veo el rostro sereno de mi prima mientras se extingue,
veo el rostro despavorido de mi tío Juan ante la presencia de la muerte,
veo niños, muchos niños, niños que yo creí eran mis abuelos, mis tíos, mis primos
cuando solo eran reflejos de mí,
enseñanzas que me fueron más o menos transmitidas
de la única e imperfecta forma que supieron,
ejemplos, caminos ya trillados, facturas que pagar,
torres hendidas por el rayo, carros, laberintos,
avisos, barruntos, equivocaciones, errores, convicciones.

Tengo los ojos llenos de canicas,
en una me veo dirigiendo una aventura infantil
cuyo objetivo era alcanzar las orillas del Tinto
y donde por poco perecemos entre sus légamos,
en otra toco el agua confundida del Odiel,
del Guadalquivir visto en diferentes ciudades como si fuera el mismo río,
veo una vaca hinchada flotando sobre el Indo,
veo el Bagmati desde un puente, una tarde de oro,
en los años que sufrí la fascinación por Oriente,
veo el Sena desfilar por el Pont Neuf,
veo humo sobre el espejo del Hudson,
veo el Támesis cruzando bajo la torre de Londres
y hace frío, mucho frío en este fuego tan pequeño, tan delicado,
que arde dentro de estas canicas,

el tiempo debería haberlo preservado,
pero todo se desmoronó como madera podrida,
fue borrado como se borra una pizarra,
llenándolo todo de borrones de nubes
en la dura consistencia de estas canicas,
en su luz reflejándose en mis ojos
o mis ojos en la luz de su cristal,
en el fuego donde todo arde

y dentro de ellas veo a un anciano
que encuentra una bolsa de canicas en un armario.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

lunes, 25 de enero de 2016

LA COLA DEL COMETA



para Javier Esteban

El mono se comió el hongo
y se convirtió en ángel,

el ángel dejó de comer hongos
y se convirtió en un hombre.

Lo que para el ángel fue paraíso
el hombre lo convirtió en infierno,
dios, muerte, iglesia, granja, banco de trabajo.

Benditos los ángeles,
benditos los equilibristas,
benditos los amantes,
benditos los disidentes, los locos, los niños,

a todos ellos Dios los contempla
mirándose en sí mismo

devolviendo gratitud y belleza
a lo que mira.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

domingo, 24 de enero de 2016

RENOVACIÓN



para mi hermano Daniel Macías



Teje la araña, oculta en su propio telar,
mientras intenta escapar de su propia red, agrandándola,
porque es imposible salir de la corriente infinita y despierta.

Teje la araña y por más que teje
está siempre la araña
en el centro de la urdimbre
y todo lo que ve a su alrededor no es más que tejido de su labor,
producción de eternidad sin base ni propósito ni volumen,
simétrica, inextricable en sus aparentes correspondencias,
en la diversidad de sus composiciones,
su futilidad y su persistencia.

Teje la araña y brilla la malla donde baila todo lo vivo,
enredando a todos los seres en la urdimbre luminosa
que llamamos mente despierta, guirnalda de sueños,
flujo de consciencia, alegre transcendencia, gran visión,
mudable belleza de lo constante.

Teje la araña, artesana del caos, lo dependiente,
lo interdependiente y la totalidad

como fruto de su labor y pensamiento.



Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

sábado, 23 de enero de 2016

PREGNANCIA




Cuánta perseverancia en las iglesias y carnicerías
que un día desaparecerán entre montones de polvo,

en la tenacidad de la gente que intenta ser cada vez más idiota
para no desentonar con sus héroes de la televisión,

en el empeño de las masas que suben sus miserias al facebook
para que nadie las mire,

en el tesón del solitario
que ignora que este mundo está hecho de su misma pasta,

en la constancia del niño que reclama la atención de sus padres
para cerciorarse de su existencia incordiante y agotadora,

en la paciencia del figurante
que asegura su papel siendo espectador y espejo, a un tiempo,

en el amante que a pesar de encontrarse una y otra vez
con la carta XIII del tarot pretende ser correspondido,

en el amor que ciega hasta no ver
sino un reflejo de uno mismo que hay que abrazar
para que deje de ser otro.


Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

viernes, 22 de enero de 2016

SEÑALES


 


para Guadalupe Grande, Rosina Conde
y Jesús Aguado


Como quien espera que algo suceda
y sucede la nada.

Como quien lo esconde todo para olvidar
y sale después en busca de sus recuerdos.

Como quien escribe versos en una jaula
sin dientes y sin futuro.

Como quien no distingue un cuerpo
de un espejismo.

Como quien olvidó una promesa.

Como quien llenó su corazón de barcos
y no dejó sitio para nada más.

Como el que está solo
y se pone a escribir que necesita un amor
en vez de salir a la calle a buscar uno.

Como quien sueña con ser amado.

Como quien ve al amor
pero decide quedarse junto al amor
para no hacerle daño al amor.

Como quien quiso ver a Dios en una hormiga
y le pidió una prueba de su existencia.

Como el que se asoma al pozo del tiempo
y el agua le salpica en la cara.

Como el que sale a buscar lo absoluto
y se distrae con las sirenas de los barcos.

Como quien fantasea con encender estrellas
en vez de encenderse así mismo.

Como quien despierta en la madrugada
porque ha oído abrirse el verano.

Como quien acuna la noche para que crezca
y se haga de día.

Como quien camina a oscuras
con el susto de no saber.

Como quien conoce la herida
y se pasea por su borde para no olvidar
que está ahí.

Como quien regala flores de plástico a su amor
porque duran más.

Como quien mira atrás en su vida
y no le gusta lo que ve.

Como quien revisa la herencia de su padre
y sólo encuentra su miedo como legado.

Como quien se inventa un pasado
que termina siendo una copia exacta de su vida.

Como el que se levanta de tejer
y se da cuenta que ha dejado sus dos manos
atrapadas entre lo tejido.

Como el que va a un restaurante
y pide un plato de optimismo.

Como el que tiene hambre
y pide un plato de justicia.

Como el que cuenta las losas de la plaza
y se pierde al llegar a 124.

Como el que quería ver las estrellas
y se abraza a un saguaro.

Como el que en vez de decir amor
todos los días tiende las sábanas de su cama en el balcón.

Como el que se pone a escribir su primera carta de amor
y le queda algo así como bien lo sabes vivir
sin ti un momento sentí besos de tus nostalgia.

Como el que se pone a buscar su cultura
y descubre que su cultura sometió a su cultura.

Como el que tiene que hacer un viaje a un lugar muy remoto
y elige el camino más largo.

Como el que al cumplir los cincuenta
toma de la mano a su padre y su madre
para soplar las velas de su tarta de cumpleaños.

Como el que se encuentra a su abuela
en el plato de sopa que le sirve su amada.

Como el que mira a su hijo y solo ve tiempo.

Como el que rompe a llorar por nada
y cesa de llorar al darse cuenta que llora por nada.

Como quien busca en las cenizas
el fuego de su juventud.

Como el que cansado de su mala suerte
se abre nuevas líneas en las manos con una navaja.

Como quien decide correr una gran aventura
y decide volver a casa por un camino distinto.

Como el que quería cambiar el mundo
pero al final se conformó con poder cambiar de calzoncillos.

Como el que acaricia una foto
teniendo a su lado lo fotografiado.

Como el que pierde un amor
y no deja de hurgarse en el pecho.

Como el que toca el violonchelo en una calle
por donde no pasa nadie.

Como el que cada mañana
se da el pésame y se acompaña en el sentimiento
de haber perdido el amor de su vida.

Como el que se mira en el espejo
y ve a otra persona que no es él.

Como el que no tiene hijos, ni esposa,
ni casa, ni trabajo
pero no deja de escribir.

Como el que se queda solo
y descubre en el silencio
una luz cargada de pájaros.

Como el que no pudo vivir de la poesía
y desde entonces vive en la poesía.


¿Así eres tú?



Antonio Orihuela. Salirse de la fila. Ed. Amargord, 2015

jueves, 21 de enero de 2016

Alicia_Hot




Alicia_Hot: ¿Por qué últimamente,
siempre me preguntas si estoy cansada?

Yo:

Alicia_Hot: ¿Qué quieres de mi?

Yo:

Alicia_Hot: ¿Ya no hablas?

Yo: Me gustaría tener contigo
conversaciones de ascensor.

Mejor que la fantasía del tacto,
el fantasma de que nos importamos.

Alicia_Hot: Asusta, ¿eh?

Yo: ¿Quién?

Alicia_Hot: Ese fantasma. Los dardos.

Yo: No estoy de tu lado.

Alicia_Hot: Me quiero dormir

No juguemos a ser humanos.




Alejandro Ruiz Morillas.@Alicia_Hot.Esdrújula Ediciones.

miércoles, 20 de enero de 2016

2 poemas de @Alicia_Hot de Alejandro Ruiz Morillas








   FIN DE LA MÁSCARA /  
 COMIENZO DEL AVATAR.


1

Alicia_Hot: Ola, wapo.
Yo: Hola, ¿cómo estás?
Alicia_Hot: muy bien, cielo. Ke te apetece que hagamos??



A lo que nos hagamos.
Le llaman porno
pero no lo es.
Se parece más a un fumadero de opio.
O a un piso para yonquis en el centro.
Aquí
sólo venimos para engancharnos,
conectarnos para colocarnos
con sus palabras, nuestra dopamina,
nuestra puerta trasera, su distancia, mi vacío, su cuerpo.

Cuerpo - zoom.
La perspectiva
el aprendizaje que va por dentro.

No hay jeringuillas, ni papel de plata por el suelo.

Hay papel higiénico preparado en un lado.
Hay varios tipos de penes de plástico en el otro,
uno rosado con forma de gancho. Pero. Entre ambos,


corte - mitad - frontera - abismo - donde un espejo
la pantalla. Ella.Ella es Pantalla. Aquí,
donde la mirada
donde la espera.
Donde el punto ciego.






2

Alicia_Hot: Ola
Yo: hola
Alicia_Hot: No pensaba que fueras a volver.



Pero sí.
Vuelven.
Algunos vuelven. Muchos.
Y la buscas en Twiter, o en Google.

Y encuentras fotos de ella.
De su perro. De.
Posados caseros
comentados por seres como tú. Que.

Seres como yo.
@marcinho26 Hermosas tetas nena

Esa es la distancia. Como yo. Esa es la mínima distancia.
La mínima, pero no la más triste.



@Alicia_Hot os lo enseña todo hoy en su cam, chicos. Todo.

Se puede enseñar todo,
se puede aprender nada.
Se retiran las máscaras, empieza el avatar.

Donde te enseña el coño,

te esconde los ojos.

3.

No es un escenario
La pantalla. No es.
No es un teatro.
Es el escaparate para
nuestra trata.




 
QUÍTATE

1

Alicia_Hot: Ola
Alicia_Hot: Me pones la cam?, me gustaría verte
Yo: Quítate la.



Camiseta. Las bragas. Retira el tirante del.
Quítate.

Quítate. Quítate. Ábrete. Tócate. Clávate.Quitate.
Pero no basta con que
Alicia_Hot: Cielo, no soy un robot.

Tal y como están las cosas:
- Mecanografías exigente, pero con la izquierda.
- El cliente siempre tiene la razón, pero tendrá que tener también
- la historia. Una historia que le dé sentido al desnudo, una
- historia que una los puntos. Ya no es sólo cliente,
también es producto.

Una historia.
Metáforas cortas, de poco vuelo
tienes que amortirzar tus 50 €,
un relato exótico... no pises donde pisaron todos
inventas
un encuentro casual
de dos desconocidos que se chocan en el metro.


Está desnuda, leyéndote.
Tú la miras, buscas las palabras.
Improvisas. Se masturba.
Encuentras una escena
en la que él la fuerza a ella.
Le agarra por la espalda, no le deja bajar
aunque es su parada.
¿No es eso / en el fondo lo que
quieren,
no es ese el tono que quieren,
todas? ¿Quienes?
Las mujeres. Porque es una mujer,
porque al otro lado de la pantalla:

Alicia_Hot: Mmm... mira cómo me tienes.

Cómo la tengo.

La historia como cuento, se detiene. Continúa por sus propios medios.
Ya no es necesaria, porque. Ella sigue, su propio pene de plástico, su propio motor
su propia conexión su

La línea mental de tu chat escribe: es un truco.

Alicia_Hot: Estoy muy cachonda. Mira lo que tengo...

Es un truco. Es un truco vulgar. Alicia, el efecto
la fantasía
de suspender la pantalla.
Ella sigue. Te quieres largar pero ¿tus 50€?
Sigues,
quieres tu chute,

aún adulterada, la dopamina es dopamina,
la pantalla es pantalla. Finges.
Te corres antes. Ya no escribes.
Ya no crees. Ella está gritando,
te pones unos cascos. Te enseña
la mano
que chorrea
en su jugo.

Alicia_Hot: Mira lo que me haces.

Vas a cerrar. Tiene sus trucos, ahora también
tu dinero, y ya está. Un clic y ya. Y.

Tu mirada deja su cuerpo, busca la salida,
pero encuentra el espejo.

Lo que ella estuvo viendo todo este tiempo.

Un pequeño cuadrado allá abajo. Ventana. El instante paralizado
de un tipo triste, despeinado, en pijama. Cuyo rostro
reconoces. Eso
es
un trozo del dispositivo,
un plano conocido de un tipo. Uno, uno mismo. El
mismo. "No soy un robot". No, tú
no.
Hay hombres
también de este lado.
La palabra robot
viene del checo,
y significa esclavo.

2.

Alicia_Hot: ¿Sabes que una vez hice teatro? De pequeña, en el instituto. Era sólo una frase. Pero por ese papel empezaron a llamarme “la mujer pantera”. Porque iba con un vestido rojo. Y estaba muy orgullosa de ese nombre. ¿Sabes cuando te miran, y sabes que es como una película?

Puedes enseñarte. Puedes
correr te puedes dejar que sature los altavoces.
Tú la observas como observa el primatólogo.
Como el científico a través del microscopio.

Termina empapada, lo dice lo muestra lo escribe
acabó la función o no

entorno al orgasmo.
Cuando el yonqui se siente ser
humano, y fantasea ahora si.
Pero con verse
por leerse preguntando por todo esto
por cómo se siente
leerse
llamándolo trabajo

de sirena, llamándolo canto.

Pero no son estos cantos de sirena,
ni tú eres Ulises,
ni la guerra es la misma, ni la que tú quieres, ni la que tú dices. La guerra es otra.
Te cuenta su vida.
La lees. Puedes
leer su vida. Ya,
siendo una niña
le llamaron
“mujer pantera”. Ya
cuando las máscaras
reinaban donde hoy reinan
las pantallas.

Y, por primera vez,
reconoces sus pecas.
Y escribes sobre ellas.
EL DISPOSITIVO RITUAL
eyaculación - frustración - eyaculación - frustración - eya…
-eya- el circuito
de tus sesos. De tus euros.




Y si no sabemos más gozar ni sufrir con el otro, pues no sabemos más qué es nuestro propio placer, y lo buscamos compulsivamente no como se busca una experiencia placentera, sino como se busca un misterio más allá de lo inalcanzable, frenéticamente, con rabia, con humillación”
Franco Berardi

Dispositivo ritual
que me vivo
para mantenerme unido
al
llamémosle
mundo.

Algo virtual
grita / manda / ordena
¡Goza!
mientras los ratones
clic - clic - clic
giramos en la rueda.
Y, como un fotógrafo desquiciado,
como un kineto-alien come plano,
me veo mirándome desde fuera.

Mejor que la ilusión de la libertad,
es la ilusión de la jaula. Mejor que escapar, es
escribir
la frontera.




Alejandro Ruiz Morillas.@Alicia_Hot.Esdrújula Ediciones.