MÁSCARAS ANTI-FE
Voy repartiendo máscaras
anti-Fe por los colegios,
convenciendo a los niños de
que se puede llorar.
No siempre la muerte va
vestida de negro,
recordadlo a la salida de
clase.
Los recortes de la hostia
saben a hostia porque es lo mismo.
También yo podría engañaros
diciendo:
la hostia sabe a recortes de
hostia porque es lo mismo.
La hostia no lleva Dios
dentro,
igual que los recortes no
llevan cachos de Dios.
El pan es el cereal asado en
un horno.
Si asas en un horno a un
hombre,
por muy hijo de Dios que sea,
morirá entre dolores
insoportables.
Ajustaos bien las máscaras
que la Fe no conoce amigos,
se cuela por recovecos
aparentemente insignificantes.
Es mejor que os queden
marcadas
a presión las correas de la
máscara
que dejar espacio para que
actúe el virus.
No siempre la verdad va
vestida de blanco,
recordadlo al entrar a la
escuela.
Las velas siempre sirvieron
para leer,
combatir la oscuridad,
ganaron la noche para el
hombre.
Las velas no sirven para pedir
favores
a personas que no conocemos,
personas que no existen,
que no fueron personas,
que nunca existieron.
Aseguraos de lavar
correctamente el exterior de las máscaras
después de usarlas.
A veces hay trozos de mentira
pegados en la zona de los ojos
o los oídos.
Son un poco incómodos de
limpiar.
Usad guantes antisépticos y
cepillo.
No guardéis las máscaras
cerca del alcance de cualquiera.
Están mejor en lugar secreto,
a salvo de rabinos, sacerdotes
e imanes;
de iluminados, videntes y
profetas.
Estos últimos son los más
peligrosos
porque, como solo hablan del
futuro,
cuentan cosas que aún no son
mentira.
RESIGNACIÓN
Palabra casi cristiana:
resignación.
La otra mejilla,
inclinada,
esperando la penúltima
bofetada
que va a doler al menos lo
mismo
que aquella primera que se
pierde ya
en la memoria de los años
adolescentes.
Bofetada a bofetada vamos
creciendo,
involucionando,
y la vara del pastor fustiga
los cuartos traseros
para comunicarnos por dónde
antaño caminaron
otros rebaños.
Sin embargo, persiste la
maldita obsesión
por pisar hierba virgen.
Como por instinto,
no me resigno.
La voz interior prevalece,
me tortura con preguntas
y finalmente la intuición
coloca mis patas del otro lado
de la linde.
Intuición:
palabra casi atea.
PADRE
Dios es el único padre
que dejaría morir a su hijo.
Ahora expanden su mensaje
hombres que no procrean.
EL CAMINO
Antes de construir escuelas
se frotaron la entrepierna,
fue el momento más lúcido.
No teme a Dios
quién habla en su nombre.
No enseña a sufrir
quién no ha castigado.
Crea una necesidad
quién inventa lo necesario.
Podemos amar en un movimiento inútil,
odiar es más complicado,
no es de un día para otro.
El odio es más reflexivo,
antes de construir escuelas
se frotaron la entrepierna,
odiar es más complicado,
podemos amar inútilmente,
odiar de forma efectiva.
Indio Zammit. Ya no queda vino en la pecera. La pérdida de la fe, la civilidad y el amor. Ruleta Rusa ediciones, 2016