documentos de pensamiento radical

documentos de pensamiento radical

jueves, 18 de septiembre de 2025

2 poemas de ANA DEACRACIA de MUJERES DE LA VIDA

 






Si te interesa esta publicación puedes contactar con la autora en:  anadeacracia@gmail.com


miércoles, 17 de septiembre de 2025

Criaturas impermanentes




Hay personas que para coger algo de su bolsillo

abren con sus dedos los dos extremos

haciendo un triángulo,

ponen la oreja,

y escuchan si hay algo en ellos.

El silencio estalla.

Hay personas que buscan caramelos

detrás de las orejas de otras personas

para regalárselos,

hay veces que hay un caramelo

detrás de una oreja

y hay veces que no aparece nada,

sabor ácido manzana.

Hay personas que suben a otras

a sus hombros y son más altas,

con sus manos tocan el techo,

se encienden las luces,

ladran las perras y sopla el viento.

Hay personas que ya están conectadas,

están moviendo sus manos

de un lado hacia otro y silban,

silban tanto que no se escucha,

suave como el terciopelo burdeos.

Se sientan, pero siguen en movimiento,

y buscan en bolsillos,

y detrás de todas las orejas,

y te suben,

y te bajan,

como pólvora que estalla,

colores que destellan,

sonido que silencia.



Miriam Muñoz Trapero. En Voces del Extremo: Poesía y paraíso. Ed. ACSAL. 2025



martes, 16 de septiembre de 2025

3 poemas de CARLOS CARABALLO


 

Manual de instrucciones

Ten mucho cuidado cuando te violen.

Trata de no parecer sumisa, forcejea.

Escupe en sus caras.

Hazles saber que no te gusta.

Que quede claro,

o que haya testigos que aseguren que tu testimonio es cierto.

Sobre todo, haz saber a tus violadores que te están violando,

que no lo confundan con un juego,

o con un coqueteo de viernes por la noche.

Chica! Que no se te escape detalle, apúntalo todo,

y recuerda: es por tu bien.

Sigue atentamente las normas para situaciones extremas.

Ah, si… Grita, mujer.

Que no se te olvide gritar ante tus violadores,

aunque estés muerta de miedo.

No cometas la imprudencia de lavar tus heridas,

no seas tan paranoica.

 

No olvides que habrá un juicio,

y que su señoría es un hombre de los que ya no quedan.

Un caballero,

(y muy justo)

y puede pensar que provocas.

Cuida, además, de todo lo contrario:

No trates de resistirte.

No levantes la cabeza, siquiera.

Agáchate, sométete y no digas nada.

Sonríe incluso, no sea que acabes muerta.

Y luego corre y denuncia,

ante todos esos hombres con pistolas.

Cuéntales cómo te sientes.

Pero hazlo alegremente,

que no parezcas tú la víctima.

 

 

Poesía Persecutoria I

Hay días que no sé

Dónde meter tanta letra

La escondo bajo la alfombra

Bajo la almohada

Y bajo litros de vino

La meto en la libreta

De los poemas mal hechos

La escupo donde nadie mira

O me la trago

en silencio

La ahogo en el mar de mi playa

La reviento en mi cabeza

La arrugo la quemo

Y no veo la manera

de perderle el rastro

Apesta la poesía

y me pone en evidencia


 

Sufragio

De cuclillas y escondido el rostro

ante la urna

con toda la mierda en la que confías

fanáticamente

rabiosamente

con todo tu odio

acudirás a la llamada

y expulsarás afuera del esfínter

aquellas ideas que son espejo

de tu ignorancia

Y nada más. Solo el genuino triunfo

de lo absurdo sobre el cuerpo.

Algo huele a podrido en Dinamarca

Y aquí aún más…

Luego te lavarás las manos

como si nada. Y dejarás una certeza:

que el miedo siempre le gana a la razón

 

 

Carlos Caraballo.

En: Voces del Extremo. Poesía y paraíso. Ed. ACSAL. 2025


 

 

 

lunes, 15 de septiembre de 2025

Interrogatorio / استنطاق



 

 

Cortaron tu cabeza.
Registraron tus ideas y tus sueños.
Mutilaron tus manos y preguntaron:
"¿A quién estabas aplaudiendo?"

Vaciaron tus entrañas
y las arrojaron a los perros errantes.
Interrogaron tu corazón y dijeron:
"¿Por qué amas a la patria?"

 


 Mohammed Abid. Mero rumor. Ed. Diwan al- Maghrib, 2025

Traducción de Mohamed Larbi Ghajjou


domingo, 14 de septiembre de 2025

!Oh dios! / الله

 


                                                                           

¡Oh, Dios!
Eres bello y adoras la belleza.

Tus siervos aquí
siembran discordias sobre tu vasta tierra,
destruyen museos, discos de música,
los colores naturales en los cuadros,
las alegrías en los bailes.

¡Oh, Dios!
Ellos matan en tu nombre,
siembran fealdad en tus seres.

¿Cómo pueden verte bello?
Tú, que sabes más que nadie
lo que esconden los pechos,
Tú, el más poderoso.

¡Sálvanos, oh Dios, de ellos!
¡Oh, bello!
Oh, adorador de la belleza.
¡Sálvanos de ellos!

 


 Mohammed Abid. Mero rumor. Ed. Diwan al- Maghrib, 2025

Traducción de Mohamed Larbi Ghajjou

sábado, 13 de septiembre de 2025

Mi semejante en el gemido / شبيهي في الأنين

 



Dedicado a mi amigo, 

el difunto poeta Taufik al Amrani, 

quien eligió su propia manera de morir



Buenas tardes,
semejante en el gemido.
Tu muerte no es una partida,
tu muerte es un viaje hacia otra solera.
¿Cómo estás?
¿Has encontrado a los amigos allá?
Transmíteles mi gemido
y diles que aquí
aún seguimos muriendo,
rodando con los días.

No tuvimos cita
en el “café de la vida”.
Tu vaso de té
lo dejaste huérfano,
verde sobre la mesa de tertulia.
Fuiste de repente,
pagaste todo lo que la vida te debía.
Fuiste un agosto,
y solo la luna te brindó
un fugaz adiós.

Todos los días
alzo la cabeza hacia el cielo
para verte.
Tu estrella es única,
ilumina las tumbas de los vivientes.
Te veo acompañando a la luna,
acariciándola en el hombro,
estimulándola a lucir más y más.
Tú, que mejor conoces
nuestra larga oscuridad.

Oh, Taufik,
casi todo parece tranquilo,
hasta el límite del aburrimiento.
Casi todo sigue igual:
el abacero del barrio
sigue con su mercancía estancada.
La vieja vecina
sigue barriendo sus melancolías.
El soldado jubilado
aún exhibe su pasado bélico
y sus aventuras amorosas.
El camarero no deja de chacharear.

Ninguna novedad en los periódicos:
la guerra sigue siendo la guerra.
Protestas de estudiantes y trabajadores,
secuestros y juicios.
Los mismos bares siguen vomitando
a los borrachos de siempre,
que aún recogen sus carcajadas.

Todo sigue igual:
las estaciones, los mares, los lagos,
se fueron de la ciudad.
Solo la desolación es dueña del lugar.

Chiflados, contratistas de fiestas partidistas,
impostores, comisionistas
de elecciones y nuevos detectives,
diseñadores de discapacidades, mendigos…
Ellos son quienes ensucian nuestra sangre
hasta que ya no queda sitio
para colgar nuestros sueños.

Oh, Taufik,
ahora puedes probar la soledad.
Viaja con tu alma muy lejos,
donde hay poca vida dentro de la muerte.
Ahora puedes sentir el aislamiento.
Vete con tu espíritu a lo más lejano,
para encontrar un poco de vida
en medio de la muerte.

Los asesinos nos cargan sobre sus espaldas
y sufren para alcanzar nuestro dolor.
No olvides que la muerte
es un sueño lento que se cose,
el anti-amor de las pesadillas.
Echarse a la tumba es un ejercicio
para obsequiar a los gusanos
que muerden tu cuerpo.                                                                                                            

Ese ejercicio no termina,
porque somos incapaces de morir.

 

 Mohammed Abid. Mero rumor. Ed. Diwan al- Maghrib, 2025

Traducción de Mohamed Larbi Ghajjou

viernes, 12 de septiembre de 2025

En camino hacia mí في الطريق إليّ



 

Voy cada día hacia mi infancia,
cada vez que se estrechan sobre mí
las calles, los cafés, las gargantas de mis amigos,
las voces de los vendedores ambulantes
y los soplones.

Voy hacia mi infancia,
la cual dejé detrás de mí,
dormida en una cuna,
vacilando entre sueños.

Dejé detrás de mí mis sueños frescos,
criando pesadillas.


Dejé detrás de mí, allá, a mis amigos,
bebiendo vino de contrabando
y fumando tabaco asqueroso.


Dejé detrás de mí a Widad,
con su chaqueta blanca,
esperando el autobús número 7
y escondiendo en su sostén
sus cigarrillos preferidos.

Dejé detrás de mí el tren rápido,
que siempre llega con retraso
para toser en la garganta de la historia.


Dejé detrás de mí partidos, sindicatos, asociaciones,
saltando como ranas sobre los puestos más ridículos.

Dejé detrás de mí mujeres hermosas,
volando como mariposas de una flor a otra,
educando sus labios para quedarse quietos.


Dejé detrás de mí el mar,
salmodiando el canto de olas coaguladas,
un ritmo que baila al son de una horca,
un tono que cría la alegría en la mano del canto
y un sol que acoge a los tristes.

Dejé detrás de mí una ausencia
que no se presenta por la mañana
y me visita por la noche,
trayendo consigo el insomnio.

Dejé detrás de mí un pueblo
que conversa con sillas
sobre la mesa de la patria
con botellas vacías.


Dejé mi suspiro,
asfixiado en el desván del corazón,
y a un policía de tráfico
abriendo su boca de par en par
delante de mujeres feas.

Dejé detrás de mí al loco sabio,
a la sensata loca
y a la alumna perezosa
que no recibe mensajes.


Dejé detrás de mí los quioscos de periódicos,
que ya no robo,
y al policía que habita en mi cabeza.

Dejé detrás de mí cargas listas,
como si huyera de la justicia de la poesía.
Sólo las sillas pagan el impuesto.


Dejé detrás de mí al hombre
que odia la libertad,
los campos de saliva,
el boletín de noticias,
las sonrisas falsas de sus presentadores,
las explosiones en salas de chat
y los mensajes de amigos en Hotmail y Yahoo.

Dejé detrás de mí las aguas
donde la sed se ha podrido en la garganta.


Dejé borradores que perdieron
su pistola silenciadora.


Dejé detrás de mí libros
que se deshacen de sus ropas
por las letras más triviales.

Dejé detrás de mí los himnos nacionales,
las banderas rotas
y los gemidos de hombres en las cárceles.


Dejé detrás de mí la historia,
buscando la geografía en libros antiguos,
a Ibn Jaldún investigando el origen del estado,
y al estado investigando el origen de Ibn Jaldún.


Dejé a Ibn Rushd meditando sobre el fuego
que devora la última lección de filosofía,
las huelgas de estudiantes
y las habitaciones del barrio universitario.

Dejé detrás de mí a poetas
escribiendo sus versos en pañuelos de kleenex,
porque están poéticamente resfriados.
Dejé detrás de mí mis píldoras calmantes
contra los dolores del mundo.

Dejé toda la nostalgia,
la profunda nostalgia hacia la vida,
y muchas lágrimas en el refrigerador.
Lágrimas que guardo para un próximo llanto
o para venderlas a los adictos al gimoteo
frente a las pantallas del mundo.

Dejé detrás de mí el amor
y la cajita donde guardé

todas mis pérdidas.

 

 Mohammed Abid. Mero rumor. Ed. Diwan al- Maghrib, 2025

Traducción de Mohamed Larbi Ghajjou revisada por Antonio Orihuela.