Aquí en Huelva,
que está en el mapa
como de plata,
cerca de África,
todo es pequeño,
no vale nada
quererla lejos
de los que mandan
ni de los dioses,
es tierra plana
de pensamiento
y de esperanza,
mira a su ombligo
y es siesta blanca,
tan sólo sueña
con fiestas rancias
con procesiones
y muchas santas,
tierra de cirios
llena de estampas,
tierra de moros
en la mudanza,
desgañitada la gente canta
salves y ofrendas
a estatuas mancas
que no dan pan
ni cumplen nada
y la gente muere
por transportarlas
hartos de ocio
con confianza,
apasionados no saben nada
de la venida ni la llegada
de sus figuras
de porcelana,
bochorno absurdo
de quien les habla,
¿pero usted sabe
ni lo que canta?,
aquí gobierna
la Virgen Blanca,
cierre la boca si usted no sabe
que el pobre adora
ver en muñecas
tantas alhajas,
tierra de imágenes,
diosas sin mácula,
pena de tierra
sin esperanza,
¡qué Huelva pobre
de inopia y danza!
Antonio Santos Barranca
Debía ser el tiempo de la migración de las aves a tierras cálidas. Lo supe al escuchar el aleteo de la nubes por la llanura tartésica. Una cigüeña extraviada me sirvió de guía y guarecida entre sus plumas llegué hasta las islas de plata.
ResponderEliminarEl color amarillo doraba la puerta de África.
Chiloé